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Tenía 25 años cuando murió su padre y fue nombrada reina.
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"Toda mi vida, sea corta o larga, la dedicaré a su servicio y al de la gran familia imperial", prometió a sus súbditos en su 21 cumpleaños quien más tarde se convertiría en la reina Isabel II.
Mañana lunes cumple 65 años en el trono, siendo actualmente la monarca con el reinado más largo. Aunque probablemente no esté de ánimo para celebrar porque además del aniversario de su coronación, se conmemora también la muerte de su padre.
"El lunes probablemente va a estar en su residencia de Sandringham, dijo una portavoz del Palacio de Buckingham a dpa. En general, así es como la reina suele pasar el aniversario, junto con su marido Felipe, de 95 años.
En Londres será homenajeada con salvas de cañón, entre otras tradiciones, como la acuñación de nuevas monedas para celebrar el 65 aniversario de su reinado, aunque sin demasiado bombo.
Se suele decir que Isabel subió a un árbol siendo una princesa y bajó siendo una reina, porque la noticia de la muerte de su padre, el rey Jorge VI, en 1952, la recibió mientras se encontraba con Felipe de viaje en Kenia, alojados en un hotel con habitaciones en la copa de los árboles.
Isabel, que tenía tan solo 25 años, regresó a Londres siendo reina aunque la ceremonia de coronación no tuvo lugar hasta un año después en la Abadía de Westminster.
Los británicos aman a su reina porque desde hace décadas guía al país en medio de continuos altibajos, como una roca golpeada por el oleaje, siempre conservando la compostura.
Sin embargo, la monarca, también jefa de Estado de Canadá, Australia y muchos otros países de la Commonwealth, se mantiene al margen de los asuntos políticos y todavía no se ha pronunciado públicamente sobre la prevista salida del Reino Unido de la Unión Europea ("Brexit").
En su vida todo se subordina al deber. "Le debo más de lo que él alguna vez admitiría", dice sobre su marido el duque de Edimburgo. El príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, se enamoró de Isabel cuando ella tenía 13 años.
Conocido por su particular sentido del humor, también suele bromear sobre su esposa: "La reina tiene mucha tolerancia". Según se sabe, él la llama cariñosamente "cabbage" (repollo) y "sausage" (salchicha). La pareja tiene cuatro hijos: los príncipes Carlos, Ana, Andrés y Eduardo.
Los británicos también aprecian el humor de la reina. De camino a su residencia de vacaciones, el Castillo de Balmoral en Escocia, entró a una pequeña tienda y la vendedora le dijo, perpleja: "Usted se parece mucho a la reina". Ella respondió: "¡Menos mal!".
Incluso en el "annus horriblis", el año terrible, mantuvo la compostura: en 1992 la princesa Ana se divorció de su marido, como también hicieron los príncipes Carlos y Andrés. En noviembre se incendió el Castillo de Windsor provocando enormes daños.
Cinco años más tarde la ex mujer de Carlos, Diana, más conocida como Lady Di, murió en París en un accidente de auto. La reina se mostró fría. El pueblo, en cambio, lloró su muerte. Hasta algunos días después Isabel II no cedió ante la presión y elogió la "calidez y bondad" de Diana, que fue honrada con un entierro oficial. Poco a poco, Isabel II recuperó el respeto de sus súbditos.
En 2016 la reina celebró su 90 cumpleaños con un espectáculo de caballos en Windsor. Los caballos, junto con los perros, son su gran pasión. Monta desde los cuatro años y lo seguía haciendo siendo ya bisabuela de cinco.
Los británicos se preocuparon cuando la reina sufrió un fuerte resfriado hace unas semanas y no pudo asistir a las ceremonias religiosas de Navidad y Año Nuevo cerca de la residencia de Sandringham por primera vez en 30 años. Pero se recuperó y volvió a aparecer en público.
Sin embargo, la reina quiere tomárselo ahora con algo más de calma y a comienzos de año cedió en algunos cargos honoríficos, de los cientos que tiene. El número uno a sucederla en el trono es el príncipe Carlos, aunque a su edad, 68 años, muchos ya llevan tiempo disfrutando de la jubilación.