Silvia Mugica
La 20° edición del festival costero se desarrolla desde el viernes 24 hasta el domingo 26.
Silvia Mugica
Una nueva noche a pura música folclórica tuvo de parabienes a una nutrida concurrencia. En esta segunda luna, los conocedores del festival y aquellos que por primera vez visitaban la fiesta, se dieron cita en el predio desde temprano, sillón en mano y dueños de un entusiasmo que se mantuvo hasta altas horas de la madrugada. Las reposeras dispuestas en todo el campo, como sembradas prolijamente una al lado de otra, reunían familias enteras en búsqueda de esa pausa musical. Es que, además de los sabidos condimentos de muchos festivales de esta índole, el Teófilo Madrejón mantiene desde sus comienzos, una de sus características más notables: el clima familiar que lo circunda y engrandece.
El ingreso de los Centros Tradicionalistas “Centinelas de la costa”, “Por mi gaucha juventud” y “Lanceros de la federación” junto a la Patrona de Arroyo Leyes “Nuestra Señora del Perpetuo Socorro”, dio inicio a la noche de sábado. Con notable experiencia y profesionalidad, las voces de María Elena Leguiza y Santiago Rinaldi rompieron el hielo sobre el escenario dando la bienvenida a los presentes y anunciando a la Academia de Danzas “Horizonte Argentino” que, bajo la dirección de Sofía Hek y José Arteriza, entregó su acompasado colorido con un cuadro de danzas sureñas.
Poco después, la presencia de Alberto Maidana Luna mantuvo el respetuoso silencio de la concurrencia con recitados como “Allá en la pampa del cielo” y “Cuatrero”. Por décimotercer año consecutivo, el sanjorgense recibió el caluroso recibimiento de la gente. Trayendo un emotivo mensaje, la Academia de folclore para personas discapacitadas de la Asociación Civil UnCaDeIn (Un Camino de Integración) de Santo Tomé acaparó la atención de la platea que les siguió el ritmo desde sus ubicaciones. Su creadora Natalia Baigorria, profesora de folclore y psicopedagogía, junto a los profesores Florencia Patiño y Hugo Guerzovich demostraron junto a los bailarines en escena, que con amor nada es imposible.
Nuevamente el baile brilló sobre el escenario de la mano del Grupo de Danzas de Adultos “San José” (San José del Rincón) y su cuadro de danzas cuyanas. Con gracia y estilo, los bailarines dejaron su impronta.
El primero en desplegar con su voz el cancionero popular fue Sergio Echagüe, que con una acertada selección de zambas, valses peruanos y carnavalitos mantuvo encendida la llama de la alegría en la gente. En un fluido ida y vuelta con el público, el solista hizo inaugurar la pista de baile al pie del escenario. Fuerza interpretativa y dominio del escenario, fueron los principales ejes de su fresca actuación.
Arroyo Leyes compartió otro de sus representantes musicales, en esta oportunidad, el grupo Turmalinas. Loana y Nahiara Ayuso en voz, Emiliano Rotschy en teclado, Manuel Descalzi en violín y Valentín Rodríguez en guitarra, jóvenes músicos que con ritmos alegres contagiaron a la concurrencia.
Enseguida, el dúo Arpegio abrió su presentación con la chacarera “La tentación”. Jorge Farías, Luis Gonzáles junto a Juan Zárate, continuaron la fiesta con zambas y rasguidos dobles. Con acertados arreglos vocales y musicales, los artistas oriundos de San Jorge pasaron con éxito por la segunda luna.
Desde San Carlos, el grupo Turay, integrado por Carla Vallejos, Damián Miranda, Javier Díaz y José Luis Morales, compartió la cueca “Qué mala suerte tengo”, “Chacarera para mi vuelta”, entre otros reconocidos temas. La gente acompañó toda la actuación con palmas y baile.
Representando a San José del Rincón, Pedro Romero interpretó temas como “Sin rencores ni reproches”, “Amor juraste”, entre otros, acompañado instrumentalmente por Santos Coronel y Horacio Gallo. El público, contagiado por el ritmo, disfrutó a la par del músico.
Dirigido por Norma Moyano y Carlos Martín, el Ballet Folclórico General Paz (Buenos Aires), compartió con virtuosismo un cuadro chayero. Con ocho parejas en escena, los bailarines entregaron su arte con generosidad, lo cual fue altamente valorado por el público todo.
Sobre la madrugada del domingo y desde Colastiné Norte, el chamamé dijo presente de la mano de Corazón Litoraleño. Integrado por Pablo en voz, Quique en acordeón y Pablo en teclados, el grupo trajo temas como “Granja San Antonio”, “La Ruperta”, entre otros. A puro sapucay se despidieron del fervoroso público.
En medio de un clima festivo que se sostuvo hasta el final, Walter Stoffel, Marcos Castillo, Benjamín Menéndez, Iván Reynoso, Pedro, Marcos y Franco Tolaba, integrantes del grupo Los Towal, cerraron la jornada festivalera con mucha energía y ritmos bien alegres. Música del noroeste como sayas, tinkus y carnavalitos entretuvieron a la concurrencia que parecía no querer darle fin a la segunda noche. Los músicos, oriundos de Monte Vera, dejaron con ganas de más fiesta a los que se quedaron hasta el último minuto de show.
Los que se perdieron de estas dos primeras jornadas, pueden disfrutar esta noche del cierre de esta 20° edición, con una variada cartelera musical y con el renovado compromiso de la Comisión Organizadora, que año tras año busca con éxito, valorar y enaltecer las raíces culturales de la región.