De la Redacción de El Litoral
En el acto, se destacó la trayectoria como investigador del pasado santafesino del periodista, abogado y escritor, miembro del Consejo de Dirección de El Litoral.
De la Redacción de El Litoral
El martes pasado, en la casa histórica conocida como De los Aldao, se realizó el acto público de incorporación de un nuevo miembro de número: el periodista, abogado y escritor Gustavo Vittori, integrante del Consejo de Dirección de El Litoral. En el inicio del encuentro, el Dr. y Arq. Luis María Calvo desarrolló un pormenorizado recorrido de la labor de Vittori como autor de artículos y libros vinculados con la comprensión de los procesos históricos.
Calvo sostuvo que ésta es, ante todo, “una celebración del optimismo y el convencimiento con que sus integrantes entienden el sentido que la Junta tiene en nuestra sociedad. De ahí que la incorporación de nuevos miembros de número implica un reconocimiento a la trayectoria de determinadas personas como investigadoras del pasado santafesino y una invitación para que se sumen a este trabajo sinfónico permanentemente renovado”.
Con respecto a Vittori, dijo: “Mis palabras no son de presentación sino de bienvenida en nombre de mis colegas de la Junta y en el mío propio [...]. Como bien saben todos, Gustavo es, ante todo, periodista. Incluso su condición de empresario ha estado subordinada a su naturaleza de periodista. Siempre ha ejercido su oficio con una profunda vocación de servicio a la comunidad santafesina. Un rápido repaso por su trayectoria pone en evidencia que Santa Fe le inquieta, le preocupa, le estimula y le anima [...]. Gustavo es intensamente santafesino. Su mirada de Santa Fe no es contemplativa sino proactiva; sin embargo, para proponer y planificar acciones, parte de interpretar la realidad santafesina del presente expandiéndola en sus coordenadas temporales hacia el pasado y el futuro, y espaciales, desde lo local a lo global”.
Investigaciones inéditas
“En ese contexto -sostuvo Calvo-, la historia ocupa un lugar significativo entre sus intereses: siempre brindó las páginas de El Litoral para la difusión de la cultura santafesina”.
“Continuando y consolidando esa tradición, en las últimas décadas, Gustavo ha alentado, apoyado o coordinado equipos de historiadores que, individualmente o desde su pertenencia a la Junta Provincial de Estudios Históricos, el Archivo General de la Provincia, al Museo Histórico Provincial, el Museo Etnográfico y otras instituciones, han contribuido con investigaciones inéditas sobre temas muchas veces abordados por primera vez, que fueron publicadas en fascículos de divulgación formando colecciones luego tomaron cuerpo como libros”, prosiguió.
“También desde la Bolsa de Comercio [...], Gustavo ha promovido la publicación de dos libros muy importantes ‘Santa Fe. Primera ciudad-puerto de la Argentina’, en cuya redacción participó, y ‘El río Paraná’, esfuerzo de gestión, además del económico, y de trabajo digital para mejorar la calidad de las imágenes, tarea que en este libro como en otras obras producidas por Gustavo ha estado a cargo de José Vittori”, destacó y agregó que “con la misma capacidad [...], en los últimos años viene trabajando con la Asociación Civil que preside para construir el Museo de la Constitución Nacional”.
Aportes como autor
De sus aportes individuales al conocimiento del pasado, en especial del santafesino, mencionó Calvo a “Santa Fe en clave”, que “es el primer aporte de Gustavo a la historia santafesina, gestado como artículos de divulgación publicados en El Litoral, tomó forma de libro en 1977 y tuvo una segunda edición, revisada y ampliada, en 1997 [...]. Como una proclamación de su entrañable relación con Santa Fe, en él nos enseña a mirar lo que vemos, hace hablar a las paredes y a las cosas, y descubre para sí y para el lector un mundo intangible que vibra por debajo de lo aparente...”
Calvo mencionó detalladamente los otros libros de Vittori: “La Cumbre, cerca del cielo” (2015). “Ambos libros -consideró- podemos leerlos también como ejercicios de diferentes modos de aproximación al pasado. El primer plano en ‘Santa Fe en clave’ lo ocupan las cosas, el registro material de nuestra cultura ciudadana. En ‘La Cumbre...’, en cambio, son las personas y sus historias las que adquieren un relieve preponderante”. También refirió a los artículos publicados en la revista América: “Hombres y jaguares, una fiera relación en tierra santafesina” (América 21, 2012) y “Santa Fe y el agua. De la rogativa a los terraplenes” (América 25, 2016). También se aludió a “Bajo el cielo de Italia” (2011).
Añadió Calvo: “Desde muy joven, Vittori tuvo trato frecuente con Agustín Zapata Gollán, a quien le unía un mutuo aprecio y con quien disfrutó de largas conversaciones en las que se pasaba de la Santa Fe fundacional y colonial al vasto mundo en que navegantes, cronistas y aventureros europeos contribuían a sentar las bases del mundo moderno, envueltos todavía en mitos y fantasías tardo-medievales. Desde entonces, innumerables lecturas acumuladas y maduradas, sumaron las voces de cronistas, historiadores y geógrafos, resultado de las cuales es la disertación que hoy ofrecerá y que esperamos que se convierta en otro de sus libros”. El siguiente trabajo de Vittori, que lleva por título “Santa Fe, ciudad de agua en un cruce de caminos”, será editado próximamente.
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La ponencia del nuevo miembro
A continuación, un fragmento de la exposición presentada por Vittori: “En el momento de emprender su expedición fundadora, Garay era uno de los hombres que mejor conocía la cuenca alta del río de la Plata. El capitán que había ingresado a Sudamérica por el Pacífico, atesoraba con el paso de los años conocimientos sobre las más diversas geografías: la costa oceánica, los cordones montañosos de los Andes, el altiplano, las selvas del Oriente boliviano y el Paraguay, la cuenca fluvial del Plata; sabía, por lo tanto, cómo escurrían las aguas desde las altas montañas hacia los valles inferiores. En su largo caminar, había observado el modo en que el agua se deslizaba por plegaduras montañosas, vertientes, cortaderas, zanjones, cañadones, arroyos y ríos que, de modo sucesivo, sumaban sus cursos descendentes a formaciones hidrográficas mayores que terminaban en los grandes ríos colectores. También pudo advertir que, en sus recorridos, esas aguas formaban grandes abanicos de sedimento que se extendían desde los Andes al Paraná. [...] No había pues, para Garay, mayores secretos respecto de las dinámicas de la naturaleza y la diversidad de las geografías. Y a la hora de llevar a cabo el mandato de Suárez de Toledo, su visión de amplio espectro lo llevará a tomar una decisión distinta de la que le ordenara el teniente de gobernador. [...] Sobre la marcha, Garay enriquecerá el enfoque con el cúmulo de sus experiencias y conocimientos, y pensará en una solución de doble propósito: fundar, a la vez, un puerto fluvio-marítimo que sirviera de apoyo logístico a la navegación entre Asunción y el reino de España; y una cabecera de caminos orientados al oeste (Córdoba, Cuyo, Chile) y el noroeste (el Tucumán, Charcas, Cusco, Lima) para que hubiera ‘trato y conversación’ entre ciudades y sociedades. Por eso, apuntará a la margen derecha del Paraná y, más precisamente, a la Torre de Caboto, para desde allí hacer efectiva la diagonal que condujera a Lima. Sin embargo, no podrá concretarlo y deberá trazar una variante, más dificultosa en sus aspectos físicos, que partirá, unos doscientos kilómetros al norte, desde Santa Fe la Vieja. [...] El puerto y el pueblo, la posta y el fortín, funcionarán como nudo de intercambio comercial. Afirma Zapata: ‘Por el camino que se abrió entre Santa Fe y Córdoba, bien pronto marcaron su huella las pesadas y crujientes carretas de los mercaderes que iniciaron el ininterrumpido tráfico comercial entre las dos ciudades’. [...] Poco a poco, la flamante ciudad adquirirá espesor logístico como centro de distribución de los bienes que circulaban entre Asunción, Córdoba, Cuyo y Chile al oeste, y las ciudades que eslabonaban el camino al noroeste, con Lima como mercado final. [...] En la margen derecha del sistema del Paraná se ponía un mojón fundamental del sueño bioceánico de Francisco de Aguirre; se entornaba, para las apetencias inglesas, ‘el postigo abierto’ a las espaldas del Perú que tanto preocupara al clérigo y poeta Martín del Barco Centenera; se refrenaba el impulso expansivo de Portugal sobre tierras que pertenecían a la corona española, y se abría una efectiva puerta a la tierra para que desde la cuenca fluvial que desagua en el Atlántico hubiera comunicación con las ciudades ubicadas al oeste y el noroeste de Santa Fe hasta los confines del mar del Sur”. (Extracto del capítulo “Una visión que atraviesa los siglos”, del trabajo de Gustavo Vittori, que sintetiza el núcleo de su discurso de incorporación a la Junta Provincial de Estudios Históricos).