Por Gastón Dubois
Si Colón con el doble cinco pierde fútbol y gana en marca, o si uno u otro cinco conviene más para Unión son todas especulaciones. Bastía de entrada en Colón y De Iriondo o Acevedo son dudas en Unión.
Por Gastón Dubois
Hace unos días estaba parado en un semáforo con mi auto, y un tío (bien tatengue, por cierto), desde su propio auto, me saluda y me dice: “Te leo siempre y te digo una cosa... ¡Ustedes los periodistas cuando hablan de fútbol dicen algunas verdades y muchas macanas!”. No pude evitar reírme y asentir en silencio la sentencia emanada por mi tío lector. Es que hacer futurología en un partido tan especial y tan diferente a los demás es como tratar de cobrar la boleta del Quini 6, sin siquiera haberlo jugado una sola vez.
Entrando en lo estrictamente futbolístico y siempre en el terreno de la especulación, creo que están dadas todas las condiciones para que sea, en primer lugar, un buen partido de fútbol. En segundo lugar, me parece que Unión llega de “punto”, pero tiene todo servido en bandeja para arruinarle la tarde al Sabalero: juega de visitante, tiene una racha negativa de resultados, enfrenta a un rival invicto (en la era Domínguez) y sus muchachos, además, no están muy bien de la cabeza. Ahora bien, si Unión se anima desde el primer minuto y le propone un “palo y palo”, no creo que sea mucho menos que Colón. Es un partido ideal para que Marini convenza a sus jugadores de realizar la “heroica”, cambiarles “el chip” a sus muchachos y con eso levantar cabeza. Estoy convencido de que Domínguez no sospecha de ese planteo de parte de “Pomelo”. Al técnico rojiblanco le conviene tener que enfrentar a Colón, porque ya vimos cómo (a la inversa) un equipo, cuando gana un clásico, yendo de “punto”, se levanta con un triunfo épico frente a su clásico rival.
En la edición del clásico pasado, en Colón era todo angustia, e iba al “15 de Abril” a ver si podía rescatar un punto o, en todo caso, dar el batacazo con algún triunfo resonante. Esto último fue lo que pasó y los partidos subsiguientes fueron marcando la confianza de un plantel y la desconfianza del otro.
Es que en el fútbol de hoy en día, y entre los dos planteles, no hay muchas diferencias de jerarquía. Es sólo una cuestión de actitud y de “desbloqueo mental”. La mejor prueba de esto último mencionado son las campañas de ambos equipos. Unión, con la derrota frente a Colón, entró en un tobogán hacia abajo; Colón, con aquel triunfo, comenzó una racha ganadora e invicta que mantiene hasta hoy. Por eso creo que la presión de ganar la tiene el sabalero y la carta ganadora la tiene Marini. Si “Pomelo” piensa bien el partido y hace una arenga mental motivadora, creando una estrategia ofensiva para intentar desinflar de pasión y llenar de nervios el Cementerio de los Elefantes, puede ser letal para los intereses sabaleros.
La clave tatengue está en sorprender a Colón y no dejarse llevar por delante. Salir a atacarlo de entrada, puesto que si se mete atrás, Colón es un equipo más trabajado, que lo va a arrinconar y seguramente desnudará algunas desinteligencias lógicas, por el escaso tiempo de trabajo de parte de su técnico.
La clave, en Colón, está en jugar sereno y tranquilo, no tiene que desesperarse. Trabajar el partido como ya lo hizo en otras ocasiones. Buscando alguna falta cerca del área y aprovechar todo el rédito que le han dado las pelotas quietas. Así Colón le ganó a Unión el último clásico y de yapa también cosechó muchos buenos puntos frente a otros rivales.
En fin, sería demasiado arriesgado escribir, anticipadamente, sobre el resultado. No obstante, creo que Unión tiene ante sí la gran oportunidad de revertir su magro presente, frente a un Colón que sabe a lo que juega, pero que tiene más para perder si en el desarrollo del juego Unión le presenta escollos tácticos que puedan impacientar a sus jugadores y a su público.
El resultado de mañana dependerá de Colón y su paciencia, o de Unión y su estrategia.