Juan Manuel Fernández
Desde la Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera (APPA) calcularon que podrían sembrarse hasta 15.000 hectáreas más respecto del año pasado. Apuntalados por un mercado demandante, los precios de la fibra ofrecen rentabilidad al cultivo.
Juan Manuel Fernández
@jotafernan
La superficie algodonera santafesina podría repuntar por encima del 27 % en la campaña entrante, producto de la mejor perspectiva económica que el cultivo ofrece a los productores.
Así lo estimó el presidente de la Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera (APPA), Osvaldo Previale, al afirmar que tanto el mercado interno como el externo se encuentran demandantes, mientras “al productor le cierra el número del algodón”.
A pesar del aumento de área que avizoran desde la entidad, la cobertura aún seguirá muy por debajo del pico que tuvo en la campaña 2011/12, cuando se llegaron a implantar más de 140.000 hectáreas. Aquel crecimiento se debió en gran medida al ingreso de productores de otras provincias -principalmente de Chaco- que llegaban atraídos por la inexistencia del picudo, la plaga más dañina para el algodón, pero luego se llevaban la cosecha a sus lugares de origen, privando del producto a las empresas (desmotadoras, hilanderías) santafesinas.
Este año Previale calculó que podrían sumarse alrededor de 15.000 hectáreas a las 55.000 sembradas en la campaña anterior, lo que implicaría un incremento interanual de 27,3 %. Pero lo más importante es que serían “todos santafesinos”.
Hay mercado
“El mercado interno está bien, dentro de todo”, indicó Previale en referencia a la disminución en el consumo que muestra la economía argentina y que, lógicamente, también afecta a la industria textil. De todos modos “está comprador, de buenas calidades con precios rentables” que van de $ 22.000 a $ 22.500 para una fibra C1/2 o C3/4. Si embargo “los pagos están muy largos”, producto de las demoras en la industria hilandera “que se traslada al productor”. Ese sería -indicó- un aspecto sobre el cual trabajar para “que el productor pueda hacerse de la plata rápidamente” y aliviarlo de la carga financiera que hoy le implica cobrar a 90 días.
Mientras que el mercado internacional “está ávido de mercadería”, a punto tal que “llevan todas las calidades”. El dirigente, que comercializa fibra, aseguró: “todas las semanas ofrezco y tengo respuesta automáticamente”. Si bien los precios no son los deseados tampoco son malos (68ctvs u$s x libra).
Protagonismo local
La campaña 2015/16 prometía muy buenos resultados pero se malogró con las lluvias de abril. Hasta entonces los lotes cosechados daban 3.000 kilos con muy buena calidad. Pero tras el temporal “lamentablemente las calidades se perjudicaron” y también cayeron los rindes. Además, hubo “mucho ataque de picudo”.
Frente al inminente inicio del nuevo ciclo, Previale refirió que los productores manifiestan que el algodón es el cultivo que más rentabilidad ofrece. Esas expectativas serían la base del incremento previsto para la próxima campaña. “Vemos que va a haber un crecimiento, no de una gran cantidad pero unas 10.000 a 15.000 hectáreas más vamos a tener; y lo ponderable es que son productores santafesinos”, remarcó.
También recordó que cuando se produjo el pico de superficie, sólo 40.000 hectáreas eran de productores locales y 100.000 de productores chaqueños. “Hoy casi no vienen, tienen tierras para hacer allá de sobra; por lo que el 98% de los productores que hacen algodón en la provincia son de Santa Fe”.
El titular de APPA insistió en que hay buenas expectativas, ya que “el productor está analizando costos y le cierran los números del algodón”. Aunque siga flotando “el fantasma del picudo del algodonero”. Por ello desde la entidad brindan capacitación y asesoramiento para frenar la plaga. La idea es “que el productor no le tenga más miedo, por que se lo puede combatir bien pero hay que llegar al inicio del cultivo con la menor cantidad posible en el lote, por que no se puede combatirlo cuando ya entró al lote”. En tal sentido, aseguró que se ven acciones, como colocación de trampas y pulverizaciones.