De la Redacción de El Litoral
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Hay roturas sobre Patricio Cullen -frente al colegio San José- y en Antonia Godoy. Faltan cestos, hay basura y rajaduras en algunos sectores.
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La Basílica de Guadalupe se alza remozada e imponente. Sin embargo, en la plaza que lleva su nombre —ubicada enfrente— y en las calles que circundan a ésta, aparecen algunos problemas que deslucen esa bella postal de uno de los epicentros religiosos más importantes de la ciudad: sobre Patricio Cullen hay baches y roturas severas: allí, el movimiento de niños y padres es incesante, pues se encuentra el colegio San José.
Además, sobre varios tramos de calle Antonia Godoy hay también roturas y baches. Y en otros sectores también. “Por calle Reg. 12, entre Piedras y Antonia Godoy, hay un pozo que tiene un largo de cuatro metros, casi va de cordón a cordón. Hace unas semanas una joven que venía en moto se cayó por ese pozo: había llovido y éste estaba tapado por agua: no lo vio. Por suerte no tuvo lesiones. La ayudamos entre nosotros”, dijo a El Litoral Alejandro Bonabotta, uno de los vecinos de ese barrio.
Según pudo relevar este medio ayer lunes, los pozos y baches efectivamente existen. “Hay muchos que hace años que no se arreglan. Son un peligro para los conductores, sobre todo en calle Patricio Cullen (casi Javier de la Rosa). A pocos metros está el colegio”, contó Carlos Martínez, también vecino del barrio, mientras paseaba con su hija por una de las veredas de la plaza.
En la plaza
La plaza está ciertamente mantenida, constató El Litoral. El césped está cortado, los bancos y juegos están sanos. No obstante, y al ser un lugar de mucha concurrencia pública —sobre todo en fechas católicas conmemorativas—, hay algunas falencias: montículos de basura desperdigados en varios puntos y de escombros; también de hojas de palmera y ramas apiladas.
Cestos de residuos faltantes y otros que fueron vandalizados; una profunda rajadura de unos 30 centímetros que atraviesa de lado a lado una de las veredas internas de la plaza; otra rotura en una tapia divisora de material, sobre el cual la gente habitualmente se sienta; cartelería de trabajos particulares que no tienen relación con la plaza. Son quizás descuidos menores, pero ahí están.
Sector de juegos
Hay sólo cuatro juegos que están, y en buen estado, constató este medio. Pero los pisos bajo ellos están hundidos. “Se hace una ‘olla’ porque desde hace años no les tira arena. Después de una lluvia, queda el agua alojada por cuatro o cinco días, si no más”, se quejó Bonabotta.
En el sector donde había un pasamanos en altura que fue retirado, no hay nada: “Quedó como un arenero. Es una pena que no instalen juegos simples para los chicos en un espacio tan grande”, se lamentó otro vecino que prefirió mantener su nombre en reserva.
Yamila estaba justo ahí en ese lugar que quedó de “arenero”. Su pequeña hija correteaba por allí. “Creo que se podría hacer algo en este sector de arena. Veo que vienen desde la Municipalidad a limpiar cada tanto. Entonces, si hay basura acumulada o mugre es porque la gente la deja. El descuido es principalmente de la gente”, fue su opinión.