Juan Ignacio Novak
En febrero llega a la Argentina “Jackie”. Natalie Portman interpreta a la viuda de Jonh F. Kennedy tras la muerte del líder norteamericano. Aquí, un repaso por otros filmes sobre mujeres que dejaron su huella.
Juan Ignacio Novak
El jueves 23 de febrero se estrenará en los cines argentinos “Jackie”, dirigida por Pablo Larraín, un biopic de Jacqueline Kennedy, con una celebrada actuación de Natalie Portman, que tiene amplias posibilidades de acceder a su segundo Oscar. La historia está focalizada en los días posteriores al asesinato del ex presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, y los momentos traumáticos que debe atravesar la primera dama. Esta novedad cinematográfica que se aproxima sirve como punto de partida para repasar algunas grandes películas inspiradas en la vida de mujeres excepcionales.
“Madame Curie” (1943): Greer Garson y Walter Pidgeon (pareja de cine muy taquillera en la época), hicieron para la Metro-Goldwyn-Mayer esta película sobre el matrimonio Curie, centrado en la figura de Marie. Garson fue candidata al Oscar por ponerse en la piel de una de las científicas más importantes de la historia.
“Funny Girl” (1968): Este musical sobre la vida de la cantante y comediante Fanny Brice está protagonizado por Barbra Streisand (en el inicio de su carrera) y Omar Sharif, ya consagrado tras “Doctor Zhivago”. De inolvidable banda sonora, el film resultó nominado al Oscar en varias categorías, pero sólo lo consiguió Streisand (ex aequo) con Katharine Hepburn.
“La hija del minero” (1980): Sissy Spacek (quien ya había ganado popularidad planetaria por “Carrie”) ganó un montón de premios (entre ellos el Oscar) por este filme biográfico sobre la estrella de la música country Loretta Lynn, quien pudo huir de su sórdido hogar para triunfar en el mundo del espectáculo.
“Camille Claudel” (1988): La historia real de Camille, hermana del escritor Paul Claudel, le permite al director Bruno Nuytten hablar de la pasión por la creación artística, de la posibilidad de enfrentar los convencionalismos de su tiempo. Isabelle Adjani logra una de sus mejores actuaciones, muy bien acompañada por Gérard Depardieu.
“What’s Love Got to Do with It” (1993): Con Angela Bassett y Laurence Fishburne, este biopic de Tina Turner alcanzó dos nominaciones al Oscar. Narra la llegada de la cantante al estrellato, los malos tratos que caracterizaron su matrimonio y su afán de superación para reencauzar vida y carrera. Un filme muy atractivo, al que el paso del tiempo no le jugó en contra.
“Selena” (1997): Jennifer Lopez (que fue nominada al Globo de Oro) y Edward James Olmos encabezan el elenco de esta película sobre Selena Quintanilla-Perez, convertida en un fenómeno impresionante de la música latina, asesinada a los 23 años por la presidenta de su club de fans y colaboradora personal, en un hecho que conmocionó al mundo.
“Frida” (2002): El esfuerzo (psíquico y físico) de Salma Hayek es monumental en esta película construida sobre la biografía de la pintora mexicana Frida Khalo. A su lado, Alfred Molina se convierte en Diego Rivera, con quien la artista mantuvo una tortuosa relación. La película vale como acercamiento a una figura revolucionaria del siglo XX.
“La vida en rosa” (2007): El compromiso de Marion Cotillard con su personificación de la cantante francesa Edith Piaf deriva en un prodigio contemporáneo de la actuación, reconocido con el Oscar. La estructura anárquica de la película contribuye a la identificación del espectador con el alma tempestuosa de su protagonista, que se desahoga en el canto.
“Amelia” (2009), Hilary Swank es Amelia Earhart, una legendaria aviadora estadounidense que desapareció en 1937 mientras sobrevolaba el Pacífico, mientras intentaba dar la vuelta al mundo. A las buenas actuaciones se suma una buena ambientación y una dirección sobria, que cede todo protagonismo a la excepcional mujer cuya historia eligió contar.
“La dama de hierro” (2012): Meryl Streep compone a Margaret Thatcher, una de las mujeres más poderosas y controvertidas de la historia reciente. La actuación es formidable, permite numerosas lecturas en la medida en que la complejidad de la interpretación armoniza con el personaje.
“Diana” (2013): Naomi Watts se pone en la piel de Lady Di en esta historia que trata de profundizar en la relación que mantuvo la princesa con el doctor Hasnat Khan. A pesar de los esfuerzos, el filme obtuvo malas críticas, sobre todo en Inglaterra. Watts fue nominada a un Razzie, los “Anti Oscar”, que premian lo peor del cine industrial.
“Grace of Monaco” (2014): Nicole Kidman como Grace Kelly. La película generó mucha expectativa en los meses previos a su presentación en el Festival de Cannes, que no se cumplieron. Cabía asumir riesgos y el director Olivier Dahan (el mismo de “La vida en rosa”) no lo hizo. Poner todo el peso sobre los hombros de Kidman resultó demasiado.
“Joy: El nombre del éxito” (2015): Jennifer Lawrence encarna a Joy Mangano, trabajadora de Long Island que se transforma en una conocida desarrolladora de productos hogareños y en uno de los rostros más conocidos de la venta televisiva norteamericana. Tiene a Bradley Cooper y a Robert De Niro, pero el gran mérito es de Lawrence.
“Florence” (2016): El último trabajo de Meryl Streep ratifica sus condiciones actorales y además propone al espectador introducirse en una atractiva historia, la de Florence F. Jenkins, soprano con mucho dinero, carente de talento, a quien la gente iba a ver para comprobar si era tan mala cantante como decía la crítica.
El Dato
Argentinas
Una de las películas argentinas más taquilleras del año pasado fue “Gilda, no me arrepiento de este amor”, biopic protagonizado por Natalia Oreiro sobre la cantante de música tropical que alcanzó popularidad en los ‘90. Pero existen otras películas argentinas que se basaron en la vida de mujeres que sobresalieron en distintos ámbitos. “Eva Perón” (1996), con Esther Goris, “Yo, la peor de todas” (1990) de María Luisa Bemberg, acerca de los últimos años de la Juana Inés de la Cruz, que a los veinte años ingresó en un convento para poder estudiar y “Alfonsina”, con Amelia Bence, de 1957, que refiere a algunos aspectos de la vida de la poetisa Alfonsina Storni, a quien Bence conoció personalmente.