Ignacio Andrés Amarillo
Los Auténticos Decadentes se presentarán en ATE Casa España en el marco de su gira 30º aniversario, con la Naranja como banda invitada. En exclusiva Gustavo ‘Nito‘ Montecchia, guitarrista y fundador, habló con El Litoral sobre esta historia viva.
Ignacio Andrés Amarillo
Los Auténticos Decadentes se presentarán este domingo desde las 20 en ATE Casa España (Rivadavia 2871) en el marco de su gira 30º aniversario. La Naranja, que celebró las tres décadas el año pasado, será la banda invitada. Las entradas están a la venta en Credifé (Santa Fe, Rafaela y Esperanza), Klaxika (Paraná), y www.ticketway.com.ar.
Antes de la llegada, El Litoral dialogó con Gustavo “Nito” Montecchia, guitarrista y fundador de esta histórica agrupación.
Fiesta decadente
—Agotaron dos Luna Park en agosto. ¿Cómo fue la experiencia de celebrar con amigos los 30 años?
—Muy lindo, la verdad es que fue una satisfacción enorme y multitudinaria. Para nosotros fue una experiencia increíble, más porque fue el puntapié inicial de una gira que va a todos lados como por un año. Ahora lo hicimos en la Plata, estuvimos en Jujuy, estamos yendo a Rosario y Santa Fe; después nos vamos a México. Vamos a andar por todos lados.
Este show es un punto cúlmine en nuestra carrera porque abarca canciones de todas las épocas de la banda, y tratamos de armarlo compacto y dinámico, creo que lo estamos logrando. Queremos que el show (además de ser un poco extenso, porque es un poco más largo de lo que venimos haciendo) no pierda efectividad.
—Deben ser de las pocas bandas que pueden tocar 25 o 30 hits en una lista.
—(Risas). No es que nos falta, sino que nos sobra, por eso tenemos que hacer los temas más cortos. Tampoco queremos hacer una lista sábana y tocar cuatro horas, es un embole. Estamos logrando hacer con los arreglos una lista muy linda, muy efectiva que nos gusta mucho tocar y que la gente disfruta mucho. Lo sacamos a la cancha en el Luna Park y ahora lo estamos limando y sale perfecto: estamos maduros (risas).
Internacionales
—Después van a México y Chile. ¿Cómo se hace para tener tanta presencia a nivel internacional?
—En América hemos tocado en todos lados, Sudamérica y Norteamérica hasta Estados Unidos, a Canadá no fuimos. Este año estuvimos de gira en Estados Unidos, en México es la segunda gira que hacemos. Es una cuestión de muchos años, no es de un día para el otro. Creo que tiene que ver con que de alguna manera somos una de las bandas más representativas del rock de la Argentina a nivel regional. Tiene que ver con el gusto de la gente también: hay bandas que tocan acá con mucho éxito y después no salen de la Argentina.
Hace más de 20 años que hacemos giras, comenzando en algunos lugares muy de abajo: en México arrancamos para menos de cien personas y terminamos tocando para una multitud.
—Hay que empezar de nuevo en cada lugar...
—Claro. Tenés que tener ese espíritu aventurero, que a nosotros siempre nos sedujo eso: mostrar nuestra música. No te digo la primera vez en un país, sino en una ciudad que no tocaste, está buenísimo. Eso siempre te renueva. Cada vez nos fue yendo mejor y ahora estamos en un punto alto Por las bandas que nos abrieron el camino que venían antes, como Soda Stereo, los Cadillacs, los Enanitos Verdes, nos metimos ahí y nos fue bien.
—Cierta escena argentina podía sonar a nivel panregional.
—Claro. en un momento fueron los argentinos los que salieron a nivel regional a tocar a todos lados. Soda Stereo fue grande de llenar estadios en todos lados. Ese espíritu lo tuvieron ellos y nosotros tuvimos como la suerte de venir atrás de ellos. Ahora creo que se perdió un poco: los grupos argentinos mucho no salen, se sienten más cómodos acá. Pero para nosotros fue natural hacerlo: la generación anterior lo venía haciendo.
Permanencia
—¿Pensaron alguna vez hace 30 años cuando fueron a aquella fiesta (o un poco después) que este proyecto podría durar tanto y que les iba a dar tantas satisfacciones?
—No. Si bien queríamos armar una banda, porque éramos amigos, compartíamos música, ir a recitales, la banda que armamos para esa noche (con Jorge Serrano, que es mi primo, con Dany Zimbello y algunos más) era para esa noche. Como dice la canción “Y la banda sigue”, la gente reaccionó de tan buena manera, que había que seguir adelante.
Lo que fue sucediendo a través del tiempo en numerosas ocasiones: eso fue fundacional, pero después la gente nos adoptó y llevó a seguir adelante. Y las ganas nuestras de hacer cosas, siempre estamos haciendo: nunca paramos, en todos estos años de carrera hemos parado ni dos meses, nada de años sabáticos. Siempre produciendo.
—Cinco años después ya eran populares. ¿Cuándo les cayó la ficha de que era en serio?
—Nunca lo sabés, porque éramos muy jóvenes. Cuando nos empezó a ir bien en la Argentina y algunos países limítrofes lo tomás como algo circunstancial, no sabés que de ahí construís una carrera. Estás en el medio de la marea y hay muchos grupos a los que no les fue bien a través del tiempo: grabaron uno o dos discos y después no siguieron, se separaron. A nosotros nunca nos fue mal, siempre relativamente bien: trabajando, haciendo buenos shows y discos, creo que tuvimos una buena cosecha (risas). Nunca tuvimos una época mala, pero tampoco éramos Gardel; tuvimos una buena dirección y poniéndonos desafíos como ir a tocar afuera. Espíritu aventurero en todo sentido.
—¿Cómo se renueva esa energía para seguir juntos?
—Es una energía que es grande, porque somos 12 y todos tenemos voz y voto, podemos expresarnos de la misma manera. Son muchas energías que van en el mismo sentido y nadie te puede decir “vos no podés poner canciones”, o “no podés cantar”; cada uno puede, depende de lo que nos guste a todos: así elegimos qué canciones van y quién canta cada una. en ese sentido somos una banda democrática, socialista, con lo bueno y lo malo de eso.
—¿Es difícil o fácil organizar eso?
—Es bastante difícil, pero a la vez somos como una familia numerosa, que aprendió a manejarse sola, como cuando son muchos hijos y se cuidan entre ellos. Es lindo, porque nos llevamos bien, y a través del tiempo nos divertimos en las giras, por más que tengamos un momento adverso por algo que esté sucediendo lo tomamos con humor y tratamos de pasarla bien.
Parte del aire
—¿Son conscientes de que son parte del inconsciente colectivo de dos o tres generaciones?
—Sí, creo que logramos captar muchas cosas del inconsciente colectivo de la gente y ponerlo en palabras. Esos son nuestros grandes aciertos: “¿Cuál es la fórmula?”, no hay, es como agarrar algo que está en el aire y expresarlo; y ahí tocás la fibra íntima de la gente. Tenemos mucho de costumbrismo, pero no a propósito: somos como todos y logramos captar cosas con las que la gente se sintió muy identificada. Y los sentimientos son los fundamentales: me doy cuenta cuando estoy tocando de que la gente canta una canción con sentimiento, que logra sentir lo que dice, no porque está de moda y le gusta a tus amigos, o diga “el angelito desnudo”. Es distinto lo nuestro, tiene una poesía más directa: creo que por eso llegamos a muchas generaciones.
—Hay canciones que la cantan los chicos y los grandes también porque en los bailes de séptimo grado de hace 25 años ya se bailaban.
—Es re loco. Hay gente que recién había nacido, o no había nacido. El otro día tocamos en Jujuy en la Fiesta del Estudiante, que estuvo re buena. Eran todos jóvenes de 17, 18 años, que no habían nacido cuando empezamos y teníamos la edad de ellos. fue un show increíble, el mejor en los últimos tiempos. Lo mismo en México, vienen “chavitos” de 15 años (risas). Tiene que ver con lo que decía del lenguaje universal, los sentimientos y lo que no pierde vigencia nunca, no se oxida: lo perdurable digamos (risas). Como que puedo cantar un tema ahora y sentirme identificado como cuando lo cantaba antes (quizás no igual), pero siento la música y la letra.