El Litoral
A su vez, un 43 por ciento está "muy" o "bastante" a favor de tener al frente del país a un hombre fuerte. La causa principal del descontento es la inseguridad de muchas personas a causa de la globalización.
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DPA
Un 23 por ciento de los austríacos defiende posiciones claramente autoritarias que incluso contemplan el abandono de la democracia, de acuerdo con una encuesta hecha pública hoy en Viena.
"Es una cifra extremadamente elevada", explicó el historiador Oliver Rathkolb, asesor científico del sondeo encargado por el fondo estatal Zukunftsfonds, que hace estudios históricos sobre la época nazi y promueve una sociedad tolerante y abierta. A modo de comparación, hace 10 años esta cifra se situaba en el 14 por ciento.
A su vez, un 43 por ciento está "muy" o "bastante" a favor de tener al frente del país a un hombre fuerte, aunque eso no significa necesariamente que quieran un cambio del sistema democrático.
El motivo principal de este anhelo de un hombre fuerte o incluso de apartarse de la democracia es la inseguridad de muchas personas a causa de la globalización, según el estudio.
Para la inmensa mayoría la democracia sigue siendo la mejor forma de gobierno, pero en general ha perdido apoyo en los pasados 10 años, indicó Rathkolb. Se trata de una tendencia que vale no solamente para los electores de los extremos políticos, sino para un grupo a menudo silencioso o frustrado por la falta de perspectivas.
"La apatía política lleva a los sistemas totalitarios", opinó Rathkolb.
La tendencia también se ve reforzada por el deseo creciente de "legalidad y orden" que expresan los ciudadanos de Austria, un país fronterizo con Alemania de 8,7 millones de habitantes. Un 61 por ciento aprueba una mayor dureza contra personas marginadas o aquellas que promuevan la violencia (frente al 53% en 2007).
Detrás de todo ello subyace el miedo, subrayó Rathkolb. "Muestra la preocupación de las personas de quedar marginadas en tiempos turbulentos", agregó el investigador, que enseña en la Universidad de Viena.
La encuesta también muestra que sobre todo muchas personas jóvenes carecen de conocimientos históricos y tampoco aspiran a tenerlos. Entre los menores de 35 años un 55 por ciento cree que el régimen nacionalsocialista no trajo solo cosas negativas a Austria. El porcentaje es el mayor de todos los grupos de edad.
Pese a todas las exposiciones que se organizan, iniciativas, monumentos y esfuerzos en clase, por lo visto el tema no cala, admite Rathkolb: "Algo funciona mal".
Austria fue anexionada en 1938 por el dictador nazi Adolf Hiltler, quien nació en aquel país y contaba allí con importantes respaldos, y formó parte de la Alemania nazi hasta la caída del régimen a finales de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.