Entre los últimos meses de 2015 y los primeros de este año, se registró en la Argentina la mayor epidemia de dengue de la historia. La cantidad de casos autóctonos superó por un 53 % el récord anterior, registrado en 2009. El número de víctimas fatales se duplicó.
No parece ser un dato menor a medida que avanza la primavera y con ella comienza a incrementarse el registro de precipitaciones en esta zona del plantea. Sobre todo, porque al dengue se le suman amenazas como el zika y chikungunya. En el norte de Brasil, ya se registraron casos de otro virus conocido como mayaro, que se transmite a través del mismo mosquito Aedes aegypti.
En los últimos días, se realizaron reuniones entre autoridades sanitarias de la provincia de Misiones y del Paraguay, con vistas a coordinar esfuerzos preventivos. Es un dato alentador. Sobre todo, porque los antecedentes sobre este tema en el vecino país distan de ser los mejores.
Mientras tanto, Brasil acaba de liberar millones de mosquitos genéticamente modificados, con el objetivo de frenar a los transmisores de las epidemias. Según estadísticas del Ministerio de Salud de ese país, hasta julio se habían registrado 1,39 millones de casos de dengue tras el récord de 1,64 millones en 2015.
Hubo además 174.000 casos de zika tras el brote epidémico de fines del año pasado en Brasil, que se expandió al resto de América Latina.
En la ciudad de Santa Fe, la Municipalidad y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) firmaron un convenio para poner en funcionamiento el “Observatorio para la prevención de enfermedades virales transmitidas por mosquitos”. En este marco, se vienen realizando controles permanentes.
El municipio de Santo Tomé lanzará esta semana la campaña anual de prevención de dengue, zika y chikungunya. Participarán no sólo los responsables del área de Salud de la provincia y la ciudad, sino también representantes de vecinales, clubes, establecimientos educativos y otras instituciones intermedias.
El eje principal de la actividad será abordar y definir en conjunto con las organizaciones participantes los protocolos de actuación ante la aparición de casos sospechosos o confirmados. Además, será una instancia de capacitación y concientización sobre las medidas de prevención de estas enfermedades.
A mediados de año, Rosario organizó una jornada de descacharrado denominada “Día D”, en la que también participó la comunidad en general.
En el país no se detecta la circulación de dengue desde junio pasado. Pero millones de huevos permanecieron en estado latente y comienzan a transformarse en larvas al tomar contacto con el agua de las precipitaciones de primavera.
El año pasado, este tema no ocupó un lugar prioritario en la agenda del gobierno. Quizá porque se trató de un período de numerosas campañas políticas, pero de escasa gestión. Las consecuencias de haber bajado la guardia fueron contundentes.
Por ese motivo, resulta imprescindible que el país no repita este error. Y para ello, no sólo será necesario que desde el Estado se tomen las medidas necesarias, sino que frente a esta problemática resulta clave el compromiso ciudadano.
De nada servirán las campañas estatales, si cada argentino no comprende el rol fundamental que le cabe en la lucha contra la proliferación del vector. En este caso, de poco servirá buscar excusas.
De nada servirán las campañas estatales, si cada argentino no comprende el rol fundamental que le cabe en la lucha contra la proliferación del vector. En este caso, de poco servirá buscar excusas.