Danilo Chiapello
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Delincuentes asaltaron a una joven madre y le apuntaron con un arma a su bebé de 7 meses. “Quedé temblando y sin fuerzas", dijo la víctima.
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Aterradora experiencia vivió una joven madre cuando dos delincuentes se ganaron dentro de su vivienda en barrio Villa Dora. Los intrusos robaron sus pertenencias y -lo que es peor- con un arma de fuego le apuntaron a la cabeza de su bebé de 7 meses.
La secuencia comenzó a media mañana de la víspera cuando María Victoria (22) llegó a su casa ubicada en Lavaise al 1100, con la intención de darle la mamadera a su hijito que por entonces había quedado al cuidado de su madre.
* “Cuando entro a la habitación con la mamadera me doy cuenta que detrás mío venía un joven que me apunta con un arma de fuego. Me hace sentar y me dice ‘¡Callate la boca, no grites y dame plata, joyas, tarjetas y todo lo que tengas de valor!”, narró hoy la víctima en diálogo con El Litoral
“Atrás de este muchacho, que tenía unos 25 años, entró otro señor, de unos 40 años. Para mí que eran padre e hijo, porque eran muy parecidos físicamente”, agregó.
Despiadados
“El más joven era el que comandaba todo. Estaba armado y en todo momento le apuntó con el revólver a mi hijo. Primero a la cabeza y después al pecho y a la pancita. No tengo palabras para describir lo que sentí en ese trance.
Después me hicieron ir hasta la cocina para buscar algunas cosas y me trajeron de vuelta al dormitorio”.
Pese a lo despiadado de sus acciones, los rufianes se mostraron tranquilos, a punto tal que concretaron su faena a cara descubierta.
“Me llevaron el poco efectivo que tenía, que era el pago de un reemplazo que hice como enfermera. También algunas alhajas de oro y un celular que era prestado. Revolvieron todos los cajones y los roperos. En 15 minutos dieron vuelta toda la casa y rompieron algunas cosas”.
Por el patio
Más adelante la mujer relató que los maleantes “se fueron por el mismo lugar por donde entraron, que es por el patio de atrás. Tengo un patio que es lindero con un club que está acá a la vuelta. Allí hay un asador que conecta con una tarima que hay en la pared del club. El tapial está muy bajito porque hace unos meses se cayeron dos hiladas. Creo que tiene apenas un metro. Es de muy fácil acceso”, precisó.
“Después que se fueron esperé unos diez minutos para salir. Tenía miedo que si estaban me disparen. Cuando llegué a la vereda pedí ayuda a mis vecinos que salieron a buscarlos, pero sin resultados”.
Pesadillas
Por último la víctima reflexionó: “El ensañamiento que demostraron me dejó muy mal. Yo estuve más de dos horas sin poder agarrar a mi hijo porque me sentía sin fuerzas y temblaba. Tenía miedo que se me caiga. Anoche me acosté pero sólo para descansar el cuerpo, porque casi no pude dormir. Tenía pesadillas y me despertaba a cada momento. Escuchaba ruidos por todos lados. Fue lo peor que me pasó en la vida”, cerró.