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Un hombre de 44 años fue condenado a prisión perpetua por haber asfixiado a su madre de 76 en junio de 2015, en el departamento en el que ambos convivían en el barrio porteño de Balvanera, donde la víctima, que sufría serios problemas de salud, era sometida a malos tratos desde 2010, se informó hoy oficialmente.
El fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 22 porteño sentenció a Pablo Gabriel Artaza, a quien le atribuyó el ‘homicidio agravado‘ de María Estela Barreiro González y también el delito de ‘defraudación por circunvención incapaz‘ por haberse apropiado ilegalmente del dinero de la venta de un inmueble de su madre.
La Procuración General de la Nación informó a través de su página web que la pena impuesta por los jueces Sergio Paduczak, Ángel Gabriel Nardiello y Patricia Cusmanich coincidió con la requerida por el fiscal Marcelo Martínez Burgos, quien en su alegato había sostenido que la víctima se encontraba ‘en situación de abandono‘, tenía ‘un precario estado de nutrición‘, dificultad para movilizarse y deterioro cognitivo.
El hecho ventilado en el debate ocurrió alrededor de las 16 del 13 de junio de 2015, en un departamento situado en Pasco al 500, de Balvanera, donde Artaza convivía con su madre.
De acuerdo a la autopsia, el matricida comprimió el cuello de la anciana y la asfixió, en tanto que el cuerpo también presentaba otras 13 lesiones previas a la muerte y que había sido provocadas ‘por terceros‘ y en distintas ocasiones.
Según el fiscal, luego de matar a su madre, Artaza ‘montó una estrategia‘ al retirarse del lugar y regresar un par de horas después con un amigo para ‘sorprenderse‘ por la muerte de ésta.
Durante el debate, ese amigo declaró que el ahora condenado había estado ‘nervioso‘ durante el encuentro entre ambos y que si bien al llegar al departamento primero se mostró ‘tranquilo‘, cuando llegó el personal del Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) ‘se hizo como el artista, el eufórico‘, precisó el informe oficial.
Los jueces sostuvieron en su fallo que ‘Artaza lo utilizó (a su amigo) como coartada para generar una estrategia defensista para justificarse‘ y descartaron que el hombre haya estado ‘constantemente preocupado‘ por su madre, tal como él lo afirmó. Además, el tribunal también desechó la versión de Artaza de que su madre había sido asesinada durante un robo ya que ‘ningún vecino, ni nadie, vio ni advirtió nada raro‘ y ‘la cerradura de entrada al edificio así como la de la casa no estaban violentadas‘.
En su alegato, el fiscal Martínez Burgos tuvo en cuenta el testimonio de una de las vecinas del edificio de Pasco que el día del crimen escuchó la palabra ‘socorro‘ cuatro o cinco veces y luego describió ‘como un ahogo‘. Según reveló la Procuración, esta testigo también dijo que la víctima era sometida a ‘malos tratos‘ por su hijo.
En igual sentido declaró la hermana de Artaza, quien dijo que ‘vivían llamando a la comisaría‘ a raíz del maltrato que el hombre le propinaba a la madre. ‘Se sentían los golpes y ella gritaba; era un cadáver, pedía comida en la calle‘, recordó otra vecina del edificio y agregó: ‘Un día la sacó en invierno a la calle y le tiró agua fría porque le decía sucia.‘ De hecho, esta testigo afirmó que para ella fue la ‘crónica de una muerte anunciada‘.
El informe judicial precisó que la víctima había denunciado a su hijo por primera vez en 2010, cuando se presentó en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema (OVD) y contó que sufría agresiones, gritos y empujones de parte de aquel. ‘Se encuentra ampliamente probado el maltrato constante que existía por parte del imputado hacía su madre, no siendo un caso aislado sino por el contrario una situación que se daba asiduamente por no decir todos los días, desde hace mucho años‘, afirmaron los jueces.
Por otro lado, el tribunal dio por probado que en mayo de 2013 Artaza logró que su madre le vendiera un inmueble situado en el barrio de San Cristóbal a un tercero pese a que la víctima no conservaba ‘la capacidad biopsicológica necesaria para firmar el boleto de compraventa‘. Para la Justicia, el hombre se quedó él solo con los 182.000 pesos producto de esa operación para perjudicar económicamente a su hermana, aunque se se desconoce qué hizo finalmente con ese dinero.