Agustina Mai
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Hugo Gutiérrez, especialista en Botánica, asegura que las plantas aromáticas pueden ahuyentar al Aedes aegypti, pero no alteran su ciclo de vida ni reducen la población.
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Tras la resolución del Concejo Municipal para plantar citronela en espacios públicos con el fin de ahuyentar los mosquitos, El Litoral consultó al docente e investigador de Botánica de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Hugo Gutiérrez, quien reconoció las propiedades repelentes de esta planta, pero aclaró que “no altera el ciclo de vida del insecto ni reduce su población”.
La ciudad de Santa Fe tiene más de 3.000 km2 de superficie y está inmersa “en una matriz líquida que brinda un ambiente adecuado para la proliferación de insectos”, por lo que “resulta imposible proteger esta extensa área con la plantación de una o de numerosas especies ‘repelentes de mosquitos’”, explicó Gutiérrez. Más aún si se estima que “el efecto repelente perdura por un par de horas”.
Por estos motivos, el investigador considera que “combatir mosquitos con plantaciones de citronela es una propuesta de escaso impacto”. Y en su lugar propone: “Las acciones tendientes a controlar y combatir al mosquito Aedes aegypti amerita un tratamiento integral, con medidas específicas destinadas a reducir la población de los insectos, atacando todos sus estadios de metamorfosis (huevo, larva, pupa y adulto)”.
Plantas repelentes
Las plantas usan “defensas mecánicas y químicas” para combatir numerosos enemigos potenciales, como bacterias, hongos, arácnidos, insectos y otros animales herbívoros.
Entre los “armamentos químicos”, se destaca el aceite de citronela: un compuesto que se extrae de una planta de origen asiático (conocida como Cymbopogon nardus). “Este aceite tiene probadas científicamente sus propiedades como repelentes de insectos; específicamente de Aedes aegypti, mosquito transmisor de dengue, zika y chikungunya”, asegura Gutiérrez.
Entre sus ventajas, destaca que es “un producto natural que no es tóxico para los humanos ni dañino para el ambiente”. Sin embargo —aclara— “es un repelente, es decir ahuyenta, desalienta, pero no altera el ciclo de vida del insecto ni reduce su población”.
Además, esta acción repelente “no es exclusiva de esta especie sino de numerosas especies fragantes (como menta, naranja, caléndula, eucalipto, etc.), cuya característica principal se percibe al estrujar sus hojas o rozar sus tallos”. Entre las nativas se encuentran: lantana (Lantana camara), yerba buena (Lippia alba), matico (Hyptis mutabilis) y verbena, entre otras. “Dichas especies también deberían plantarse en parques, pasos y avenidas. ¿Por qué circunscribirnos a una especie exótica, teniendo numerosas plantas nativas?”, reflexiona el docente.
El proyecto
El Concejo Municipal aprobó una iniciativa del concejal Juan Cesoni para cultivar, plantar y distribuir plantas de citronella. “Frente a la necesidad de fortalecer acciones tendientes a controlar y combatir al mosquito Aedes aegypti transmisor del zika, el dengue y la chikungunya, que son enfermedades virales que ya cuentan con casos autóctonos en la provincia de Santa Fe, entendemos fundamental aportar elementos complementarios a los ya implementados, que ayuden a repeler este vector”, explicó Cesoni.
A través de esta resolución, el concejal propone fomentar la utilización de repelentes naturales en casas y espacios públicos, “incentivando el cultivo de plantas que tienen propiedades repelentes naturales para ahuyentar al mosquito, haciendo énfasis principalmente en el cultivo de la planta citronela, que es una planta versátil, ornamental, de fragancia dulce y suave, que contiene un aroma casi imperceptible para las personas, pero no así para los mosquitos”.