El desempleo es, en promedio, de 9,3 % en el país. Así, se desprende de los últimos datos difundidos por el recuperado Indec en agosto. En particular, jóvenes y mujeres resultan los dos grupos más afectados por esta problemática y ambas condiciones se aúnan en el Gran Santa Fe, donde la tasa de desocupación entre las mujeres menores de 29 años trepa al 19,4 %. La preocupación por la falta de oportunidades laborales es común a toda la región; la Organización Internacional del Trabajo advirtió sobre el aumento del desempleo juvenil previsto para 2016, con una tendencia similar para el próximo año y, una vez más, sobre una marcada disparidad entre hombres y mujeres (53,9 % de participación de los primeros en la fuerza de trabajo frente al 37,3 % para las segundas). Para sumar a este complejo panorama, a nivel nacional una consultora privada reveló que de los 4,4 millones de jóvenes que viven en el país, un 24,6 % no estudia ni trabaja. En la ciudad de Santa Fe, donde residen alrededor de 59 mil jóvenes de entre 18 y 25 años de edad (14 % de la población total) el 31% pertenece a estratos bajos y de esa cifra, el 61% no terminó la secundaria, el 38% sí lo hizo y el 1% está cursando estudios universitarios o terciarios; por otra parte, el 29 % está ocupado; el 31 %, estudia; el 16 % está desocupado; un 17% se trata de amas de casa, y el 7% no estudia ni trabaja. El 29% ocupado lo está en tareas no calificadas y sólo el 23% está conformado por mujeres, de acuerdo con los datos relevados por el municipio santafesino. Desde hace un par de años, la provincia cuenta con un recurso virtual que busca acercar la oferta y la demanda de trabajo. Se trata de un portal en el que se habían registrado más de 18 mil postulantes a fines de septiembre en una composición que mantiene la tendencia que se viene observando: una amplia mayoría de jóvenes de menos de 30 años y muchas más mujeres que hombres, la gran mayoría con escolaridad media como mínimo. Este dato también es relevante: en un mercado laboral cada vez más exigente, que requiere capacitación y experiencia, el piso de formación es el secundario completo, aunque en algunos rubros la especificidad es mucho mayor. En las áreas vinculadas con tecnología, la demanda es amplísima y se estima que en el país quedan 5.000 puestos sin cubrir cada año en el sector de software. Así como la formación es un requisito que tiene peso a la hora de disputar un puesto de trabajo, también tienen relevancia las cuestiones actitudinales. En ese punto, coinciden quienes trabajan en la vinculación entre la oferta y la demanda de empleo tanto a nivel público como privado. En ese sentido, se insiste en la importancia de los hábitos que se traducen, por ejemplo, en el cumplimiento del horario. Sin embargo, no escapa que las posibilidades de acceder a un primer empleo, cuando no se tiene experiencia previa, son escasas y las alternativas de lograr un trabajo bien remunerado si se carece de conocimientos específicos tampoco abundan. La ecuación es compleja y, en este punto, también coinciden voces del sector público y del privado que apuestan a una mayor vinculación entre las escuelas y el mundo del trabajo, y a la formación laboral y profesional permanente aun cuando ya se pertenezca a la esquiva categoría de la formalidad.