Mario Cáffaro
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Mario Cimadevilla considera que es la herramienta clave para destrabar la falta de colaboración de Irán.
Mario Cáffaro
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Mario Cimadevilla es titular de la Unidad Especial de Investigación del atentado a la Amia y esta semana pasó por Santa Fe donde en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL expuso sobre el anteproyecto de juicio en ausencia para juzgar a los iraníes acusados como autores del hecho y cuyo país se niega a entregar. Oriundo de Trelew, radical, fue senador nacional por Chubut, su título de abogado lo obtuvo en la UNL. En su vuelta a Santa Fe recordó a la mayoría de los docentes así como compañeros de estudios muchos de los cuales llegaron a cargos públicos en provincias e incluso en la Nación. Recuerdo aparte tuvo para con El Litoral tabloide como aparecía en aquellos años.
—¿Cuál es la función de la Unidad creada especialmente por la gestión Macri?
—Es una Unidad que tiene rango de Secretaría de Estado. El presidente Macri nos encomendó que ayudáramos a la investigación que se está haciendo sobre la causa Amia que lleva años y sin resultados positivos. No reemplazamos a (Alberto) Nisman.
Los fiscales que están en lugar de Nisman integran el Poder Judicial, forman parte de la investigación judicial. Son los jueces los que investigan y tienen que decir que pasó en la Amia. Nuestra Unidad tiene por función ver cómo remover los obstáculos que tiene la Justicia para dictar sentencia. Uno de los obstáculos es que los jueces entienden que no se puede avanzar en los juicios si los imputados no están presentes.
En la causa Amia hay cinco iraníes imputados -algunos de ellos funcionarios de gobierno- que se niegan a venir a la Argentina. Además Irán es un país sospechado de haber participado y colaborado con el atentado y se niega a colaborar con la Justicia argentina.
Nos encontramos ante esta parálisis: la investigación no puede avanzar porque los juicios en ausencia no se pueden hacer. Se pueden hacer pero los jueces -por una tradición jurídica- entienden que no. ¿Cómo pretendió eludir esto el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner? Firmando el famoso Memorándum de entendimiento con Irán, creando una comisión especial para avanzar en la investigación. Este Memorándum fue declarado inconstitucional por la Justicia, se cayó y volvemos a la parálisis que tuvimos durante 20 años.
Nosotros intentamos promover, legislar el instituto de “juicio en ausencia” que permite que los jueces avancen con la investigación, que puedan dictar sentencia independientemente de que el imputado se sustraiga o no a la comparencia ante el juicio. Una de las misiones es promover un debate legislativo. Estamos hablando con los bloques del Senado, con las facultades de Derecho del país para que las cátedras se comprometan sobre cuál sería la solución para el tema. Sabemos que el tema divide la opinión de la doctrina. A los dos sectores le decimos que entiendan que todos tenemos que hacer aportes para superar esta situación porque si no habrá impunidad, como hasta hoy. Queremos darles a los jueces una herramienta que permita continuar con la investigación. El derecho es dinámico y tiene que dar respuestas a situaciones nuevas.
—¿Para usted es central tener el juicio por ausencia?
—La causa hoy se encuentra paralizada porque se sostiene que no se puede avanzar.
—Si bien ustedes no revisan la causa judicial ¿considera que están los elementos para condenar a los iraníes?
—Hemos conversado con los fiscales y ellos entienden que hay elementos para condenar a las personas indicadas. Obviamente si el juicio se reanuda habrá que debatirlo con los medios de prueba que hay y tendrán que tener los elementos suficientes para poder convencer al tribunal.
Otra de las tareas es plantear algunas de las cuestiones que genera esta causa en los organismos internacionales. Llama poderosamente la atención por qué no se hizo antes. Hemos buscado los tratados en que han sido signatarios la Argentina e Irán. Uno tiene que ver con la discriminación y éste fue un acto, sin duda, antisemita más allá de que se atacó a la Argentina, y también otro curiosamente de colaboración judicial, cosa que no hace Irán. Esto nos permite concurrir a organismos internacionales como Naciones Unidas y ventilar la situación. Naciones Unidas tiene herramientas compulsivas contra países miembro que no la tenemos nosotros como Estado.
Haremos planteos ante organismos internacionales que puedan servir de elementos de presión a Irán para que colabore con la investigación.
También se nos encomendó acompañar al tribunal toda la documentación que pueda existir en dependencias del Poder Ejecutivo (inteligencia y fuerzas de seguridad) y que puedan tener que ver con la causa Amia.
—En los últimos días se habló de la aparición de nueva documentación.
—Apareció en la ex Side, no en buen estado, pero que puede servir. Es sobre autopsias y los elementos que se recolectaron.
—La Unidad también observa cómo avanza la investigación del caso Nisman.
—Si bien no tenemos competencia en la investigación de la muerte de Nisman, el decreto de creación de la Unidad nos faculta a indagar en aquellas causas que tengan que ver con la Amia. El problema es que no sabemos si Nisman se mató o la mataron.
Esto pone de manifiesto junto con la causa Amia los problemas que tiene la Justicia argentina para investigar causas complejas y sobre todo cuando las causas rozan el poder. Me pregunto si la Justicia argentina está en condiciones o no de investigar al poder. Como sociedad tenemos que abordar esta cuestión; ver qué tipo de Justicia tenemos y qué tipo de Justicia necesitamos como también qué tipo de servicios de inteligencia queremos. Los queremos para que espíen a periodistas, a políticos, a jueces o queremos que su accionar nos permita prevenir un atentado, o si ocurriera a las 24 horas esclarecerlo como ocurre en Francia, España.
Justicia con freezer o microondas
Cimadevilla integró el Consejo de la Magistratura por la minoría del Senado y es muy crítico sobre el funcionamiento del Poder Judicial especialmente en lo que se relaciona con el poder.
“Tengo una visión muy crítica del funcionamiento del Poder Judicial en la Argentina. Nadie puede negar que hoy existe sensación de impunidad al ver los casos de corrupción que se están investigando y que han estado en el freezer durante tantos años. Desde la política nos podemos hacer cargo de muchas cosas de los últimos años, incluso de la corrupción, pero de la impunidad se tiene que hacer cargo el Poder Judicial. Hay un artículo este fin de semana en Perfil de Jorge Fontevechia que habla de freezer y microondas. Cuando el poder político tiene fortaleza en la Argentina los jueces frezan las causas y cuando se debilita las ponen en el microondas para descongelarlas.
—¿Cómo hace la política para destrabar esta situación?
—Es un tema central que debe abordar la política argentina. Desde mi punto de vista hay dos visiones sobre cómo relacionar el poder político y el judicial en la Argentina. Los que militamos en un partido como el radicalismo hemos predicado con el ejemplo, no con palabras, de que los jueces deben ser de la ley y de la Constitución y no jueces del poder. A los gobiernos radicales nos pueden achacar muchísimas cosas, pero no que pretendimos manejar el Poder Judicial para conveniencia del poder político. No podemos decir lo mismo del partido que estuvo en el gobierno hasta el año pasado.
Ellos han generado un relacionamiento del Poder Judicial y el poder político de muchas complicidades donde mutuamente se aseguraban impunidad. El poder político en el Consejo de la Magistratura le garantizaba impunidad a los jueces que a su vez aseguraban impunidad cuando investigaban actos de corrupción del poder político.
Esto se puso de manifiesto en muchas causas y en la modificación del Consejo de la Magistratura que bajó de 21 a 13 miembros. Allí perdieron fuerza abogados y académicos pero no los miembros del Poder Judicial. Los representantes del Poder Judicial que no podían participar de la comisión de Disciplina, ahora lo hacen y los abogados que antes participaban, ahora no lo hacen. Ahora la Comisión de Selección la manejan los jueces.
Ésta es la discusión que hay que dar. Hoy la sociedad ha puesto el ojo sobre el funcionamiento del Poder Judicial. La magnitud de algunos actos de corrupción que se han conocido como el caso López -que tal vez no sea el más grave- o la Rosadita causaron alto impacto en la sociedad. Están las condiciones para dar este debate: ¿Qué tipo de jueces queremos?, ¿Cómo queremos organizar el servicio de Justicia?,¿Cómo queremos que sea el relacionamiento entre el Poder Judicial y el poder político? No pretendo que la Justicia anarquice al poder político como ha ocurrido en otros países, pero sí creo que algún cambio debe haber. Cuando la sociedad empieza a hacer justicia por mano propia es un síntoma muy evidente de que la sociedad no cree en el funcionamiento de uno de sus poderes, poder que es pilar para el funcionamiento de la República.
Analogías
El debate del juicio en ausencia, Cimadevilla se anima a hacer una analogía con el llamado Juicio a las Juntas que se hizo durante la época de Alfonsín.
“Alfonsín se encontró que para juzgar a los responsables de los crímenes cometidos durante la dictadura había obstáculos de tipo legal. Los removió, promovió debates en el Parlamento que llevaron a modificar el Código de Justicia Militar y permitió que los responsables del genocidio fueran condenados. Hoy tenemos que buscar una respuesta legislativa para que la causa Amia pueda continuar investigándose”.