Mariela Goy
Esta experiencia permitió alcanzar altos índices de interés y atención de los chicos que participaron del juego, según los coordinadores del Movimiento.
Mariela Goy
Twitter: @marielagoy
“¡Tiene vida el árbol, seño!”. Objetivo cumplido: captar el interés y la atención de los niños. De allí en adelante, resolverán -casi sin darse cuenta y jugando- operaciones matemáticas en torno a la fundación de Santa Fe. El Movimiento Los Sin Techo puso en práctica en diciembre de 2016 un juego educativo de realidad aumentada, denominado Telar.
La experiencia se llevó a cabo entre 150 chicos, de 5º, 6º y 7º grado, de las 11 salas de informática que posee el movimiento y que están ubicadas en barrios de la periferia santafesina, como Loyola, Barranquitas, Pompeya y Alto Verde, entre otros.
En esos lugares, la entidad ofrece desde hace años apoyo educativo con computadoras y encontró en Telar (la sigla se compone por los términos televisión y realidad aumentada) un recurso tecnológico ideal para generar el interés requerido y alcanzar aprendizajes significativos en las escuelas.
“No se puede pensar en una sociedad integrada sin que los niños de los barrios más pobres accedan a las posibilidades de nuestro tiempo. Es imposible creer que ellos podrán, en un futuro inmediato, integrarse laboral y socialmente si no manejan las herramientas tecnológicas. Por eso, desde el Movimiento Los Sin Techo creemos que hay que colocar los mejores y últimos recursos a disposición de los que menos tienen”, fundamentó Luciano Zoccola, coordinador del Área de Educación de esta ONG que se dedica a la promoción social de los sectores más postergados.
El juego Telar fue desarrollado por el canal SI Televisión, con la participación de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (Fich) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), a través de sus tecnicaturas en videojuegos y animación digital. Para su aplicación en las aulas del Movimiento, se contó con el asesoramiento del historiador Felipe Cervera y del Dr. Panza Doliani, especializado en neurociencia.
¿Cómo es?
El juego narra, en una mezcla de historia y ficción, que durante la expedición de Juan de Garay en Santa Fe, los aborígenes les contaron a los colonizadores que debajo del árbol más grande del lugar había enterrado un cofre que guardaba un secreto, que bien podía ser el camino al Dorado. “La meta del juego educativo es descubrir ese secreto y, en la versión para los chicos de Los Sin Techo, está representado por un cofre real que se abre mediante un código de cuatro números que contiene galletitas y golosinas. De fondo, está la intriga de los chicos por saber qué hay ahí adentro”, dijo Zoccola.
El juego vincula un elemento físico (tablero con un mapa impreso) y uno digital (tablet o celular con una aplicación de realidad aumentada). Tiene un itinerario con casilleros donde se van planteando problemas de matemática, física o ingenio, que deben ser resueltos para ir encontrando las claves y descubrir el tesoro. “Por ejemplo, Juan de Garay tiene 5 grupos de expedicionarios y sólo 25 cantimploras para ir a buscar el tesoro ¿Cuántas les corresponde a cada grupo? Hay fichas con dibujos de cantimploras para ir haciendo la división si tienen problemas”, ejemplificó.
Los chicos empiezan colocando la tablet sobre el árbol del tablero y la aplicación (app) hará que el mismo se vea en 3D, con movimientos y sonidos como el canto de pájaros. De la misma forma, en cada casillero que logren llegar se desplegarán imágenes en realidad aumentada (a partir de la lectura de stickers con códigos QR adheridos al tablero) y datos ocultos durante el itinerario.
Entretenimiento garantizado
“Los chicos se entretienen mucho y casi no se dan cuenta de que están haciendo operaciones matemáticas todo el tiempo. Antes, ya habíamos hecho una experiencia con 7 escuelas secundarias de Santa Fe, con un éxito de las mismas características, porque se logra despertar el interés y la atención. Al evaluarla, probamos -a través de elementos de la neurociencia-, que se registró un 90 % del tiempo de atención útil entre los adolescentes”, destacó Zoccola.
Por su parte, las capacitadoras del Movimiento Los Sin Techo, Mónica González y Beatriz Arriola -que son mamás de los barrios que desde hace más de una década colaboran con la entidad- destacaron que la aplicación de Telar “fue una experiencia muy enriquecedora”.
“En los barrios marginales, vemos constantemente la deficiencia de atención de los chicos en el aprendizaje: no les interesa nada. Les enseñás matemática y lengua y te pueden sostener el interés durante 5 minutos y la otra media hora deambulan por el aula, a no ser que les llevés algo que realmente les llame la atención”, aseguraron las capacitadoras.
“A los chicos les llamó tanto la atención este juego que no se movían del lugar. La verdad es que se engancharon maravillosamente y, además, es una propuesta que promueve la inteligencia”, cerraron las mujeres. La idea es convertirlo en un programa anual durante el 2017.
Crecimiento
“El Movimiento Los Sin Techo considera que es un problema el desnutrido físico pero también lo es el desnutrido informático e intelectual. Por eso, así como actuamos frente a un niño con hambre, nuestra intención es poder atender también la falta de desarrollo intelectual y de acceso a las tecnologías informáticas”, argumentó Luciano Zoccola.
"Con este desafío en puerta, en el 2000, el Movimiento comenzó a trabajar con el proyecto de apoyo educativo a través de las computadoras, primero, en una sala, luego se incorporó otra y así sucesivamente hasta llegar a las 11 que tiene hoy en: Loyola, Las Lomas, Villa Hipódromo, Barranquitas, San Lorenzo, Arenales, Centenario, Chaqueño, Pompeya, Alto Verde y Villa Oculta. Actualmente, hay conexión a Internet en cinco de ellas.