Por Susana E. Dalle Mura (*)
Por Susana E. Dalle Mura (*)
El Papa Francisco llamó al mundo a una urgente revolución verde en la Carta Encíclica Laudato si sobre el cuidado de la casa común.
“Si supiera que el mundo se acaba mañana, aun así plantaría un árbol”, Martin Luther King, Jr.
El día mundial del medio ambiente se celebra cada 5 de junio y es la forma en que las Naciones Unidas intentan sensibilizar y concientizar universalmente sobre el tema. La fecha fue establecida ese día, por la Asamblea General de Naciones Unidas en la Conferencia de Estocolmo de 1972, donde el tema central fue el medio ambiente. Esta organización internacional promueve la atención y la acción política con objetivos claros de darle una cara humana a los temas ambientales, además de motivar que las personas se conviertan en agentes activos del desarrollo sostenible y equitativo, promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia los temas ambientales, y fomentar la cooperación, la cual garantizará que todas las naciones y personas disfruten de un futuro más próspero y seguro.
La evolución
El tratamiento ambiental, a través del tiempo, sufrió una evolución desde mediados del siglo XIX a nuestros días. El mismo tiene etapas muy bien marcadas en el Derecho Internacional, entre las cuales podemos destacar: una primera, referida a la protección de los recursos individuales -sobre todo, lo vinculado con el tema de la industria pesquera en la jurisdicción propia o compartida de los Estados- y al tema de la flora y la fauna en territorios propios, de otros Estados o espacios comunes.
Una segunda, llamada de la protección del medio ambiente, que surge con la aparición de la ONU y el comienzo de las Conferencias Internacionales sobre este tema. El primer hito es la Conferencia de Estocolmo de 1972, piedra basal en el desarrollo del derecho internacional sobre la materia y creadora del Pnuma (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
Una tercera, referida al desarrollo humano: con la celebración de nuevas Conferencias, período comprendido desde la de Estocolmo (1972) pasando por la del Mar de Montego Bay (1982) a la de Río de Janeiro (1992). En este período, surgen los principales principios del derecho ambiental internacional: el precautorio, el contaminador-pagador y el derecho a la información, evaluación, notificación e intercambio de información y consulta del impacto ambiental.
Una cuarta etapa, vinculada a la acción sistémica del ambiente humano: que sería el período actual, donde se integran tanto el derecho como la política internacional a todas las actividades humanas. Un instrumento jurídico importante es el Protocolo de Kioto, convención marco sobre cambio climático, entre otras.
Los lemas recientes
El lema del año 2015 fue “Siete mil millones de sueños. Un solo planeta. Consume con moderación”. El del año 2016 se tituló: “El futuro de la vida silvestre está en nuestras manos”, y el de este año es: “Conectando a las personas con la naturaleza”.
El Día Mundial del Medio Ambiente (2017) nos invita salir al aire libre y adentrarnos en la naturaleza, apreciar su belleza y su importancia y asumir el llamado a proteger la Tierra que compartimos. Los cambios en las conductas y actitudes se generan a través de la educación en una comunidad; en esta problemática es cada vez más necesaria una formación ambiental que concientice a todos sobre el peligro; para nosotros y para las generaciones futuras, en una pacífica solidaridad intergeneracional tal como lo proclama nuestra Constitución Nacional en su art. 41.
La Doctrina de la Iglesia
El Papa Francisco llamó al mundo a una urgente revolución verde en la Carta Encíclica Laudato si sobre el cuidado de la casa común (24 de mayo de 2015). En su primera gran encíclica, vincula el cambio climático, la degradación ambiental y la extrema pobreza con el actual sistema económico. El Pontífice habló de una “conversión ecológica” y sostuvo: “No podemos dejar de reconocer que un planteo ecológico se convierte en un planteo social”.
En el último capítulo de Laudato si, el Papa da ejemplos concretos en el cuidado del medio ambiente. Esos consejos son: 1. Calefacción; aconsejó no prenderla y abrigarse. 2. Papel y plástico; es mejor no usar estos materiales. 3. Agua; reducir su consumo es clave. 4. Residuos; recomendó separar la basura. 5. Comida; se debe cocinar sólo lo que se va a comer. 6. Seres vivos; es importante tratarlos con cuidado. 7. Autos; recomendó usar el transporte público. 8. Árboles; se puede contribuir plantando árboles. 9. Luces; aconsejó apagar las que no se usen. 10. Aires acondicionados; es mejor moderar su uso.
En conclusión, nuestro futuro depende de lo que hicimos, hagamos y empecemos a hacer en este tema. La encrucijada medioambiental consiste hoy en si producimos y consumimos cada vez más sin conciencia de las consecuencias, con la consecuente degradación del planeta o cuidamos y preservamos la Tierra, nuestra casa común tanto para nosotros como para las generaciones futuras. Hete aquí el sencillo pero complejo dilema en este crucial, actual y peligroso problema.
(*) Escritora. Autora de “Los Derechos del Niño Globalizados. Historias de Flores” (2010).