De la Redacción de El Litoral
El juez penal Sergio Carraro confirmó la prisión preventiva para Guillermo Poch, acusado por “facilitamiento de la prostitución” en el céntrico negocio de calle Lisandro de la Torre y 25 de Mayo.
De la Redacción de El Litoral
“De ninguna manera corresponde la domiciliaria” para el dueño del bar-wiskería el Stud, dijo el fiscal Omar de Pedro, quien esta mañana solicitó el rechazo, tanto del pedido de libertad como de prisión domiciliaria para Guillermo Walter Poch. El hombre, de 57 años, se encuentra privado de su libertad desde mediados de agosto, acusado por el delito de “promoción y facilitamiento de la prostitución”, como administrador del local céntrico de Lisandro de la Torre y 25 de Mayo.
El planteo del Ministerio Público Fiscal tuvo lugar esta mañana en una audiencia en la que el abogado particular de Poch, el Dr. Néstor Oroño, solicitó la revisión de la prisión preventiva oportunamente dictada por el juez de la IPP Héctor Candioti y reafirmada hoy por su par, el Dr. Sergio Carraro.
La fiscalía adelantó además que analiza ampliar la acusación para el imputado y su pareja Viviana Guadalupe Gallo, la cual sí atraviesa el proceso en prisión domiciliaria por contar con dos hijos menores de edad a su cargo. Es decir, que tal como lo adelantó el Dr. De Pedro, podría atribuirle a ambos las figuras de “explotación económica de la prostitución ajena” y “cohecho”, este último, con la presunta complicidad de fuerzas públicas y organismos estatales.
Peligro procesal
En su presentación realizada el 24 de noviembre, Oroño sostuvo que casi cuatro meses después de ordenada la detención “las diligencias básicas ya han sido cumplidas por la fiscalía que ha entrevistado a las personas que se presentan como víctimas”. También destacó que “se han desgrabado las escuchas telefónicas” y que “han declarado el dueño del local y la encargada”, lo cual indicaría que “la investigación se encuentra agotada en ese sentido”.
Asimismo, en caso de que el juez no le hiciera lugar a la libertad, la defensa propuso como alternativa la prisión domiciliaria, atento a su precaria situación de salud, afectadas por las pésimas condiciones de detención que padecen los presos de la comisaría 16ª de Santo Tomé, donde cohabitan 8 personas en una celda para cuatro, según reveló el propio Poch ante el magistrado.
“Me falta el aire, tengo problemas en el habla; la comida es escasa tanto para mí como para mis compañeros y hasta tiene olor y el baño se rebasa”, fueron algunos de los detalles que brindó el preso durante la audiencia.
“No creo que merezca esto”, se lamentó el hombre que pese a las acusaciones sostiene que “nunca tuve inconvenientes con ninguna de las chicas” y que “si algo está mal hecho me arrepiento” ya que de haber sabido lo que podría ocurrirle “nunca hubiese seguido corriendo los riesgos”. Finalmente, remarcó que “el Stud ha sido definitivamente cerrado”.
Ampliación
A su turno, el fiscal cargó contra los dichos del imputado, a quien desmintió leyendo varios pasajes de las escuchas telefónicas que dan cuenta del negocio de la prostitución que comandaban Poch y su pareja Gallo. “Hay un claro aprovechamiento” de la situación de las mujeres que estaban bajo situación de prostitución en el Stud, porque “es gente que necesita trabajar” y “Poch no es el benefactor de estas mujeres”, agregó De Pedro.
Por último, el juez Carraro rechazó el planteo de la defensa, descartando tanto la libertad como la domiciliaria propuesta; aunque ordenó el traslado del detenido a otra dependencia policial o del Servicio Penitenciario donde puedan ser atendidas las cuestiones de salud referidas por el abogado Oroño y respaldadas por los estudios médicos pertinentes.
Bar Místico
Junto con las detenciones de Poch y Gallo, a mediados de agosto pasado, quedó detenido Juan Carlos Cisneros, corondino de 63 años, sindicado como dueño o administrador del bar Místico, ubicado en peatonal San Martín Norte 2778. Como en el caso anterior, el fiscal Omar de Pedro solicitó la medida restrictiva de la libertad, tras una larga argumentación, basada en una investigación emprendida meses atrás por la Agencia de Investigación sobre Trata de Personas del Ministerio de Seguridad de la provincia.
En ese caso, el propio Cisneros trató de defenderse de un delito que tiene una pena mínima de 4 años de prisión efectiva. “Iba a cerrar en diciembre, pero estaba funcionando por pedido de la gente que necesita trabajar”, dijo y explicó que su situación patrimonial es caótica.
“Éramos un grupo de personas que se estaba divirtiendo en un lugar”, se justificó. “Yo digo bailarinas, no les digo víctimas”; “yo considero que son personas profesionales, bailarinas”, siguió: “Hay bailarinas eróticas, lo hace Marcelo Tinelli en la televisión, nosotros lo hacemos en privado”, completó.