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La convocatoria a elecciones en la AFA que realizó el frente de dirigentes del ascenso y del interior para febrero preocupa a muchos de sus pares de Primera ante una posible desafiliación de la FIFA. "Se está tirando mucho de la cuerda. Sería un golpe muy duro", disparó el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens.
Lammens reflejó el pensamiento de muchos dirigentes de los principales clubes del fútbol argentino, sobre todo de los más poderosos, que esperan con preocupación el pronunciamiento de la FIFA tras la convocatoria a elecciones.
Hasta Claudio Tapia, referente del ascenso y acaso el principal candidato a presidir la AFA, advirtió sobre la posibilidad de una sanción. "Puede que FIFA nos desafilie, ojala que no", lanzó Tapia en una entrevista con el canal TyC Sports.
Tapia es el máximo referente del frente del ascenso que este jueves consiguió los 50 asambleistas necesarios para convocar a una asamblea extraordinaria, en la que se elegiría el nuevo presidente de la entidad y se modificaría el estatuto. Pero saben Tapia y los dirigentes que a la FIFA no le causará ninguna gracia la forma en la que se convocó a elecciones y, mientras esperan la posición oficial de la FIFA, advirtió sobre la posibilidad de una sanción.
Para el presidente de San Lorenzo "la representatividad está dada por los clubes que tienen mayor cantidad de socios" y por eso se mostró en desacuerdo con la convocatoria realizada por el ascenso y apenas seis clubes de Primera.
En la misma sintonía que Lammens se manifestó el presidente de Racing, Víctor Blanco, quien en una entrevista con radio Cadena Uno sentenció que "el ascenso no puede manejar los intereses de los clubes de Primera. Hay que buscar consenso".
Todos los dirigentes coinciden en que la FIFA podría tomar una medida drástica con un fútbol argentino sumido en una profunda crisis.
El 2017 encontró a la dirigencia partida. Por un lado los de Primera que buscan una Superliga, y por otro los representantes del Ascenso que se niegan a avalarla y hacen su demostración de fuerzas con el argumento de que la comisión normalizadora está "acéfala" y acusan a su vice a cargo, Javier Medín, de defender los intereses del gobierno y no del fútbol argentino.