El ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, confirmó que en septiembre de este año se licitará la construcción del nuevo puente Santa Fe-Paraná, una obra de infraestructura que representará un enorme impacto no sólo en materia de conectividad entre ambas capitales, sino que también repercutirá en la generación de nuevos puestos de trabajo y en la viabilidad de un proyecto clave como el traslado del Puerto local al cauce principal del río.
Además, se trata de una mega inversión aproximada a los 1.100 millones de dólares, que permitirá retirar el tránsito pesado del puente Oroño, Alem y 27 de Febrero, lo que mejorará la circulación del tránsito liviano en la ciudad de Santa Fe. Es, sin un lugar a dudas, un proyecto con una amplia visión estratégica para toda la región.
A poco de conocerse la noticia, sin embargo, comenzaron a surgir voces de reclamo por la escasa información relacionada con otro proyecto importante para este conglomerado urbano, como es el puente entre las ciudades de Santa Fe y Santo Tomé.
En la Cámara de Diputados de la provincia, Fabián Palo Oliver presentó un proyecto de comunicación para que se solicite al gobernador que “exija firmemente al Poder Ejecutivo Nacional el urgente llamado a licitación para la construcción de la nueva interconexión vial entre las ciudades de Santa Fe y Santo Tomé, rechazando cualquier nueva dilación en la concreción de la obra”.
Entre los fundamentos, el legislador recuerda que este proyecto cuenta desde 2014 con el proyecto ejecutivo aprobado por Vialidad Nacional, por lo que sólo resta llamar a licitación para que la obra comience.
Mientras tanto, en el Concejo Municipal de Santa Fe, el edil radical Carlos Suárez (FPCyS-UCR) impulsa otro proyecto a los fines de requerir a los gobiernos municipales y provincial, que intensifiquen las gestiones frente a Nación para que se concrete el llamado a licitación de la nueva conexión vial entre ambas ciudades.
A esta altura de las circunstancias, el anuncio de la concreción del puente a Paraná debe ser recibido con enorme satisfacción desde el Gran Santa Fe. No sólo porque se trata de una obra necesaria y con una visión estratégica, sino porque desde hace demasiados años un gobierno nacional no realiza inversiones de importancia en la región.
Sin embargo, resulta comprensible la inquietud de quienes insisten en la necesidad de que, de una vez por todas, se brinden precisiones acerca de un proyecto que viene acompañado por una larga y pesada historia.
Como se recordará, la promesa del nuevo puente entre Santa Fe y Santo Tomé surgió del ex presidente Néstor Kirchner.
El 29 de agosto de 2007, llegó a Sauce Viejo y anunció que la Nación afrontaría los costos de construir un nuevo puente en compensación por los fondos destinados por la provincia para la construcción de la Autovía 19.
‘‘Es algo que tenemos que compensar y como corresponde, con gesto federal. Que no nos ocurra como nos pasaba cuando nos llamaban a Buenos Aires a hacer pactos fiscales que reducían los ingresos de la provincias’’, dijo Kirchner aquel día.
En noviembre del año pasado, un nuevo presidente insistió con la misma promesa. Fue Mauricio Macri quien, también en Sauce Viejo, afirmó: “Nos hemos puesto de acuerdo para licitar la obra y adjudicarla a fin del año que viene -por 2017-, en un esfuerzo compartido de la Provincia, la Nación y la ciudad, para que también esa iniciativa vaya adelante”.
Los reclamos por saber qué sucederá con este proyecto son justificados. Lo peor que podría suceder es que, una vez más, prime la incertidumbre.