La víctima, de 37 años, recibió un “puntazo” de manos de un delincuente que lo atacó frente a su casa, en José Cibils 3500. Le robaron un sobre con dinero.
Danilo Chiapello
Unos minutos habían pasado de las 7 de mañana cuando Néstor Alvarado (37) salió de su domicilio (en José Cibils 3500) para concurrir a su lugar de trabajo, en una distribuidora de alimentos no perecederos.
Pero este trámite cotidiano en cuestión de segundos se transformó en una odisea que puso al nombrado al borde de la muerte.
“Eran las 7.05 y como todos los días salí para irme a trabajar. Estaba yendo hacia mi auto, que ‘duerme’ frente a mi casa porque no tengo garaje. Cuando estoy abriendo la puerta siento un fuerte golpe en la espalda que me azotó contra el auto. Y de inmediato me ‘manotean’ un sobre con dinero que tenía encima”, comenzó diciendo Néstor en diálogo con El Litoral.
El autor de la embestida fue un sujeto de unos 30 años, que actuó a cara descubierta y con conocimiento del terreno.
“Después del empujón me doy vuelta y veo a un tipo que está solo”, prosiguió Néstor. “Lo agarré de los hombros como para defenderme, pero entonces el tipo me metió un ‘puntazo’ en el estómago. Al ver la sangre me asusté... comencé a temblar hasta que me arrodillé.
Consumado el atraco, el rufián escapó a la carrera en dirección a un enorme descampado que se ubica frente al domicilio de la víctima.
“El delincuente salió corriendo y se metió en un terreno gigante que hay frente a mi casa. Se introdujo entre las altas malezas donde finalmente desapareció”, dijo.
Hasta aquí un tramo de la historia. Porque después del robo, el damnificado se comunicó con el 911 y fue en esta parte donde comenzó una segunda pesadilla.
Siguen los males
“La primera persona que me ayuda es mi mujer que al escuchar los ruidos salió y me encontró herido. Después yo llamé al 911 y ahí es que comenzó otra ‘película’”, continuó su relato.
“A los 10 minutos llegó un policía que me tomó los datos y me dijo ‘vamos a dar una recorrida’. Al rato vuelven y me dicen ‘tenemos uno, que nos coincide con la descripción, que se hace el dormido en la casa’.
“Me voy hasta la comisaría 26 (Pompeya) pero ahí me dicen que no estaban enterados de lo que me había pasado. Una sargento que había me dijo: ‘Nosotros no sabíamos nada de todo esto’. Es decir el 911 jamás les avisó”, reflexionó la víctima.
“Recién después de una hora llegó un móvil del Comando Radioeléctrico. Un agente me muestra una foto y me pregunta ‘¿es éste el que te robó?’. Pero después me trajeron a uno detenido y me hacen la misma pregunta, si yo lo reconocía.
“Imaginate que no quise contestar. Me pusieron frente a un delincuente y me expusieron a cualquier represalia. Además hubo demoras que me hacen sospechar cualquier cosa”, sentenció.
Por último el joven refirió que personal de emergencias lo asistió por la herida en el abdomen. “Me atendieron acá, no me trasladaron al hospital. Sólo me dijeron que tenía que colocarme una vacuna antitetánica por prevención”, culminó.