Por Enrique Cruz (h)
Por Enrique Cruz (h)
A Colón siempre le costó mucho, a través del tiempo, generar arqueros surgidos de sus divisiones inferiores. La gran mayoría de ellos tuvo que planificar su futuro -y sus oportunidades- en otros clubes. El caso testigo y rotundo es el de Marcos Díaz. Colón lo formó, lo hizo debutar, las ocasiones de atajar no fueron muchas -más bien pocas-, se fue de tercer arquero a Huracán y terminó siendo un número uno indiscutido, inclusive pretendido por instituciones grandes. Llegue adonde llegue Marcos Díaz en el futuro, se lo deberá todo a Huracán. Colón es apenas una simple anécdota en su carrera.
¿Cuál habrá sido el último arquero de Colón nacido en sus inferiores que llegó a primera para quedarse?, ¿José Luis Erni?, estamos hablando de un arquero que atajó a fines de los 70 o principios de los 80, cuando reemplazó al Gato Andrada, ni más ni menos. Casi 40 años.
El puesto de arquero no es uno más. El 90 por ciento de los clubes los buscan con experiencia. Apuestan a los años del documento. Sólo River parece dispuesto a jugársela con el pibe Batalla, pero igual lo llevó a Bologna “por si las moscas...”. Hay situaciones y situaciones, uno lo comprende. Los técnicos no quieren arriesgar. No lo digo exclusivamente por Paolo Montero (que sabe que agarró un equipo que está a cuatro puntos del descenso), quien pidió un arquero y se lo trajeron a Carranza (35 años). Todos parecen encontrar un punto de total coincidencia en ese aspecto y los que no, se convierten en la excepción a la regla.
Andrés Mehring es un arquero del cual siempre se habló en Colón. Tuvo muchos años de roce en selecciones juveniles, pero apenas un solo partido en primera, ante Nueva Chicago, en el debut de Darío Franco y sin recibir goles (tampoco le patearon, vale la pena decirlo). Ignacio Chicco es un nombre casi desconocido para la gente de Colón, pero también tuvo roce de selección hace cinco años, fue elegido a los 15 años para ser el suplente de Batalla en aquel sub 15 y ya con 20 años tenía aspiraciones de formar parte del plantel profesional. Uno se fue a Puerto Madryn (Mehring) y el otro a Talleres de Córdoba (Chicco). Quedó Andrés Bailo como tercer arquero, con casi 28 años y muy poca, casi nula continuidad. Salvo cuando atajó en Sportivo Belgrano de San Francisco.
¿Qué pasa con los arqueros en Colón?, ¿por qué no se respalda y se les brinda oportunidades a los chicos?, ¿hay desconfianza? Nadie se la “juega” y ni siquiera se confía en la opinión de quienes lo fueron formando y tienen conocimientos profundos de un puesto que es diferente. Díaz tuvo que explotar en otro club y nadie repara en el hecho de que si hubiese sido en Colón, el club tendría arquero por todo el tiempo que quiera. El club lo “malogró” y la inquietud es saber si lo mismo pasará con Mehring y Chicco. ¿O el “plan” es formarlo para que después se vayan a mostrar sus condiciones en otro club y con gente que realmente les tenga confianza?