Gastón Neffen
En el 2010 había 3.012 habitantes y ahora la Comuna asegura que viven más de 8.000 personas. La mayoría llegó desde Santa Fe.
Gastón Neffen
Twitter: @gneffen
Arroyo Leyes, un pueblo de calles de arena y rodeado de agua, duplicó su población en solo siete años, en un boom demográfico e inmobiliario que se relaciona con las dificultades para encontrar lotes accesibles en Colastiné Norte y Rincón, en combo con la demanda de terrenos para el plan Procrear, que aceleró la tendencia.
El problema es que el crecimiento demográfico corrió mucho más rápido que la infraestructura de servicios y profundizó la vulnerabilidad hídrica en una localidad que está expuesta a las crecidas en la cuenca del río Paraná y a las dificultades para “sacar” el agua cuando hay lluvias intensas, en el sector que cuenta con defensa.
A pedido del gobierno provincial, un grupo de especialistas de la Universidad Católica Argentina (UCA) —de la Facultad de Química e Ingeniería de Rosario— elaboró un Plan de Ordenamiento Territorial Ambiental que analiza desde cómo reconvertir la producción frutillas —para evitar conflictos por el uso de agroquímicos— hasta el lugar más conveniente para construir el cementerio, otro punto que ha generado tensiones entre la Comuna y algunos vecinos.
“Es una propuesta base, una guía para elaborar la ordenanza de ordenamiento territorial, que se va a seguir conversando con las ONG de la localidad y los vecinos”, explicó Eduardo Lorinz, presidente comunal de Arroyo Leyes, en una entrevista con El Litoral.
La UCA estima que en Arroyo Leyes viven más de 6.000 habitantes, una cifra que es el doble de las 3.012 personas que registró el Censo 2010. En la Comuna aseguran que esta proyección se queda corta y que hoy tienen unos 8.000 vecinos. “Tenemos 7.500 partidas de lotes, por ejemplo, es el doble que las de Santa Rosa de Calchines”, aseguró Lorinz.
Si siguen con este ritmo, al final de está década podrían contar con los habitantes para ser declarada ciudad, pero no hay una fuente de agua segura, la obra de cloacas recién comienza —y hay reclamos de una parte de los vecinos—, los residuos no se tratan y la mayor densidad de población —sobre todo en las zonas de cotas bajas— agravó el escenario de riesgo frente a dos amenazas: las crecidas en la cuenca del Paraná y las lluvias intensas.
La cuestión hídrica
Para comprender los riesgos, hay que dividir Arroyo Leyes en dos mitades, a partir del eje de la ruta 1. El sector más consolidado es el este, que tiene una defensa (cota 17 IGN) que se realizó a mediados de los ‘90 y que resistió la última crecida extraordinaria (1998). Aquí el problema es que no hay suficientes desagües ni estaciones de bombeo. Por eso cuando las precipitaciones son intensas, se complica el escurrimiento del agua y hay calles que son intransitables.
“Con fondos provinciales, tenemos un proyecto para colocar cuatro estaciones de bombeo, que son importantes para aliviar los problemas de los vecinos en loteos como Jardines de la Costa I, Ibirá, Timbó y jardines II”, contó Lorinz.
El sector oeste, que da a la laguna Setúbal, no tiene terraplén. El informe de la UCA advierte que en caso de una crecida extraordinaria —que supere los 7 metros en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe (tiene una recurrencia de entre 15 y 20 años)— la mayoría de estos terrenos se van a inundar. Por eso los vecinos de estos barrios piden que se construya una defensa entre los kilómetros 8 y 22.
Cómo esa defensa no está licitada, ni se expresó la decisión política de realizarla, el plan de la UCA recomienda no seguir urbanizando esta zona —que si puede ser apta para la producción frutihortícola—, ni siquiera levantando los lotes, ya que en caso de crecida colapsa el servicio de electricidad y también los pozos ciegos y la provisión de una fuente de agua potable segura.
Es un tema complejo, que divide aguas. Hay especialistas —también funcionarios de áreas hídricas— que recomiendan no seguir densificando zonas de vulnerabilidad hídrica —como se hizo en cotas bajas de Colastiné Norte y Rincón con el anillo de defensa— porque se logra contener la crecida pero se aumentan los riesgos de anegamientos cuando llueve (y siempre existe la posibilidad de que una parte de la defensa ceda, ya que es de tierra y arena compactada).
Pero la Comuna estima que un 25% de la población ya está radicada en el sector oeste (unas 2.000 personas), donde se edificó en un 50% de los terrenos. “Hay más de 20 loteos, la mayoría aprobados cuando Arroyo Leyes era parte de Santa Fe, y nada impide que los que quieran construir lo hagan, porque tienen hasta escritura”, reconoció Lorinz.
Hay loteos, que se planificaron en los últimos años, que están organizados en función de la cota. En la zonas más altas del oeste (cota 16 —la ruta está en cota 16,5—) se habilita la construcción de viviendas permanentes y por debajo se proponen alternativas sobre pilotes, más ligadas al uso como quinta. Pero en el “vértigo” de los últimos años, hay casas del Plan Procrear que se autorizaron por debajo de cota 15.
En junio de 1992, la crecida llegó a los 7,43 metros en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe; es decir, a una cota de 15,62 IGN. Pero Arroyo Leyes está a 24 kilómetros del hidrómetro del puerto y al estar más al norte hay una pendiente en crecida de aproximadamente 4,5 centímetros por kilómetro, le explicaron ingenieros en recursos hídricos a El Litoral.
Por eso, se estima que el pico de junio de 1992 llegó hasta la cota 16,70 IGN en Arroyo Leyes. En la imagen satelital que acompaña esta nota, que se agregó a una plataforma de google earth, se puede analizar el impacto de la inundación del ‘92 en todo el corredor de la ruta 1.
Es una imagen para mirar con lupa, al momento de planificar el desarrollo de todas las localidades de la Costa, sobre todo si se tiene en cuenta que en los últimos 35 años se registraron tres inundaciones que superaron los 7 metros (1992, 1983 y 1998) y una que pegó en el palo (6,95 metros en 1982).
El cementerio y las cloacas
En el plan de ordenamiento territorial de la UCA se analizan las dos ubicaciones que se debatieron para el cementerio y concluye que la que propone la Comuna —en el cámping comunal que está en el kilómetro 13— tiene impactos negativos “tres veces más bajos” que la ubicación en el kilómetro 19, como propuso un grupo de vecinos.
La diferencia es que en esa segunda ubicación es necesario rellenar el terreno. “Esto no implicaría solamente un gran incremento en la inversión a realizar y los gastos durante la construcción, sino que además traería consigo una invasiva y extensa intervención del terreno natural del humedal, del cual se extrae el aporte de suelo como recurso”, aclaran los especialistas de la UCA.
El debate por la obra de cloacas sigue trabado. La obra comenzó en el 2014 y estaba previsto que los vecinos comiencen a pagarla por el sistema de contribución por mejoras (tiene un costo de 26.000 pesos, aproximadamente, que se abona en cuotas).
Un grupo de vecinos advirtió que las lagunas de tratamiento están previstas en una zona inundable y reclamaron más detalles de un proyecto que llevará unos 9 años, entre otros reclamos. El Ministerio de Medio Ambiente de la provincia intervino y le pidió a la Comuna que aporte una segunda alternativa a las lagunas de tratamiento, que es la posibilidad de hacer una planta de tratamiento de los líquidos cloacales (esta alternativa no convence a la Comuna porque implica una mayor inversión y puede generar olores).
Eduardo Lorinz, presidente comunal, aseguró que las lagunas de tratamiento van a quedar defendidas por un terraplén, que se realizará con el mismo suelo que se extraiga para hacerlas. También está previsto altear el camino hasta cota 17. Pero para avanzar con esta obra, la Comuna deberá esperar el dictamen del Ministerio de Medio Ambiente.
Los datos de un pueblo cada vez más grande
— La Comuna tiene 26 años (antes jurisdición de la Municipalidad de Santa Fe). Se extiende a lo largo de más de 13 kilómetros de la ruta 1(desde el kilómetro 10,5 al 24).
— Servicios: hay tres antenas de telefonía celular. La empresa de cable es de Rincón y también ofrece Internet.
— Educación: cuenta con dos escuelas (primaria y secundaria).
— Salud: hay dos centros asistenciales, pero están cerrados los fines de semana.
— Seguridad: hay una comisaría.
— Basura: los residuos se arrojan sin tratamiento en un basural a cielo abierto.
— En el lado Este de la ruta 1, la red de desagües es mínima y no hay estaciones de bombeo junto a las defensas.