De la Redacción de El Litoral
Prisión preventiva para “Josesito” Rivero (19). Cortaba el césped en la casa de la víctima y la mañana del hecho se lo vio vendiendo pan casero.
De la Redacción de El Litoral
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El juez de la investigación penal preparatoria, Sergio Carraro, dictó esta mañana la prisión preventiva para José Norberto Rivero, alias “Josesito”, el joven de 19 años acusado de matar a mazazos a Santos Mario Cuevas, un jubilado de 76 años, al que además le habría sustraído dinero, un arma de fuego y dos celulares.
En una extensa audiencia para el tratamiento la medida cautelar, el fiscal de la Unidad Especial de Homicidios, Jorge Nessier, expuso las evidencias con las que cuenta el Ministerio Público de la Acusación para incriminar a Rivero, a menos de una semana de descubierto el crimen.
Actas policiales, declaraciones de familiares y allegados a la víctima, así como otras personas indirectamente vinculados al caso, abonan la idea de que “Josesito” mató a Cuevas para evitar que lo denunciara.
La calificación legal empleada por la fiscalía para la ocasión fue la de “robo y homicidio criminis causae”, es decir que mató para evitar ser descubierto y así lograr la impunidad. En caso de ser condenado por esos delitos, el Dr. Nessier fue categórico en cuanto a la pena de “prisión perpetua” que le correspondería.
Durante su exposición, Nessier refirió a las declaraciones de familiares de la víctima, que era jubilado y vivía con uno de sus hijos en una casa de la calle Salta al 4100 de Santo Tomé. Su nieta del corazón, su nuera y sus dos hijos -Valentín y Oscar Cuevas- sospecharon desde un primer momento de “Josesito”.
“Este chico era choro, malandra, falopero, pero igual (Cuevas) le tenía confianza”, dijo su nieta, la misma que el domingo a las 14 llegó hasta la casa de “Marito” -así lo llamaban sus íntimos- preocupada porque no contestaba los llamados telefónicos.
La mujer encontró las llaves de la casa tirada en la galería del frente, abrió la puerta y se encontró con el hombre tendido en una silla, con evidentes signos de haber sido golpeado. Llamó a su hijo y a la policía. En el lugar fue hallada una maza de metal con mango de madera, que se cree fue utilizada para ultimar al hombre.
También producto del hallazgo se cree que Cuevas y su asesino “habían estado tomando mates” porque en la mesa estaba el mate cebado en el medio de la mesa.
La nuera de Cuevas, que también llegó al lugar, habló de “un chico delincuente que vivía frecuentando la casa de Marito” y se lamentó porque recomendaron que no le diera tanta confianza.
Luego se supo que Rivero vendió por 200 pesos uno de los celulares robados en la casa de Cuevas y por 500 pesos la escopeta. El comprador de la escopeta le dijo a la policía que Josesito “es un rastrero, siempre anda robando, no le importa nada, le roba a la gente del barrio”.
En síntesis, para el fiscal está acreditada la autoría, también habló del riesgo procesal (en este caso el peligro de fuga) y de la pena en expectativa, que en caso de ser condenado sería únicamente la de prisión perpetua.
Sobre el riesgo procesal Nessier recordó que Rivero intentó fugarse de la Subcomisaría 16 de Santo Tomé, donde estuvo en calidad de “arrestado” durante las primeras 24 horas y luego fue trasladado.
Por su parte, la defensa a cargo del Dr. Matías Spadaro, hizo un planteo de invalidación de las actas policiales, pero el magistrado no hizo lugar y convirtió en prisión preventiva la detención que venía sufriendo el acusado.