El Litoral
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Junto con el River de Gallardo y el Gimnasia de Alfaro, Eduardo Domínguez es el que más sumó con Colón: 16 de 18. El foco se pone en Tigre el lunes que viene a la noche.
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La mejor marca de victorias en el profesionalismo en Primera División con cinco alegrías seguidas. Uno de los tres “punteros” del año con 16 puntos de 18 que se pusieron en juego, al igual que River Plate con Gallardo y Gimnasia de La Plata con Alfaro. Un entrenador, ganador del clásico e invicto con el arco vacío. Valiosos 36 puntos en el promedio, adentro de la Copa Sudamericana y acariciando la próxima Copa Libertadores de América. En Colón, sin dudas, todo lo que reluce es fútbol.
Los dirigentes de esta vieja guardia con Vignatti a la cabeza saben que Colón es un club “de fútbol” y no un club “con fútbol”. Desde 1905, la pelotita es el punto de partida. Y también el de llegada.
Es por eso que a las pocas horas de haber conseguido bajo la lluvia de Quilmes tres puntos valiosos para seguir creciendo, los jugadores volvieron a los entrenamientos con la mejor de las noticias: estaba a disposición el monto en pesos para repartir en el rubro premios. Como se sabe, hay una cifra fija que reparte el plantel y otra cifra que se divide —a modo de porcentaje— entre el cuerpo técnico de Eduardo Domínguez junto a sus colaboradores y auxiliares.
Hay una escala tradicional de incentivos, algo que se “rompió” (mejorada, claro está) para los tres puntos del clásico ante Unión y también en algunos partidos “importantes” del fixture.
“La escala de puntos, a la luz de lo que consiguió el equipo en las últimas fechas, se fue modificando”, reconocen —muy contentos— los dirigentes sabaleros. Sin dudas que bien lejos quedó aquélla idea inicial expresada a Paolo Montero en Reconquista cuando todavía era entrenador de Boca Unidos de Corrientes: “Hay que sacar 40 puntos en la temporada con diez victorias y diez empates”.
Hoy, cuando faltan por jugar diez fechas y 30 puntos en juego, Colón está a cuatro unidades de ese “piso” exigido al charrúa que actualmente dirige a Rosario Central (tampoco le fue mal a Paolo: sumó 13 de 18).
Ahora, claramente, aparecen objetivos deportivos que parecían impensados en el 2016. Jugar la Copa Sudamericana es uno; volver a jugar la Copa Libertadores de América es otro.
No hace falta decir que para cada uno de ellos, más allá de cobrar por puntos fecha tras fecha, habrá un monto fijo por alcanzar la meta. Ni qué hablar que otra vez, de cara al clásico revancha ante Unión en el Cementerio de los Elefantes, tendrá a disposición un premio que superará el millón de pesos a repartir entre los jugadores y el comando técnico.
“Si algo distinguió, distingue y marcará a José Vignatti con sus delfines es el tema de imitar un relojito suizo a la hora de pagar los premios por puntos a cada plantel al frente de Colón”, comentan los allegados sabaleros cercanos a los jugadores.
Más allá de los temas puntuales con determinados jugadores (el caso testigo es el interminable caso Poblete) y de los vencimientos salariales de la masa mensual, hoy el plantel de Colón arrancó la semana “larga” esperando por Tigre —lunes que viene a las 21.15 en el Cementerio de los Elefantes— con la plata “adentro” en cada bolsillo —jugadores y comando técnico— por los tres puntos sumados el domingo en la cancha de Quilmes. Como si fuera Aruba, o un lugar ideal como la mejor playa del Caribe.