El Litoral
Hubo un episodio dentro del club "canalla", apedrearon el colectivo "leproso", un enfrentamiento con la policía y atacaron la casa de un dirigente.
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DyN
Se registraron algunos "cruces" entre futbolistas de Newell's Old Boys y empleados de Rosario Central y más tarde el micro fue apedreado por barras Canallas, además de otros focos de incidentes en el marco del clásico que enciende a la ciudad de Rosario y que en la ocasión tuvo como triunfadores sobre la hora a los rojinegros en el Gigante de Arroyito.
Como el entrenador de Central, Eduardo Coudet, demoró una hora y 45 minutos en empezar la conferencia de prensa, mientras aguardaban, hubo periodistas que escucharon a los jugadores ñulistas dirigirse hacia el micro cantando por los pasillos internos del estadio como si fueran hinchas, y esas letras desubicadas y agresivas generaron la reacción también desmedida de empleados de la entidad anfitriona.
Se escucharon como mínimo duros cruces verbales, pero intervino la policía y evitó que el problema se tornara mayor.
Pero no fue la única consecuencia desagradable e indeseable que dejó el clásico, dado que, ni bien concluyó el partido, hinchas de Central una vez que bajaron hasta la calle Cordiviola se negaron a continuar la marcha hacia Alberdi para permitir una desconcentración normal.
La Policía inisistió, porque, entre otros riesgos, estaba el que los violentos se trasladaran hacia la zona donde el ómnibus esperaba al plantel Leproso.
Ese episodio derivó en un enfrentamiento entre los barras o partidarios agresivos y los efectivos policiales, a quienes le destinaron una lluvia de piedras.
La respuesta de la Policía fue mediante balas de goma, por lo que hubo heridos, en los dos grupos, aunque no se supo de ninguno de gravedad. Al menos en lo inmediato, tampoco se observaron detenidos.
Sin embargo, cuando el plantel ñulista dejaba el Gigante para ir hacia el Parque de la Independencia, el micro fue apedreado y le rompieron varias ventanillas, aunque las cortinas sirvieron para evitar que hubiera en la delegación heridos o lesionados. Pero durante el desarrollo del compromiso también hubo barras de Newell's que atacaron el domicilio particular del vicepresidente segundo de Central Ricardo Carloni, ubicado en la zona del Parque de la Independencia, donde robaron dinero, joyas, electrodomésticos, causaron destrozos y dejaron pintadas.
Cuando el dirigente regresó a su casa se enteró que no sólo del gol de Maximiliano Rodríguez sobre la hora debía lamentarse.