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El técnico de Atlético Tucumán, Pablo Lavallén, destacó hoy que el triunfo de su equipo para clasificar a una nueva fase de la Copa Libertadores "es todo mérito de los jugadores, que pudieron abstraerse de esas tres horas previas y jugaron como si nada hubiese pasado".
"Hay muchos detalles que no se saben", dijo hoy Pablo Lavallén a Télam Radio desde Quito, luego de la histórica victoria de Atlético Tucumán ante El Nacional de Ecuador por 1-0 en la segunda fase de la Copa Libertadores de América. "Pasaron cosas que son para escribir una película", dijo el director técnico en referencia a los inconvenientes en el vuelo chárter que casi dejaron al equipo tucumano sin la posibilidad de llegar a tiempo al partido.
"Desde los 18 años que soy profesional como jugador, hoy ya tengo 44, y nunca me había pasado una situación como ésta", agregó. "Fueron momentos de mucha tensión en el aeropuerto de Guayaquil", relató Lavallén, quien indicó que "había 118 pasajeros en un chárter que había carreteado hasta la cabecera de la pista para salir, y después de haber estado una hora y media sentados nos hicieron bajar".
Luego de varias horas sin respuesta, los dirigentes del "Decano" sacaron pasajes en una aerolínea comercial para poder llegar a tiempo a Quito y el DT tuvo que dar la charla técnica arriba del segundo avión.
‘Sabíamos que íbamos a llegar al estadio con tiempo, pero ya teníamos que tener todo hablado y coordinado para no dejar nada al azar. Llegamos al vestuario 17 minutos antes del inicio del partido", agregó.
En medio de los cambios de planes, la ropa y utilería del club quedaron en el camino. Lavallén destacó la buena predisposición de los anfitriones, al señalar que "ellos mismos nos habían dado ropa para que pudiéramos jugar, después no fue necesario porque apareció justo la gente de la Selección argentina Sub 20 -que está jugando el Sudamericano en la misma ciudad- y nos prestó la suya".
"El presidente de El Nacional fue la única persona -en toda esta cosa de locos que vivimos para llegar al estadio- que se comunicó con Mario Leito -presidente de Atlético Tucumán- y le dijo que iba a hacer todo lo posible para que el partido se juegue", sostuvo el técnico argentino. "Fue la única persona que dio la cara y nosotros estamos agradecidos a ese gesto, porque los partidos tienen que ganarse o perderse en la cancha", destacó.
Una vez vestidos, con ropa que no era de ellos y botines que en algunos casos quedaban grandes, y otros chicos, a los jugadores de Atlético Tucumán les quedaron sólo 7 minutos para realizar la entrada en calor. "Cuando terminaron me miraron y les dije ’ya está muchachos, vamos a salir a jugar, esto es una batalla deportiva, tenemos que hacerlo por nosotros mismos y por la gente que viajó 5 mil kilómetros para a alentar al equipo’", contó Lavallén.
"Los jugadores lo entendieron muy rápido, mi asombro es por la tranquilidad que tuvieron, porque toda esa emoción previa muchas veces se dispara en patadas, agresiones, codazos y te podés quedar con dos jugadores menos a los 5 minutos", analizó.
Al evaluar el desempeño del equipo una vez comenzado el encuentro, el director técnico comentó que "fuimos un equipo muy pensante, muy inteligente. Y es todo mérito de los jugadores, que pudieron abstraerse de esas tres horas previas al partido y jugaron un partido increíble, como si nada hubiese pasado", concluyó.