De la Redacción del Litoral
Es una iniciativa de agricultores familiares del Departamento La Capital, que cuentan con asesoramiento del INTA Pro Huerta.
De la Redacción del Litoral
En el Centro Operativo Experimental de Angel Gallardo, en el norte del área metropolitana de Santa Fe, avanza un proyecto muy interesante para mejorar la calidad —y la sanidad y el sabor— de las frutas y hortalizas que consumen los santafesinos. Se llama la Casa de Semillas del Litoral y tiene la meta de fomentar la autoproducción. También de recuperar las variedades nativas y “criollas” para producirlas, además, con un manejo que evite el uso de fertilizantes, herbicidas y plaguicidas químicos.
Hay unos 15 agricultores que en sus huertas están reuniendo las semillas de tomates, porotos, batata, mandioca, ajo, cebolla, berenjenas —entre muchas otras hortalizas— y también producen flores y plantas aromáticas que son estratégicas para el manejo agroecológico.
“En las huertas, que por ahora manejamos en pequeña escala, las flores atraen a insectos que se consideran plagas y que así no se comen los cultivos, y lo mismo pasa con algunas aromáticas. Las caléndulas, por ejemplo, se llenan de pulgones que no van a las verduras y de esta forma evitamos el uso de insecticidas”, explicó Cecilia Paez, técnica del INTA Pro Huerta, en una entrevista que El Litoral realizó en conjunto con el canal CyD.
En el Centro Experimental de Angel Gallardo, que gestiona el INTA y el Ministerio de la Producción en un predio de 25 hectáreas de la provincia, esta mañana los integrantes de la Casa de Semillas del Litoral analizaban estrategias para que el proyecto siga creciendo.
Entre otras alternativas, se está buscando financiamiento para conformar un banco de semillas de mayor escala y otro de los objetivos es consolidar un canal de comercialización para acercar a los productores que apuestan por este tipo de agricultura a una demanda que existe: la de los consumidores que quieren verduras más auténticas y sanas.
El grupo que conformó la Casa de Semillas comenzó hace unos tres años. “Empezamos generando las semillas para nuestras propias huertas y compartiendo lo que íbamos consiguiendo”, contó Luciana Carrizo, que es maestra y produce aromáticas (romero, salvia, tomillo y albahaca, entre muchas otras). A su lado estaba Vicente Tosti, el “experto” en flores, que son fundamentales para el manejo agroecológico de la producción. “Lo interesante es que se vuelven a utilizar tradiciones que se habían desechado”, destacó.
Es que en la producción de hortalizas a gran escala, hay casos en los que se importan hasta las semillas (por ejemplo de Israel, en el caso de los tomates) y también está “estandarizado” el paquete tecnológico para producir el cultivo (fertilizantes y insecticidas, entre otros insumos).
El manejo agroecológico, además de reducir el uso de insumos químicos, también buscar recuperar las variedades y los sabores típicos de cada región —por eso: las semillas del Litoral—. En esta “misión”, los productores están redescubriendo variedades de acelga y escarola que ya no se plantaban, entre muchos otros ejemplos.
“Es necesario también un cambio cultural y que la gente se acostumbre a comer tomates en verano, que es cuando hay en nuestra zona, y no todo el año. Y lo mismo con cada verdura y hortaliza”, concluyó Paez.