Nicolás Loyarte
La explicación de la facultad que tienen los presbíteros locales.
Nicolás Loyarte
@nicoloyarte
Para la Iglesia santafesina no fue novedad ni cambió nada la decisión del papa Francisco de autorizar a los sacerdotes a conceder el perdón a quienes se hayan arrepentido de haber practicado o facilitado el aborto, considerado pecado grave en la Iglesia, al prorrogar en forma indefinida el permiso que había concedido durante el Año de la Misericordia.
La disposición papal está incluida en el carta apostólica “Misericordia et misera” presentada ayer, en la que el pontífice destacó: “Para que ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios, de ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto”, aunque agregó luego: “Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente”.
“Para la Iglesia, el aborto además de un pecado gravísimo es un delito”, amplió el concepto esta mañana el vicario general del Arzobispado de Santa Fe, Javier González Grenón, quien además ocupa el cargo de juez del Tribunal Canónico.
“Sólo los obispos y los vicarios generales de cada diócesis tenían la facultad de remitir (perdonar) ese delito. Lo que hizo el papa, por su poder supremo, es dar ahora a todos los sacerdotes la facultad de perdonar la pena, la excomunión ipso facto (por el mismo hecho, en el acto). Nadie puede acceder a ningún sacramento sin el perdón de la excomunión”, explicó González Grenón. “Para nosotros, en Santa Fe, no es ninguna novedad, porque hace décadas, desde la época de monseñor Zazpe, que los sacerdotes tienen la facultad de remitir ese pecado”, dijo el vicario general.
“Tengo 22 años de sacerdote y desde el primer día que fui ordenado, el arzobispo nos dio a todos los sacerdotes la facultad de remitir ese pecado —contó González Grenón—. O sea que para Santa Fe no cambia nada, ya se venía remitiendo la pena de excomunión por el delito de aborto, sin necesidad de que intervenga el obispo”.
—¿Por qué en Santa Fe cualquier sacerdote ya concedía el perdón?
—Por el mismo motivo que lo decidió ahora el Papa: para facilitar el acceso a los sacramentos a las personas ante el drama del aborto y la necesidad de reconciliarse con la Iglesia. Más allá de la gravedad del aborto siempre tenemos esta mirada misericordiosa hacia la persona que se acerca arrepentida, dolorida y necesita esa respuesta inmediata del perdón de la Iglesia.
—¿El perdón alcanza tanto a mujeres que abortan como a médicos que lo ejecutan?
—El delito es realizar el aborto, que se denomina aborto procurado, y caen en esa excomunión todos: la mujer que aborta, los médicos, enfermeras y quienes la ayudaron a abortar.
—¿Cuál fue el impacto de esta decisión papal en la Iglesia santafesina?
—La verdad es que el Papa Francisco nos tiene acostumbrado a este tipo de sorpresas. En el final del Año de la Misericordia es un gesto grande de misericordia ante el sufrimiento de las personas, sobre todo de las mujeres. Uno tiene la experiencia del confesionario y las ve llegar con un dolor muy grande. Puedo decir que hay mujeres que lo confiesan durante toda su vida, pese a que lo confesaron la primera vez, lo repiten. El trauma que deja el aborto es muy grande. Por ello veo esta decisión como muy positiva, aunque no hay que dejar de decir que el aborto es un pecado grave, no nos confundamos.
—¿Puede ser un alivio para mujeres y médicos que abortaron?
—La posibilidad de reconciliación con la Iglesia y recibir los sacramentos siempre estuvo. Ahora se hace más inmediato y próximo, ante la posibilidad de perdón del sacerdote.
—¿Esta decisión puede dar lugar a que una mujer o un médico digan “voy a abortar, total obtengo el perdón”?
—Eso puede pasar con cualquier pecado. Es un tema de conciencia que debe evaluar la persona, y también lo evalúa su confesor.