En el balance sobre los resultados económicos de 2016, uno encontrará que el sector agropecuario tiene motivos para festejar. Cambiemos cumplió con la eliminación de las retenciones a la mayoría de los granos, aunque con la soja se bajará progresivamente.
En el balance sobre los resultados económicos de 2016, uno encontrará que el sector agropecuario tiene motivos para festejar. Cambiemos cumplió con la eliminación de las retenciones a la mayoría de los granos; aunque bajó la de la soja pero no pudo reducirla progresivamente, como había prometido. Todos los actores del rubro saben que pueden ocurrir en el segundo semestre de 2017, o nunca. Se verán para entonces los niveles de recaudación y los precios internacionales.
Mauricio Macri arrancó su gobierno con la eliminación de las retenciones. Fue su primera promesa de campaña cumplida. Hubo una excepción con la soja, principal cultivo de la Argentina, con la que se decidió una baja gradual del 35 % al 30 %, que significó unos 4.800 millones de dólares.
La primera medida del flamante gobierno nacional generó un cambio de expectativas en los productores de trigo, maíz, sorgo y girasol. Mucho más entre los ganaderos que comenzaron a observar un descenso en los gastos de alimentación, con lo cual la competencia de precios los hacía más rentables. Para el exterior pasó algo parecido. La soja encontró precios muy aceptables, y los demás granos recibieron mayores y mejores ofertas. Mediante el decreto 349/2016, el gobierno eliminó las retenciones a las exportaciones mineras, que representaban para el Estado algo más de U$S 200 millones. En conjunto, esto le costó al Estado dejar de recibir unos 5.000 millones de dólares por retenciones a lo largo de este año. Por eso, no sorprende que los miembros asociados por Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Crea) coincidan en sostener que las empresas del agro están más optimistas para realizar inversiones.
Según el informe que llegó a este diario, el 56 % de los productores están dispuestos a apostar por el sector. También las empresas de los diferentes rubros de la agricultura, ganadería y lechería manifestaron su “optimismo y las buenas expectativas” para realizar inversiones en el país. Si, efectivamente, esto se confirma, representaría el “valor máximo” desde que se realizan estos informes cuatrimestrales a partir del año 2012.
A ello hay que sumar otro dato: el resultado de la encuesta “muestra el buen ánimo entre los productores y las buenas expectativas de cara al cierre de 2016”, y que para el 2017 el 76 % de los empresarios consideran que va a ser mejor.
Entre los detalles del sondeo, se precisa que en el caso del productor agrícola se ve reflejado en un mayor interés por lotes destinados a la agricultura y a una buena perspectiva de resultados productivos, ya que 31% de los encuestados que alquilan campos, en la campaña 2016/17 prevén incrementar su superficie arrendada 19 % en comparación con la campaña anterior. Como si fuese poco, en el sector de la ganadería el 65 % de las empresas prevén incrementar 11 % en promedio su rodeo. Y la superficie de praderas y de verdeos de invierno se incrementará entre 48 % y 58 %.
Pero en el campo no todo es color de rosa. Más del 60 % cree que la lechería es la perdedora de 2016. La mayoría de la gente considera que el sector de la maquinaria agrícola es el ganador del año, seguido por los exportadores, los vendedores de insumos y los productores agrícolas. No obstante, con la hidalguía que lo caracteriza, el 43 % de los tamberos considera que es un buen momento para realizar inversiones, lo que implica una visión mejorada en 13 puntos porcentuales sobre las expectativas del sondeo del mes de julio, según el informe de Crea. Pero hubo otro dato alentador: el 48 % de las empresas prevé realizar un aumento en la producción lechera, respecto de la campaña 2015/16, justificado por la mejora en el precio percibido. En ese sentido, 67 % de los casos planea incrementar la producción.