Fuente: Télam
Estados Unidos intentó este martes un acercamiento con México de la mano del secretario de Seguridad Interior y le propuso una alianza contra el narcotráfico, mientras la tensión y el malestar dominan el ambiente político del país azteca por las medidas de Donald Trump.
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Una de las muestras de la tensión bilateral la dio el mismo presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, cuando decidió recibir personalmente a un grupo de más de 100 conciudadanos deportados de Estados Unidos en el aeropuerto internacional del Distrito Federal, un gesto inédito para el líder que mantuvo una muy buena relación con el predecesor de Trump, Barack Obama, pese a las miles de deportaciones que ordenó.
Durante los ocho años del anterior gobierno demócrata fueron deportados más de tres millones de mexicanos. Poco después de asumir, Trump prometió expulsar de inmediato a entre dos y tres millones de mexicanos que viven en el país sin documentos.
Según contó un vocero de la Presidencia mexicana a la agencia de noticias DPA, Peña Nieto se reunió en privado con los deportados en el aeropuerto de Ciudad de México durante alrededor de una hora. Además, el gobierno de Peña Nieto volvió hoy a referirse a la polémica que se generó por la presunta conversación entre los dos mandatarios, en la que según trascendidos periodísticos Trump le propuso a su par mexicano enviar tropas a su país.
“La respuesta es no, contundente, rotundo” porque “la Constitución no admite la operación de tropas extranjeras de México”, subrayó el vocero de la presidencia de México, Eduardo Sánchez, en declaraciones a la cadena Televisa. En medio de este marcado clima de tensión, el secretario de Seguridad Interior estadounidense y ex comandante de las Fuerzas Armadas para América latina, John Kelly, intentó bajarle el tono a los recientes cruces verbales entre los vecinos.
“Creo que México puede ser un enorme aliado por ejemplo, si lo ayudamos a ir contra los cultivos de amapola, contra los laboratorios de producción y contra la heroína y las metanfetaminas antes de llegar a la frontera”, explicó Kelly, ante a un comité de la Cámara de Representantes frente al que defendió su enfoque de la “guerra contra las drogas”, según la agencia de noticias EFE.
Kelly, jefe del Comando Sur ente 2012 y 2016, expresó su intención de tener una relación con México similar a la que Washington tiene con Colombia, el “aliado más cercano” de Estados Unidos en Latinoamérica.
“Si las drogas llegan a Estados Unidos hemos perdido. Y pondré de ejemplo la cocaína en Colombia. El año pasado, nuestros amigos de Colombia, erradicaron decenas de millones de plantas de cocaína, incautaron toneladas de cocaína y destruyeron centenares de laboratorios”, subrayó.
“Esa cocaína nunca llegó a Estados Unidos”, resaltó Kelly, quien explicó que si la cocaína no es detenida en Colombia y alcanza Centroamérica, entonces es imposible detener su entrada en Estados Unidos. Cuando estuvo al frente del Comando Sur, Kelly defendió el aumento de los recursos a la seguridad fronteriza para evitar el narcotráfico y el tráfico de personas, algo sobre lo que podrá decidir como secretario de Seguridad.
Este martes ante el comité de la Cámara de Representantes, se comprometió a levantar el muro en la frontera sur mexicana, aunque no pudo precisar una fecha. “Es difícil de saber, depende de la financiación y de todo eso, pero me gustaría ver que está bien avanzado dentro de dos años", respondió Kelly al legislador republicano Mike Rogers. Desde que Trump llegó a la Casa Blanca, la tensión con México se mantienen en su peor nivel en más de un siglo.
El martes pasado, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, suspendió una reunión con Trump en la Casa Blanca, luego de que el estadounidense anunciara que México iba a pagar el muro en los 3.200 kilómetros de frontera entre ambos países, de los cuales ya un tercio están divididos con cercos, tapias y barreras diversas.