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Rafael Uribe Noguera recibió una condena de 51 años y 8 meses por el crimen de Yuliana, una niña indígena. La fiscalía apelará la sanción porque quieren que se aplique la pena máxima de 60 años.
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Un tribunal condenó hoy a casi 52 años de cárcel a Rafael Uribe Noguera, un arquitecto de clase alta que en diciembre pasado violó y asesinó a Yuliana, una niña indígena de siete años, en uno de los casos judiciales más mediáticos de los últimos tiempos en Colombia.
El Juzgado 35 con Funciones de Conocimiento de Bogotá sentenció a 51 años y 10 meses de cárcel al hombre, al que también impuso una multa equivalente a 25.600 dólares.
La jueza del caso condenó al arquitecto por los delitos de feminicidio agravado, secuestro simple y acceso carnal.
El caso causó especial interés mediático por el estrato social de las personas involucradas: Uribe Noguera pertenece a una familia adinerada de Bogotá y la niña a una familia indígena que llegó a la capital huyendo de la violencia en el departamento de Cauca.
La condena fue criticada por el padre de Yuliana, quien se declaró decepcionado porque esperaba la aplicación de la mayor sentencia que permite el código penal colombiano, de 60 años.
"(Estoy) muy decepcionado porque yo, como padre, quería que se hiciera justicia de los 60 años para ese criminal. Estoy muy decepcionado, no sé qué más quiere la Justicia para con los niños", declaró el padre de la víctima.
Manifestantes muestran su rechazo al monto de la condena de 51,8 años contra Rafael Uribe Noguera por el crimen de Yuliana Samboní. pic.twitter.com/H0M7JNTiTf — NacionalEH (@NacionalEH) 29 de marzo de 2017
La Fiscalía General apeló la condena al término de la audiencia, pues durante el juicio pidió que el asesino fuera sentenciado a 60 años.
El caso conmocionó a Colombia en diciembre pasado, al punto de que centenares de personas intentaron linchar al asesino cada vez que debía cumplir trámites judiciales, por lo que desde entonces las autoridades decidieron no volver a sacarlo de la cárcel.
La familia de la pequeña vivía en un barrio pobre de Bogotá, hasta donde llegó el arquitecto en su camioneta para raptarla, como quedó registrado en cámaras de seguridad.