Joaquín Fidalgo
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Tiene 29 años, estuvo preso por graves delitos y fue sorprendido por las TOE a metros de la casa de la víctima, a pesar de que tenía una orden de restricción. En el lugar, fue hallada una pistola de grueso calibre.
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Gabriela Medina tiene 28 años y está transitando los últimos días de su embarazo.
Además, tiene tres hijos de 9, 7 y 5 años. “Yo conocí al papá de los chicos hace casi diez años. Con él tuve a mis tres chiquitos, después estuvo preso por graves delitos y cuando salió quedé encinta otra vez. A los tres meses ya me empezó a pegar. Primero un empujón, después una cachetada, luego una tirada de pelo, una piña y finalmente el ‘perdón’. Desgraciadamente, una se acostumbra a eso. Yo aguanté años, esperando que todo mejore, pero cada vez era peor. Una vez me rompió un palo de escoba en la espalda adelante de los niños. Siempre me castigaba con una manguera o amenazaba con matarme, con un arma de fuego”, recordó esta mañana la mujer, horas después de que su ex pareja fuera arrestada.
“Todavía no puedo creer que lo hayan detenido. Nadie me avisó nada. Nos enteramos porque esta mañana, familiares de él le mandaron un mensaje desagradable a mi hermana, con insultos y amenazas”, puntualizó Gabriela.
“Vivíamos en barrio Pompeya. Por años, yo lo denuncié en la comisaría, pero nunca me dieron demasiada importancia. Él entraba por una puerta, no sé cómo arreglaba y salía por la otra. Entonces, tenía que seguir viviendo ahí con él, rodeada de su familia. Pero en febrero, un día me dio una trompada en mi ojo derecho y me lo destrozó. Quedé con la vista reducida y fui nuevamente a la seccional. Esa vez, el policía que me atendió me sugirió que vaya a la fiscalía. Ahí todo cambió, porque recibí mucha ayuda. Salió la orden de restricción para que no se nos acerque, me dieron el botón antipánico, tuve una psicóloga de apoyo y me fui de la casa con mis hijos a la de mis padres, en barrio Los Hornos”, relató la víctima.
“Mi ex no trabaja -agregó-. Suele andar armado y roba. Además, se droga. Estuvo preso un año y medio por el caso de un chico que quedó inválido por un tiro y por algunos asaltos. Salió en noviembre y poco después quedé embarazada”.
En casa de sus padres, los problemas para esta mujer no se terminaron. “Él golpeaba la puerta y espiaba por la cerradura. Se paseaba, insultaba y amenazaba. Yo tenía que quedarme encerrada con los chicos. No respetaba la restricción. Además, tenía orden de captura. Yo apretaba el botón para llamar a la policía, pero cuando llegaba el patrullero él ya no estaba. Anoche, él andaba dando vueltas y se escuchó un disparo.
Entonces, llamé a fiscalía y me dijeron que ya lo tenían individualizado. Después no sé qué pasó, pero me enteré esta mañana de que lo habían detenido anoche”, manifestó.
Finalmente, Gabriela lanzó un mensaje a las mujeres que pasan por una situación como la que a ella le tocó vivir. “Tienen que hablar, vencer el miedo. Me pongo en su lugar y entiendo lo difícil que es, porque a mí me pasó. Estos tipos te dicen: ‘Perdoname’ después de la paliza y una les cree. Una se acostumbra. Yo aguanté casi 9 años antes de ponerme firme, pero pude salir. Las víctimas no tienen que dudar en ir a fiscalía o al noveno piso de la Municipalidad, donde funciona el Área de la Mujer”, concluyó.
Arrestado
El hombre fue apresado esta madrugada. El procedimiento fue realizado por un equipo táctico de las Tropas de Operaciones Especiales, por orden de la fiscal María Gabriela Arri. Está acusado de “amenazas calificadas por el uso de arma de fuego, lesiones leves dolosas agravada por el vínculo, privación ilegítima de la libertad, tenencia indebida de arma de fuego de objeto registrable con numeración suprimida, coacciones en carácter de autor, todo ello en concurso real entre sí”.
El operativo se realizó en Gobernador Freyre al 5600, donde el acusado tomaba cerveza con amigos, a escasos metros de la casa de la víctima.
Los uniformados irrumpieron en la escena y el grupo de jóvenes se dispersó a la carrera. Las tropas de elite se centraron en el sujeto que tenía pedido de captura. Lo corrieron por dos cuadras hasta que se metió en un domicilio. Allí fue arrestado. En el camino, se secuestró una pistola calibre 9 milímetros que fue “descartada” por el perseguido.