Gastón Neffen
En las estadísticas del Ministerio de Salud hasta el momento no se registra un incremento de esta patología en la red pública de atención.
Gastón Neffen
En septiembre del año pasado, hace seis meses, nació un bebé con microcefalia en el Nodo Santa Fe. El Ministerio de Salud santafesino confirmó esta semana que la causa fue la infección de su mamá con el virus del zika, durante el primer trimestre de gestación. Es el segundo caso de malformación debido al zika que se detecta en el país (el otro ocurrió en Tucumán, en medio de un brote de la enfermedad) y es autóctono porque los padres no habían viajado a una región con brote de zika.
La detección del caso generó mucha preocupación en Santa Fe, sobre todo por lo rápido que creció la enfermedad en el norte de Brasil, un país que tuvo 114 casos de microcefalia en el 2014 y pasó a casi 4.000 en enero de 2016, según las cifras que difundió el Ministerio de Salud brasileño.
En Santa Fe, desde el Ministerio de Salud de la provincia se asegura que las estadísticas de los nacimientos no están mostrando un crecimiento en la detección de malformaciones en los bebés, al comparar las cifras de los últimos años. “Son muy pocos los casos anuales y hasta ahora no se registra un aumento relacionado con el virus del zika en la red pública”, aseguró la Dra. Carolina Cudós, médica epidemióloga de la Dirección de Promoción y Protección de la Salud, en una entrevista con El Litoral.
También confirmó que los otros casos que se vienen estudiando en la provincia hasta el momento dieron negativo. Es un tema para seguir de cerca y para no bajar la guardia. El Ministerio de Salud recomienda a las mujeres embarazadas no viajar a las zonas con alta circulación viral de zika —como Brasil, Paraguay, Bolivia y la región del Caribe—, utilizar preservativos en sus relaciones sexuales —otra vía de contagio— y tomar medidas para controlar el vector: el mosquito Aedes Aegypti, un enemigo íntimo que vive en nuestras casas (usar repelente, colocar tela metálica en las aberturas y eliminar los criaderos —los recipientes que juntan agua— entre otras medidas). En los Centros de Salud de la provincia, las mujeres embarazadas pueden solicitar —en forma gratuita— preservativos y repelente.
El virus del zika tiene una característica que lo hace peligroso: puede pasar relativamente desapercibido porque se estima que de cada cinco personas infectadas sólo una desarrolla los síntomas que permiten sospechar la enfermedad. Otra dificultad es que sus síntomas, que suelen ser leves, pueden confundirse.
Cudós explicó que lo que sucede es que no todos los pacientes desarrollan fiebre y dolores en el cuerpo, como en el dengue, y que lo que suele aparecer con más frecuencia es el “salpullido” —las erupciones en la piel—, que también se pueden confundir con una alergia, como sucedió con la mamá —que tenía una erupción al comienzo del embarazo— del bebé que nació con malformación en el Nodo Santa Fe.
En el caso de las mamás embarazadas, si aparece el “salpullido” es importante hacer el análisis para descartar el zika.
Lo que hay que saber
Cudós también aclaró que si una mamá es positiva en un análisis de zika eso no necesariamente implica que el bebé va a nacer con una malformación. “En Tucumán, por ejemplo, de cuatro mamás con zika solo una tuvo un bebé con esta patología”, precisó la especialista.
A principio del verano, el Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud nacional también reportó que de once recién nacidos hijos de madres positivas con zika, tres desarrollaron el síndrome congénito y los otros ocho no.
Si una pareja acaba de volver de unas vacaciones en Brasil, los médicos recomiendan esperar unos meses antes de buscar un embarazo para evitar riesgos. “En un varón que se infectó sabemos que hay concentración del virus en el semen durante seis meses, que es el tiempo que debe esperar para buscar un embarazo con su pareja. Las mujeres deben aguarda como mínimo dos meses”, explicó la Dra. Andrea Uboldi, subsecretaria de Primer y Segundo Nivel de Atención en Salud, en una entrevista que realizó El Litoral hace algunas semanas.
Los científicos siguen investigando cómo el virus del zika influye en el embarazo y el desarrollo de los bebés, pero en base a la evidencia disponible creen que una mujer que se enfermó no debería tener riesgos en embarazos a mediano y largo plazo.
“Creemos que la infección con zika en una mujer que no está embarazada no representa un riesgo de defectos de nacimiento una vez que el virus ya no está en la sangre. Por lo que sabemos de infecciones similares, una vez que una persona es infectada con zika es probable que desarrolle anticuerpos que la protegen de futuras infecciones”, explican los expertos del Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, uno de los organismos epidemiológicos de referencia mundial.
¿Qué es el zika?
Es una enfermedad transmitida por la picadura del mosquito aedes aegypti, el mismo que transmite los virus de dengue y la fiebre chikungunya. También los expertos han comprobado casos de transmisión a través de relaciones sexuales. Además de la sintomatología más común —como erupción con picazón, fiebre leve, conjuntivitis no purulenta, dolores de cabeza, cuerpo y articulaciones, etc.—, puede causar trastornos neurológicos en las personas adultas, microcefalia y patologías similares en bebés cuyas madres lo contrajeron durante el embarazo.