Audaz golpe en un supermercado

Danilo Chiapello
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Dos delincuentes fuertemente armados concretaron hoy un robo en el supermercado Alvear, de barrio Guadalupe.

Todo comenzó minutos después de las 11,30 cuando dos sujetos ingresaron al local ubicado en la esquina de E. Zeballos y Gral Paz y sin pérdida de tiempo se lanzaron contra el mostrador de Santa Fe Servicios, donde se hace el cobro de impuestos entre otros trámites.

De los malvivientes se supo que eran dos hombres, de unos 30 años aproximadamente. Ambos estaban armados y actuaron a cara descubierta. Uno de ellos amenazó verbalmente a la empleada (¡¡¡calláte la boca porque te voy a disparar!!!” ) y en dicha escena se le escuchó un acento extranjero del tipo paraguayo o colombiano.

En su accionar dejaron en claro que no eran improvisados. Ni bien irrumpieron, uno de los ladrones fue por el guardia de seguridad privada a quien, bajo amenazas, lo condujo hasta los fondos del inmueble.

Mientras tanto su compinche fue directamente hacia la empleada de Santa Fe Servicios, la encañonó con su arma y le sustrajo el dinero que había en la caja.

En medio del atraco otra empleada del súper entró en pánico, se puso a gritar y salió corriendo entre los exhibidores (actitud que pudo haberle costado la vida). Por fortuna el delincuente la dejó escapar sin recurrir a ninguna medida.

Ya logrado su objetivo los rufianes se subieron a una moto, del tipo cross, que habían dejado estacionada sobre E. Zeballos. Una vez que le dieron marcha salieron de contra mano por la calle mencionada en dirección hacia la costanera.

Estaba repleto de clientes

Por la hora y el lugar del robo, ambos rufianes demostraron estar decididos a todo. Al momento del atraco el supermercado se encontraba repleto de clientes. “Yo estaba en el fondo y cuando me acerqué vi todo el caos”, dijo hoy Daniel Suárez, gerente de la firma, en diálogo con El Litoral.

“Si bien fue un momento muy feo, por suerte no lastimaron a nadie. Lo único que las empleadas que fueron encañonadas aun están muy asustadas. Y es lógico porque nadie está acostumbrado a que le apunten con un arma de fuego”.

“Me llamó la atención la osadía de estos tipos y la rapidez con la que actuaron. Todo habrá durado 1 minuto aproximadamente. No los asustó ni que estuviera lleno de gente, ni el guardia, ni las empleadas. Los delincuentes eran hombres grandes, y uno de ellos tenía un curita en la nariz”, agregó.

“Todavía no podemos precisar cuánto se llevaron porque aun se están haciendo los arqueos. Por eso no hicimos la denuncia tampoco, hasta que sepamos la cifra”, culminó.