El Litoral
“Comunidad, cultura ciudadana y desarrollo urbano” fue el eje del panel que se desarrolló el jueves por la tarde, en el Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral.
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Prensa MCSF
Con la participación de especialistas de Colombia, México y Argentina, los asistentes a la XXI Cumbre de Mercociudades reflexionaron esta tarde acerca del rol de la gestión cultural en procesos de transformación social. “Comunidad, cultura ciudadana y desarrollo urbano” fue el título del panel que contó con la participación de Fabio Quetglas, Inés Sanguinetti, Enrique Glockner y Jorge Melguizo; y se desarrolló en el Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), luego de la presentación del Programa Munigestión, que estuvo a cargo del Secretario de Extensión de la casa de altos estudios, Gustavo Menéndez y la directora de Acción Territorial de la UNL, Carolina Sanchís. En el cierre de la jornada, actuó el Estudio Coral Meridies dirigido por Virginia Bono, que interpretó un repertorio de música latinoamericana y del litoral argentino.
El escenario
Fabio Quetglas (Argentina) presentó la temática del panel y moderó las intervenciones, planteando un contexto de gran incertidumbre a partir del desafío que implica “gobernar ciudades de millones de habitantes, una experiencia de la que no hay antecedentes”, y ante la cual los instrumentos tradicionales para comprender los fenómenos sociales se revelan insuficientes.
En ese marco, la conflictividad social y la emergencia de nuevas identidades vinculadas a los desarrollos tecnológicos completan, según Quetglas, un escenario complejo a la hora de pensar las dinámicas urbanas contemporáneas, donde se plantean la “dificultad de gobernabilidad” y “la exclusión como fenómeno metaeconómico”.
Cultura de Base Comunitaria
A partir del contexto esbozado por Quetglas, la presidenta de “Crear vale la pena”, Inés Sanguinetti (Argentina), planteó la necesidad de impulsar las experiencias que “a través de miles de organizaciones construyen un programa de utopías y futuros posibles, que hacen presente el progreso en los espacios donde se desarrollan”. Por eso, indicó que se trata de fortalecer ese sector de “pequeñas organizaciones de base y núcleos donde se piensa la política pública de base comunitaria, que quieren instalar en las gestiones nacionales, provinciales y municipales, la idea de que el Estado extienda la frontera de su responsabilidad desde las bellas artes al arte de base comunitaria, como una manera de garantizar calidad democrática”.
En esa línea, el experto del Programa de Ciudades Piloto de la Agenda 21 de la Cultura de la Comisión de Cultura del CGLU, Enrique Glockner (México), se refirió a cómo “desde lo local se pueden ganar batallas que son globales, en las que la ciudad se revela como el espacio por naturaleza para construir y generar cohesión social”. A partir de una experiencia en el estado de Puebla, en México, Glockner argumentó que cada organización territorial exige estrategias particulares para pensar proyectos culturales que tengan por objetivo reconstruir el tejido social que fragmentan problemáticas como el crecimiento poblacional, el envejecimiento de la población, el feminicidio, la desigualdad social y la violencia en sus diferentes niveles.
En ese marco, compartió la experiencia que lleva a cabo la Asociación Civil “Banda Urbana” con bibliotecas rodantes que recorren los barrios más pobres de Puebla, y se construyen sobre “tamaleras” (bicicletas que se utilizan para la venta ambulante de tamales). “No se trata de cambiar a la gente o imponerle modelos, sino de darles opciones”, concluyó.
La cultura más allá de la cultura
Finalmente, Jorge Melguizo coincidió con sus colegas en la necesidad de proyectar las políticas culturales de manera transversal a todas las áreas de gestión municipal, pensando “la cultura más allá de la cultura”. En su exposición se refirió a la experiencia de “Guerreros del Arte”, que se desarrolla en Medellín, Colombia, convocando a grafiteros, raperos, músicos y pedagogos, entre otros que se comprometen a través de ese proyecto a realizar “una revolución sin muertes”. En este sentido, precisó que es necesario cambiar el paradigma con que se plantean soluciones a la violencia y sostuvo que “lo contrario a la inseguridad no es la seguridad sino la convivencia”.
“Si un proyecto de gestión cultural pública no es articulado, integrado por todas las áreas de gobierno no se produce transformación cultural en el sentido que necesitamos; se queda solo en hechos artísticos o eventos culturales esporádicos, y no se logra eso que necesitamos en Latinoamérica que es una transformación cultural”, enfatizó Melguizo.
Munigestión
Previo al panel “Comunidad, cultura ciudadana y desarrollo urbano”, se presentó el programa Programa Munigestión, desarrollado en conjunto entre la UNL y la Universidad Nacional de Rosario. Esta herramienta tiene como objetivo capacitar a municipios y comunas para llevar adelante una política de gestión.
En este contexto, Gustavo Menéndez felicitó al Gobierno de la Ciudad por la exitosa organización de una nueva Cumbre de Mercociudades. Destacó la importancia de la Red ya que: “se ha logrado mantener en el tiempo y que cada miembro ha aportado para que se fortalezca”. Luego señaló la tradición histórica de la UNL de vincularse con Municipios y Comunas de la región para fortalecer su desarrollo y remarcó que Munigestión es la herramienta más importante que tiene la UNL para este fin.
A continuación Carolina Sanchis detalló el Programa Munigestión y se extendió sobre la metodología de trabajo del mismo. “Desde las universidades debemos pensar el transitar de los proyectos con la sustentabilidad suficiente y necesaria para generar en los gobiernos y transformar las políticas públicas”, afirmó para luego agregar que con ese objetivo firmaron 84 convenios con comunas, municipios y concejos municipales de toda la provincia.