Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Mar del Plata)
El delantero es duda en cuanto a su permanencia. Hubo entrenamiento bajo la lluvia y el único que hizo trabajo diferenciado fue Franco Soldano.
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Mar del Plata)
Han cambiado muchísimo las costumbres y la temática de las pretemporadas. Antes, hace unos cuántos años, se apuntaba a un trabajo de fondo muy intenso. Era muy común, por ejemplo, salir a correr diez o doce kilómetros todos los días. De esto podrá dar cuenta Nery Pumpido, el padre del actual técnico de Unión, o aquella generación de los Alí, Carlos Mazzoni, Eduardo Sánchez, o un poco más acá en el tiempo, Eduardo Sánchez, Marcos Capocetti o el Turco Abdeneve. Se lo comentaba el profe Villarreal (uno de los preparadores físicos del plantel de Unión) a este enviado especial de El Litoral: “Ya las pretemporadas no son de correr largas distancias. Ahora se trabaja mucho en lo físico pero casi todo se hace con pelota”, comenta. Y en estos primeros dos días de trabajo, quedó en evidencia que la intensidad no se negocia, pero que las largas distancias ya no cuentan a la hora de preparar adecuadamente a un jugador profesional.
Sin dudas que los tiempos cambiaron. No es que en esta ocasión, el tiempo pasado no fue mejor. Pero eran diferentes formas de entrenar a un futbolista. Correr por correr no. Pero la realidad indica que el resultado final es positivo, porque la entrega física de hoy es superior a la de antes. Esto, a la hora de hablar de fútbol, no es ni bueno ni malo. Está claro que aún hoy la técnica y el desequilibrio individual, más la porción tan necesaria de estrategia, logra sobreponerse a aquellos que sostienen que al fútbol se gana corriendo. No es así. Correr ayuda, pero hay otros elementos que a la hora de jugar al fútbol, con todo lo que implica este concepto, ocupan un lugar más preponderante.
Todavía no llegó el momento de plantar un equipo en la cancha. Hoy será el tiempo de hablar (ayer lo iban a hacer algunos jugadores pero se decidió que recién se haga hoy para los periodistas que cubren esta pretemporada tatengue) tanto para el técnico como para los jugadores.
Será el momento de preguntarle, por ejemplo, a Lucas Gamba si se irá a Estados Unidos o se quedará. Por lo pronto, el Columbus lo tiene inscripto en el draft y es un interés que no resulta nuevo, ni para él ni para Unión. Los dirigentes saben que el representante les dijo que podría existir una posibilidad. Lucas está pisando ya los 30 años y entra en su último año de contrato. “Vamos a ver, desde ya que el negocio tiene que ser realmente bueno para las dos partes, tanto para el jugador como para el club”, señaló el hombre que representa al mendocino, que ya transita por el tercer año de permanencia en el club, pues llegó a Unión a mitad de 2014 para ser, primero, suplente de la dupla Triverio-Guerra y ganarse, luego, con el equipo ya en Primera, un lugar como titular, tanto jugando de delantero como también de volante-extremo por derecha y hasta alternando alguna vez ocupando la misma posición por el otro costado.
“Si no se vende a nadie, no traigo a nadie”, le confió Juan Pablo Pumpido a El Litoral. Y está bien que se trabaje con ese grado de previsión. Primero, porque siente que hay un plantel compensado; segundo, porque hay chicos que él conoce bien y que le han respondido (Algozino, De Iriondo por nombrar algunas de las últimas apariciones); tercero, porque tampoco hay presupuesto para mucho más. El fútbol argentino atraviesa una crisis política y financiera como pocas veces se ha visto, quizás nunca en los últimos 36 o 37 años, por lo cual no parece ser el momento adecuado para cometer excesos, y cuarto, porque se debe esperar a lo que ocurra con un mercado que está muy quieto pero que uno nunca sabe por qué lado puede “estallar”. Lo de Gamba parece ser lo más concreto, pero hay otros jugadores de Unión apetecibles (¿Soldano acaso?) y hay que estar preparados.
El sábado a las 9 se jugará el primer amistoso en el puerto marplatense ante Aldosivi, el equipo de Darío Franco que pretende a Bolatti y a Vismara para reforzarse. Dicen que Acevedo está en los planes, pero habría que ir descartándolo. Es difícil que Unión se desprenda así nomás porque sí de un jugador que, mientras estuvo entero físicamente y antes de lesionarse en el partido ante River por la Copa Argentina, fue un titular indiscutido.
Mientras todo esto pasa, el plantel se mantiene al margen de todo lo que pasa a nivel político en el fútbol argentino, aunque expectante. Por un lado, está lo económico (por la deuda que el club tiene con el plantel y que fue abonada en parte para iniciar la pretemporada), que además parece convertirse en un efecto cascada o dominó en buena parte de los planteles (casi todos con serios problemas y con los números en regla o a favor con la Afa, como le pasa a Unión). Por el otro, saber qué va a pasar a nivel de la conducción de Afa (Mar del Plata se convirtió en el lugar de encuentro de Nicolás Russo y “Chiqui” Tapia, dos referentes de Primera y el ascenso, respectivamente), con el objetivo de conseguir algo que parece utópico e inalcanzable por el momento: una referencia de consenso para gobernar la Afa. El propio Russo, presidente de Lanús, lo ha señalado, cuando dijo que “el que asuma la presidencia de la Afa se convertirá en el plomero del Titanic, porque la ‘casa’ hace agua por todos lados”. Por eso es tan preocupante el futuro y, por ende, la reanudación del torneo, que a esta altura, para muchos, es lo que menos importa.