El Litoral
El sismo fue de una magnitud superior a 7,5 en la escala de Richter. Las olas podrían alcanzar islas ubicadas hasta a casi 900 kilómetros al este en el Pacífico.
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DPA
Un terremoto de magnitud superior a 7,5 desató hoy una alerta de tsunami en Nueva Zelanda y la primera gran ola alcanzó ya la costa norte de la Isla Sur, informaron las autoridades de protección civil.
Las olas podrían alcanzar amplias zonas de la Isla Norte y de la Isla Sur, así como las islas de Chatham, situadas a casi 900 kilómetros al este en el Pacífico.
A la primera ola le podrían seguir otras y la primera no es necesariamente la más grande. La Defensa civil llamó a los residentes en las costas a marcharse a lugares a mayor altura. "Vayan al interior o a terrenos elevados inmediatamente", señalaba el comunicado.
La alerta está vigente para toda la costa oriental de la Isla Norte y la Isla Sur y para las islas Chatham.
El centro geológico de Estados Unidos (USGS) cifró la magnitud del sismo, ocurrido en la media noche (local, 11:00 GMT), en 7,8 en la escala Richter, mientras el centro geológico alemán habló de 7,9 y el neozelandés de 7,5.
El sismo, producido a una profundidad de 10 kilómetros con epicentro al norte de la ciudad de Christchurch, provocó fuertes sacudidas que se sintieron a más de 200 kilómetros en la capital Wellington, así como en Taranaki, Hamilton y Auckland, en la isla Norte, según medios locales.
Por el momento no hay informaciones de muertos o heridos. En los medios sociales están apareciendo informaciones sobre fuertes daños. Una persona contaba en Twitter que su casa había desaparecido en Cheviot, según Radio Nueva Zelanda.
Los huéspedes de los hoteles en Christchurch, en el centro del país y cerca del epicentro, fueron evacuados y permanecen al aire libre en el distrito central de la ciudad.
Un portavoz del Gobierno dijo a la emisora que se está monitoreando la situación pero por el momento no se activó el centro de operaciones de emergencia (EOC).
Un terremoto de magnitud 6,3 golpeó duramente Christchurch en 2011, dejando 185 muertos y 100.000 viviendas gravemente dañadas.