Las cuentas "truchas" que distorsionaron la percepción sobre Trump

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Télam

Cerca del 15 por ciento de las cuentas de Twitter que tomaron parte de la discusión electoral de los Estados Unidos fueron bots automáticos, que mayoritariamente apoyaron a Donald Trump y distorsionaron el respaldo real al candidato republicano, concluyó una investigación de una universidad de California.

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En el estudio publicado ayer por la Universidad de Southern California los cientistas sociales encontraron que tanto Hillary Clinton como Donald Trump tuvieron en la red social de microblogging un fuerte respaldo de bots -como se denomina a los programas informáticos que imitan comportamientos humanos-, aunque el candidato republicano contó con más de estos robots, que generaron más mensajes a su favor.

Los investigadores analizaron un total de 20 millones de tuits publicados entre el 16 de septiembre y el 21 de octubre por alrededor de 2,8 millones de usuarios, de los cuales 400.000 "eran probablemente bots"; estos, cuyo número representa al 15 por ciento de las cuentas estudiadas, generaron 3,8 millones de mensajes, cerca del 19 por ciento del total de la conversación.

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Mientras que los tuits producidos por los robots de Trump eran casi uniformemente positivos, sólo la mitad de los de Clinton lo eran, en tanto que la otra mitad criticaba a la candidata demócrata, según la investigación.

"El hecho de que los bots producen sistemáticamente un contenido más positivo en apoyo de un candidato puede influir en la percepción de los individuos, lo que sugiere que existe un apoyo orgánico de base para un candidato dado, mientras que en realidad todo se genera artificialmente", señalaron los investigadores Alessandro Bessi y Emilio Ferrara.

El uso de mensajes generados automáticamente "puede distorsionar las tendencias de Twitter, y le dan a Trump y a sus simpatizantes la capacidad de afirmar, por ejemplo, que el ganó los debates presidenciales", precisa el informe.

"Nuestros hallazgos sugieren que la presencia de bots las redes sociales puede afectar negativamente a la discusión política democrática en lugar de mejorarla, lo que a su vez puede alterar la opinión pública y poner en peligro la integridad de las elecciones presidenciales", concluyeron los investigadores.