La novedad de la propuesta santafesina para desarrollar áreas metropolitanas, el desafío de sostener un proceso complejo, la posibilidad de mejorar la calidad de vida de los habitantes y la clave de integrar sin homogeneizar, en este diálogo.
Nancy Balza
“Desafíos y oportunidades de las áreas metropolitanas” fue la conferencia de Fernando Carrión Mena que inauguró el seminario internacional realizado el martes en esta ciudad, organizado por el gobierno de la provincia y en el que se abordó desde diferentes experiencias, locales y transnacionales, la importancia de generar estos espacios de articulación territorial.
Luego de su presentación, el académico e investigador egresado de la Universidad Central de Ecuador dialogó con El Litoral.
—¿Existe una definición formal de área metropolitana?
—Hay definiciones legales y definiciones teóricas. En general, las definiciones teóricas sirven de base para las legales porque establecen que un área metropolitana es, básicamente, un territorio compuesto por una ciudad central de más de un millón de habitantes alrededor de la cual hay un conjunto de ciudades menores que establecen vínculos estrechos entre ellas y con la ciudad grande para producir una región o un área de conectividad.
—¿Por qué crear un área metropolitana? ¿Por qué no seguir, cada localidad, por su lado?
—Hoy en día son imprescindibles las redes y los sistemas urbanos como son las regiones metropolitanas. Hemos tenido dos etapas en América Latina. Una en la década de los 60 y 70 en que operaron con el concepto anteriormente señalado y otra que va en la idea de la integración territorial y de la reducción de atomización del territorio que ha vivido América Latina, y que no ha producido resultados interesantes. Entonces, se estaría pensando en la agregación de éstos bajo una ciudad grande para que produzcan, principalmente, una economía de escala al interior de la región de integración.
"Hacer un área metropolitana puede ser la estrategia de ciertos territorios para que se conviertan en emergentes y de esa manera encontrar mejores alternativas para disminuir la gran desigualdad que existe en términos económicos, políticos y tecnológicos". Fernando Carrión Mena
—En su conferencia planteó desafíos y oportunidades de las áreas metropolitanas. ¿Cuál de estos conceptos es el que prima? —Creo que los dos van juntos. La constitución de un área metropolitana es un desafío porque no es cuestión de que un día se diga “éste es un área metropolitana”. Es un proceso largo, y sostener ese proceso en el tiempo y en el espacio es complicado. Y la oportunidad viene dada justamente por la posibilidad de que la agregación de territorios, incluso diversos, puedan mejorar la calidad de vida de la población, los servicios, la economía y sobre todo para estar en mejores condiciones de articularse estratégicamente a la globalización. —Integrar no significa unificar. —No, se integran los distintos para que mantengan sus condiciones. No se trata de homogeneizar, todo lo contrario. Se trata de respetar la diferencia para que sean absolutamente complementarios. —El concepto de desigualdad que está muy presente en América Latina, ¿cómo juega en la creación de áreas metropolitanas? —El área metropolitana tiene que lograr, como objetivo prácticamente central, reducir la desigualdad. Las desigualdades se producen en el territorio y el proceso de urbanización en América Latina es terriblemente desigual. La ubicación o localización de unidades productivas son próximas a los mercados y a las ciudades grandes, lo cual genera inequidad e injusticia territorial. En ese sentido, la metropolización puede ser la estrategia de ciertos territorios para que se conviertan en emergentes y de esa manera encontrar mejores alternativas para disminuir la gran desigualdad que existe en términos económicos, políticos y tecnológicos. —¿Existe algún modelo de área metropolitana en América? —Los norteamericanos fueron los primeros que empezaron a plantear este concepto. Pero me ha llamado mucho la atención esta propuesta que sale de una provincia para la totalidad de su territorio. No había conocido que exista una propuesta igual en ningún país de América Latina. Y me parece que es muy interesante porque abarca la totalidad del territorio. Esta podría ser una marca muy significativa para América Latina desde la perspectiva y concepción de lo que es un área metropolitana. Por otra parte, México tiene 59 áreas, Colombia tiene 22: hay algunas que nacen de hecho y otras que nacen de derecho. El caso de Santa Fe me parece que es una combinación de las dos cosas: la norma legitima los procesos alcanzados y estimula para que éstos se profundicen.
PLANIFICACIÓN Y TECNOLOGÍAS —Las tecnologías también tienen un papel importante en la conformación de estos núcleos. —Así como se habla de ciudades inteligentes se puede hablar de áreas metropolitanas inteligentes. Se puede utilizar la tecnología para el gobierno, pero sobre todo para la conectividad de los territorios. Uno de los grandes problemas con los territorios, cuando se amplían, es el gran desplazamiento que la población tiene que hacer. Con la tecnología uno puede reducirlos. Por ejemplo, uno de los sectores de la economía que más se ha modernizado es el bancario, uno prácticamente no va al banco porque las transacciones se hacen desde una computadora en casa. Lo mismo debería ocurrir con la aplicación del gobierno electrónico: hacer los trámites con el municipio desde mi casa. O también con cierta proximidad conseguida mediante la planificación, de tal manera que los desplazamientos no sean tan distantes. Esa misma cuestión deberá desarrollarse para el tema escolar: en mi ciudad en época de vacaciones hay una reducción del 20% del transporte. Si planificamos para que hayan unidades educativas por áreas de planificación, los desplazamientos serán menores y la integración será mayor. Si usamos la tecnologías para trabajo en grupo o tareas escolares, el rendimiento será mayor, y la integración social superior. La combinación de la planificación y las tecnologías pueden aportar en integración y en reducción de las desigualdades.
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