Sin ningún tipo de problemas el chofer del este colectivo dejó la unidad donde le quedó cómodo. Claro, está a pocos metros de la terminal de ómnibus. Evidentemente poco le importó que el cordón esté pintado de amarillo y el cartel que dice que el espacio está reservado. No debería estacionar ahí, pero igual lo hizo, ocupando un espacio (bastante grande) que no le corresponde.