Alberto “Nene” Sánchez
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Peralta hizo el gol por Temperley, en el primer tiempo. A los 4 minutos del segundo tiempo, Alexis Zárate metió el segundo. A los 37' vino el tercero, ejecutado por Mancinelli.
Alberto “Nene” Sánchez
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Con muy poco, Temperley se retiró a los vestuarios tras la finalización del primer tiempo con la ventaja 1-0, que sin dudas es inmerecida. No obstante, aún siendo Colón levemente superior al local, no pudo generar alguna situación que puede considerarse de sumo riesgo para el arquero Ibañez.
Hasta el primer cuarto de hora, el Gasolero se hizo dueño del trámite, eligiendo el sector de Ceballos para atacar, con Ozuna y Di Lorenzo como estandartes. De todos modos, no consiguió inquietar a Broun.
Pero lentamente Colón pudo adueñarse del balón, emparejando las acciones gracias a las tareas de Bernardi, Torres y Silva. Precisamente fue el “Mosquito” quien a los 24 minutos se apoderó de un pelotazo largo de Conti desde el fondo, superando a su marcador en velocidad llegó hasta el fondo por la punta derecha y envió un centrto rasante al primer palo, lugar por donde llegó Blanco, que anticipó a Bogino, pero su toque suave se fue apenas desviado.
Y cuando Colón estaba haciendo más que Temperley, llegó el gol del Celeste. A los 29 minutos, Peralta, entrando solo por el medio, recibió la habilitación frontal, ingresó al área entre los dos marcadores centrales sabaleros y definió de derecha con un toque suave. Gol y a tratar de reponerse del golpe.
Pero dos minutos más tarde, en una clara situación de gol para el sabalero, Bernardi remató al arco y la pelota rebotó en el brazo de Bogino, pero Lamolina hizo caso omiso a la nueva reglamentación y sólo llevó el silbato a su boca para sancionar tiro de esquina.
De ahí hasta el final de la etapa inicial, Colón buscó la igualdad pero sin ideas. El 1-0 fue demasiado premio para Temperley, pero los goles no se merecen, se hacen.
Casi un calco
El segundo tiempo casi fue un calco de lo ocurrido en la etapa inicial. Obligado por el resultado en contra, Colón siguió buscando empardarlo, pero equivocanco los caminos, aunque entre el apuro y el cerrojo implementado por Temperley, se hacía cadea vez más difícil conseguir el primario objetivo.
Para colmo, haciendo gala de una eficacia absoluta, el Gasolero aprovechó una distracción en el mediocampo del visitante, Ozuna alargó para Zárate, este recorrió unos metros con la pelota y probó desde 25 metros aproximadamente, el balón rozó en el cuerpo de Ortiz y descolocó a Broun, mejor dicho, si no hubeira existido dicho roce, el arquero colonista hubiera llegado a retener el esférico.
Sin pensarlo, y para sorpresa de muchos, Colón se encontraba dos goles abajo y sin muchas posibilidades de dar vuelta la historia. Domínguez intentó hacerlo con algunas variantes, como la de Pereyra por ejemplo, pero estaba visto que la cosa no venía bien. El rojinegro probó con los que mejor le estaba saliendo en su racha positiva: las jugadas con pelota detenida, pero ni eso salió bien.
A los 18 minutos, tiro libre desde la derecha ejecutado con la zurda de Pereyra. El remate fue desviado por Ibañez al córner yéndose muy cerca del ángulo superior derecho. A los 21, Pereyra asistió a Blanco, que entró al área del medio hacia la derecha y su disparo de derecha se fue muy cerca del travesaño.
Cinco minutos más tarde, otra vez Pereyra lo vio esta vez a Clemente que venía por izquierda, se la pasó al lateral, quien adelantó la pelota y remató de afuera del área, muy cerca del caño derecho. Y a los 35 minutos, corner desde la izquierda a cargo de Lagos, cabeceó Dalla Costa de pique al suelo y De Bórtoli, con mucho esfuerzo, se quedó con la pelota sobre la línea de meta.
Pero ahí no terminaron las malas noticias para Colón. Porque a los 37, con el sabalero jugado en ataque, llegó la contra letal de Temperley. Mancinelli cuerpeó a Clemente y cuando sacó un metro de ventaja definió de derecha con un suave toque por abajo del cuerpo de “Fatura” Broun.
Ya no había nada por hacer, Temperley ganó por eficacia, y ante eso no hay discusión posible. Igual que lo dicho al término del primer tiempo, los goles no se merecen, se hacen.
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