De la redacción de El Litoral
Los especialistas consideran a esto una manifestación del mismo síntoma de dominación que alimenta el maltrato.
De la redacción de El Litoral
Télam
En los últimos ocho años fueron al menos 391 los femicidas que se suicidaron, según datos del Observatorio de Femicidios de La Casa del Encuentro, en tanto los registros oficiales no brindan detalles al respecto.
El hecho de suicidarse antes de afrontar el juicio es una decisión que especialistas en violencia de género consideran una manifestación más del maltrato extremo, del poder del varón que “no teme” ir preso, porque considera que él decide sobre la vida de “su” mujer y la propia.
“En cada hogar donde hay violencia de género extrema, la mujer, niños y niñas están siendo sometidas, torturadas y la agresión que reciben es cotidianamente legitimada por una sociedad que avala la dominación masculina. Y los hombres con menos autocontrol ejercen más violencia llegando al asesinato. Todo macho que amenaza de muerte puede llegar a asesinar y todo asesino puede llegar a suicidarse”, explicó el psiquiatra que se define como feminista, Enrique Stola.
Según los registros del Observatorio Marisel Zambrano de La Casa del Encuentro en 2008 se suicidaron 54 femicidas; en 2009, 48; en 2010, 60; en 2011, 47; en 2012, 42; en 2013, 52; en 2014, 53 y en 2015, 35.
El suicidio del agresor “no implica el temor a la condena social, ni a estar preso, porque ha construido una estructura donde siente que es legítimo que él decida sobre la mujer, porque es ‘su’ mujer y nadie puede juzgarlo ni condenarlo”, analizó Ada Rico, presidente de la organización social.
Datos oficiales
Las estadísticas oficiales sobre violencias de género y femicidios son escasas e incipientes, si bien la implementación del registro con estos datos está contemplada en la Ley 26.485 de 2009, de Protección Integral a las Mujeres.
Desde 2015, la Corte Suprema de Justicia comenzó a elaborar un registro nacional de femicidios de la Justicia argentina. El primer relevamiento de la Corte se basó en actuaciones judiciales de 2014 y lo único que dice allí sobre suicidio de femicidas es que “se verificó que en todas las causas registradas como ‘Otra forma de terminación del proceso’, ya sea en la etapa de instrucción u oral, el motivo de la inclusión en esa categoría fue la muerte del imputado -en su mayoría por suicidio”.
El registro judicial de femicidios 2014 identificó a 225 víctimas y 228 imputados, ya que en algunas causas participó más de un asesino. De esas 228 causas, se cerraron 39 “por muerte del imputado, lo que equivale a un 18% de los imputados”, consigna el informe oficial, sin especificar cuáles se suicidaron.
En el registro de la Corte sobre las causas judiciales sobre femicidios de 2015, no hay mención a este tema. Para Stola “son muchos los hombres que asesinan a mujeres, a hijos e hijas y luego se suicidan. No lo hacen por temor a la cárcel ni por miedo a una condena social. Ellos han estado legitimados en su conducta desde siempre ¿Qué miedo van a tener? Lo que les preocupa y angustia es la pérdida de sentido de sus vidas al no poder ejercer la dominación sobre esa mujer-objeto que les permitía mantenerse psicológicamente estructurados”.
Rico, que coordina grupos de mujeres en situación y sobrevivientes de violencia, añadió que el violento “dedica su vida a perseguir, acosar, controlar todos los movimientos de la mujer. Al sentir que ya no puede ejercer el control, en una última demostración de poder, decide terminar con la vida de la mujer y con su propia vida suicidándose”.
En la Argentina, entre 2008 y 2015, hubo 2.094 femicidios de mujeres y niñas. Desde nuestro país surgió la movilización NiUnaMenos, multitudinaria marcha que ya se hizo dos veces y que se replicó en distintas ciudades del mundo contra los femicidios. El último 19 de octubre se realizó el primer paro de mujeres de la historia nacional, que cerró con una masiva movilización contra las violencias y los violentos que matan mujeres.