El Litoral
[email protected]
Una mujer asegura que se topó con el narcotraficante paraguayo Miguel Antonio Ferreira Vera adentro de una casa de la zona rural de esa localidad. La policía lleva adelante un intenso rastrillaje en toda la zona.
El Litoral
[email protected]
Un impresionante despliegue policial que involucra a unidades de distintas unidades regionales se lleva adelante en jurisdicción de Colonia San José, localidad del departamento Las Colonias. Los uniformados buscan en campos, montes y casas abandonadas a Miguel Antonio Ferreira Vera, el narcotraficante paraguayo que escapó de la prisión de la Alcaidía de la ciudad de Vera a fines del mes pasado.
Como se recordará, el delincuente logró escapar de su lugar de reclusión después de burlar todas las medidas de seguridad. Luego, tomó de rehén a un remisero, al que hizo conducir hasta Santo Tomé. Quería llegar a Buenos Aires, pero el chofer se quedó sin nafta y se negó a continuar. “Matame, pero yo no sigo”, le dijo la víctima. El pasajero bajó y ya nada más se supo de él. Desde entonces, se viene implementando un operativo cerrojo en toda la zona para evitar que escape.
Ayer, aproximadamente a las 20, una mujer embarazada de 9 meses regresó a su casa (no es la propietaria, pero tiene el inmueble a su cuidado) en la zona rural de Colonia San José, tras pasar cuatro días con su madre. Estaba acompañada por su hermana y su hijito de 2 años. Los tres se sorprendieron cuando abrieron la puerta y encontraron adentro a un sujeto desconocido.
“No llamen a la policía por favor, yo ya me voy”, se limitó a decir con una tonada norteña el hombre, que se fue caminando sin demasiada prisa.
Este individuo había pasado bastante tiempo en el inmueble, en un camino rural ubicado a la altura del kilómetro 5 de la ruta nacional 19, unos seis kilómetros al sur. Allí, el sospechoso descansó, comió y hasta se cambió de vestimenta.
Muy asustadas, las jóvenes llamaron a la policía. Los uniformados les mostraron entonces la foto de Ferreira Vera y ellas aseguraron que ese fue su “visitante”.
La Policía provincial montó entonces rápidamente un amplio operativo en toda la zona. A partir de ese momento, distintas unidades de los departamentos Las Colonias y La Capital -con la colaboración de perros rastreadores y hasta un helicóptero- rastrillan campos, montes, casas abandonadas y se entrevistan con familias del lugar. Al cierre de esta edición, la búsqueda no había arrojado resultados positivos.
Fuga increíble
Casi 300 km recorrieron juntos Miguel Antonio Ferreira Vera y el remisero Cristian René Capello, que fue abandonado en buen estado y con su teléfono celular en una zona rural de Santo Tomé cercana a la autopista Santa Fe-Rosario.
La fuga de la Alcaidía se produjo en horas de la tarde del pasado 30 de enero, cuando un temporal de agua y viento se abatía sobre las calles de Vera. Ferreira Vera estaba en el patio del presidio, desde el cual sorteó una alambrada con púas del lado sur, ayudándose de mesas y sillas que apiló para ganar altura.
Poco después, el audaz delincuente tomó un remís en la estación de servicios Shell que está dentro de la ciudad, mediante el cual emprendió la huida.
Tras cinco horas de tensión, conduciendo su VW Voyage con una chuza apoyada en sus costillas, Capello se reveló. El auto se quedó sin combustible y el chofer le dijo a su captor que no estaba dispuesto a continuar el viaje y que lo mate si quería hacerlo. Desorientado por la reacción del chofer, Ferreira Vera descendió y se perdió en una zona rural santotomesina.
Narco
Miguel Antonio Ferreira Vera (31) había sido detenido en el peaje de Reconquista el 20 de octubre del año pasado, cuando viajaba junto a su pareja Silvina Britez Pérez (25) y una beba de meses, en una camioneta VW Amarok. Los viajantes quedaron atrapados en un control de rutina del escuadrón de Seguridad Vial de Avellaneda de la Gendarmería Nacional, que detectó que el vehículo estaba cargado con marihuana. En total se secuestraron casi 204 kilogramos de droga, distribuida en 320 paquetes.
Ferreira Vera quedó alojado en la Alcaidía de Vera, mientras que su mujer recibió la prisión domiciliaria en Buenos Aires por tener una hija menor de edad.
Dos días después de la fuga de su esposo, también desapareció su mujer. Posiblemente tenía la intención de reunirse con su hombre. No obstante, finalmente Silvina se entregó poco después en una comisaría de Morón.