Danilo Chiapello
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Comerciantes atraparon a un delincuente que terminaba de robar en Santa Fe Radio (La Rioja y 1º de Mayo). Tras llamar al 911, la policía tardó media hora en llegar. Finalmente, el ladrón escapó.
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“Me quedo con esta imagen: yo solo, a las 6 de mañana, con la persiana de mi negocio violentada. Llamando al 911 y que no llegue nadie. Sentir que no dan bolilla.
Supuestamente, el 911 es un servicio para emergencias, es decir que tienen que venir rápido. Pero la sensación de soledad es terrible”, dice Matías, el dueño de Santa Fe Radio.
Esta mañana, poco antes de las 6, Matías recibió la peor noticia cuando un vecino le avisó que la puerta de su negocio estaba violentada.
El nombrado salió rumbo al local ubicado en la esquina de 1º de Mayo y La Rioja, en simultáneo con su hermana y su cuñado, que viven en la zona norte. En el trayecto, iban llamando al 911. Fueron más de cinco comunicaciones. Pese a ello, llegaron antes que la policía.
Encima, sorprendieron al delincuente dentro del local. El ladrón quiso escapar pero fue atrapado por los comerciantes. Los minutos seguían pasando y la policía brillaba por su ausencia.
Tras un largo rato, por fin apareció una camioneta policial. Los propios uniformados revelaron que se encontraron con el siniestro de casualidad. “No estábamos enterados de lo que está pasando acá”, dijeron.
Tenía una pinza rompe-candados
“Cuando llegamos nos encontramos con la puerta forzada y que la policía no había llegado. No quisimos entrar por las dudas. Estábamos en eso cuando sentimos un ruido adentro del local. Segundos después un sujeto que sale corriendo desde acá adentro con un bolso”, dijo Matías en diálogo con El Litoral.
“Mi cuñado lo corre y lo logra interceptar. Era un tipo de unos 30 años. Le sacamos el bolso donde llevaba la recaudación y algunos otros objetos. También tenía una pinza rompe-candados, ropa para cambiarse, etc.”, contó.
“Después de todo eso, a los 15 minutos apareció un patrullero. Venía despacio, como paseando. De hecho, los policías nos dijeron que no estaban ni enterados de lo que estaba pasando. Se encontraron con nosotros de casualidad”, prosiguió.
Manos en los bolsillos
“Ahora me pregunto -prosiguió-. ¿¡Cómo puede ser que no hayan estado enterados!? Hicimos al menos 5 llamadas al 911. La primera la persona que vio la puerta rota del local; después mi hermana; después mi cuñado; luego yo y también llamaron algunos vecinos que nos vieron forcejear con el ladrón. ¡¡¡Todo esto ocurrió a una cuadra y media del Ministerio de Seguridad !!!
Aparecieron dos policías en una camioneta, y uno de ellos ni siquiera se bajó. Se quedó arriba con las manos en los bolsillos. Yo le tuve que insistir para que salgan a buscar al choro. Les dije como estaba vestido y demás, pero no hubo caso”, detalló.
“Después de eso nadie más apareció. Ni siquiera pasaron para avisarnos si lo habían encontrado (al ladrón) o si no. Ahora, tengo que ir a la comisaría para declarar”, dijo.
Estamos solos
“La imagen que me queda es yo solo, a las 6 de mañana, con la persiana del negocio violentada, y que no llegue nadie. Pedirle por favor al 911, que supuestamente es un sistema de emergencias, es decir, que tienen que venir rápido, y sentir que no te dan bolilla. Ni opino sobre la cercanía que tenemos con el ministerio de Seguridad y te pasen estas cosas. Una sensación de soledad en pleno microcentro”, advirtió.
“No quiero imaginar la situación de la gente que vive en los barrios, donde todo se tarda en alcanzar, donde las calles a veces son inaccesibles. Porque si acá estamos así... ya no sé qué pensar. Hoy nos tocó a nosotros, es como que estábamos en una lista y nos tenía que tocar...”, sentenció.