La semana que termina se caracterizó por una serie de reclamos cruzados que provocó todo tipo de interpretaciones. Algunas, desde lo económico. Otras, en cambio, desde una óptica exclusivamente política.
Uno reclama que las provincias administren los ATN. El otro, pide que transfieran a municipios de manera automática el Fondo de Asistencia Educativa.
La semana que termina se caracterizó por una serie de reclamos cruzados que provocó todo tipo de interpretaciones. Algunas, desde lo económico. Otras, en cambio, desde una óptica exclusivamente política.
El primero en disparar fue el intendente de Santa Fe, José Corral. Le reclamó al gobierno de la provincia que distribuya de manera automática a los municipios los fondos de coparticipación que constituyen el Fondo de Asistencia Educativa. Se trata de aproximadamente 150 millones de pesos que le corresponden en 2017 a la ciudad capital y, en lo que va del año, la deuda ya asciende a unos 40 millones de pesos.
El gobernador, Miguel Lifschitz, le respondió. Según el primer mandatario, la provincia distribuye esos fondos entre los municipios una vez que el año termina. “Lo que Corral está pidiendo es que le paguemos lo correspondiente a 2016 y que le adelantemos el dinero de 2017”, manifestó.
La respuesta no dejó conforme al intendente santafesino. Básicamente, porque la Ley Nacional de Presupuesto, en su artículo 19, habla de “coparticipación automática de los recursos a los municipios para cubrir gastos estrictamente ligados a la finalidad y función educación”.
No se trata de un tema menor para una ciudad como Santa Fe, que cuenta con 14 jardines municipales que cumplen desde hace años una función esencial en algunos de los barrios más postergados.
Mientras aún resonaba la queja de Corral, surgió otro reclamo. Y este caso, el que disparó fue Lifschitz, quien volvió a plantear la necesidad de que la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), que ejerce la Nación, pase a manos de las provincias. Se trata de fondos obtenidos a partir de la contribución de los Estados provinciales. Sin embargo, es el gobierno central el que decide cuánto, cuándo y hacia dónde fluyen esos recursos.
En un contexto de tironeos internos dentro del Frente Progresista Cívico y Social, no parece casual el momento elegido por Lifschitz para realizar el planteo. Las miradas dejaron de apuntar al Fondo de Asistencia Educativa , para posarse sobre los ATN.
Lo cierto es que en sus primeros dieciséis meses de gobierno, el macrismo destinó 352,8 millones de pesos de ATN a municipios y comunas de Santa Fe. Mientras la ciudad capital fue asistida con 152 millones, a Rosario apenas si le tocaron 12 millones.
Obviamente esta situación generó el comprensible recelo rosarino. Es verdad que esos fondos llegaron luego de que la capital de la provincia sufriera en 2016 la crecida de los ríos que la circundan y de un extenso período de lluvias extraordinarias. Pero también es cierto que la centralización en el manejo de recursos siempre genera suspicacias.
A estas alturas de las circunstancias, queda flotando la sensación de que tanto Corral, como Lifschitz, están en lo cierto a la hora de hacer públicos sus respectivos reclamos.
No parece justificado que el dinero coparticipado desde la Nación sea retenido por la provincia y se entregue a los municipios al año siguiente. Pero tampoco existen justificaciones válidas para que la distribución de los ATN a municipios y comunas del país continúe dependiendo de decisiones del gobierno central.
En esta Argentina vapuleada y descreída, un verdadero proceso de cambio no puede quedarse en las palabras. Y esto, abarca a todos los sectores políticos.