El Litoral
El ministro de Energía admitió el impacto que tendrá en el bolsillo de los consumidores. Y dijo que servirá para que valoricemos la energía con el real costo de producirla.
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El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, admitió hoy que la reducción de subsidios a los consumos de gas y electricidad provoca “un impacto en el bolsillo de todos los argentinos, pero tiende a que valoricemos la energía con el real costo de producirla, que va a ser la primera etapa para producir ahorros y eficiencia en su uso racional”.
Aranguren expresó estos conceptos al hablar durante un seminario en la Cancillería sobre la aplicación en el país de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de la ONU.
El ministro recordó que el objetivo 7 del plan de Naciones Unidas apunta a “garantizar el acceso a la energía asequible, sostenible, segura y moderna para todos” y que “se emparenta con las metas del gobierno de “garantizar la seguridad energética para el desarrollo sostenible y acompañarla con una mitigación del impacto del cambio climático”.
“El sector energético es productor del 27% de los gases de efecto invernadero en el país, por su participación relevante en la matriz de anhídrido carbónico”, precisó.
Sobre la quita de subsidios para estimular el ahorro, el ministro destacó el paliativo de la tarifa social para el acceso de los sectores más vulnerables a los servicios eléctricos y la provisión de gas.
Aranguren recordó que, en materia de electricidad, el beneficio alcanza a 3,6 millones de hogares, el 27% de los 13,2 millones de usuarios, "pero con los cambios introducidos, de generar mayor participación a partir de reducir la antigüedad requerida de los vehículos y de considerar dos sueldos mínimos, aún para jubilados y pensionados, ese número se tendría que elevar a aproximadamente 4 millones".
En materia de gas natural, prosiguió el ministro, “cuatro provincias aún no tienen redes -van a tenerlas a fines del año próximo, cuando terminemos el GNEA (Gasoducto del Noreste)-, y tampoco acceden muchos barrios en los conurbanos de las grandes ciudades, por lo cual son sólo 8 millones los hogares que reciben este servicio, de los cuales el 25% lo hace con tarifa social”.
Luego, “en el caso del plan de garrafas, que alcanza a 2,6 millones de hogares, su reformulación mejoró la situación anterior, donde la distribución tenía mucho que ver con la política partidaria, porque estaba a cargo de los municipios, mientras a partir de una base de datos de Anses son las amas de casa las que reciben el subsidio y es más razonable que así sea”, aseguró Aranguren.
El ministro anticipó que “seguiremos trabajando en la depuración de bases de datos y reorganizar la tarifa social, porque hoy sólo se tiene como referencia al titular del servicio, del medidor de gas o luz, y tenemos que asegurarnos que (el beneficio) llega a quien la necesita; ése es un trabajo que vamos a encarar durante 2017”.
Aranguren recordó asimismo que en tres meses se adjudicaron 59 proyectos de energías renovables en 17 provincias por 2.423 Mw de potencia, que se construirán en plazos de 12 a 30 meses.
Así, “en 2018 el 9% de la matriz de generación eléctrica estará cubierta con fuentes renovables”, por encima de la meta de 8% fijada por la ley 27.191, según la cual esa proporción deberá elevarse hasta 20% en 2025.
Como punto de partida, Aranguren recordó que hoy las energías renovables representan apenas 1,8% del consumo: unos 800 Mw de centrales eólicas y solares, y 600 de pequeños emprendimientos hidroeléctricos.
El ministro anticipó además que “vamos a empezar la segunda etapa del Permer (Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales), con créditos del Banco Mundial por u$s 200 millones, “para que tengan acceso a energía renovable lugares remotos en donde el costo de transmisión es muy alto”.
“El programa permite el acceso remoto a una energía limpia en la forma de mini generadores eólicos, calentadores solares, células fotovoltaicas y otros, sin costos de transmisión, y vamos a cubrir unos 300.000 hogares, aproximadamente 1,1 millón de personas”, concluyó Aranguren.