Redacción El Litoral
El incremento del tránsito por calle 1° de Enero provoca desorden vehicular.
Redacción El Litoral
Una camioneta que trepó a la vereda de la rotonda de la calle 1° de Enero en el Dique II del Puerto, fue “la gota que colmó el vaso” de quienes transitan a diario por esa zona y se quejan por el mal estacionamiento de vehículos, lo que impide la circulación.
El caso de la camioneta ocurrió el fin de semana pasado. Por este motivo, desde el Club Marinas solicitaron que se intensifiquen los controles con la presencia de inspectores de tránsito en la zona hasta que se tome conciencia de los perjuicios que causan los conductores desaprensivos.
“La del fin de semana no fue la primera vez que en el acceso al Club Marinas nos encontramos con la sorpresa de vehículos que estacionan fuera de la normativa municipal y lejos de la buena convivencia”, dijo Eduardo Bolzicco, desde la entidad deportiva. “Esto se repite además con vehículos de carga, tanto pesados como livianos, hasta colectivos interurbanos que estacionan y bloquean el paso vehicular”, señaló el dirigente.
“Lo de los autos particulares es de todos los días, pero el problema se agrava sobre todo los fines de semana”, detalló luego Bolzicco, quien a su vez dijo: “Desde hace varios años notamos que la falta de ordenamiento y espacio físico para estacionamiento de vehículos para la gente que habita los departamentos de las torres y para quienes los visitan, sumados los pasajeros del hotel Amarras, genera serios inconvenientes. Carecen del espacio suficiente y dejan los autos en cualquier lado”. Y finalizó: “Ni hablar las noches que hay fiesta en los salones, sobre todo a fin de año, cuando concurre una gran masa de gente y no tienen dónde dejar los vehículos”.
Mayor tránsito
Este problema que sufren desde hace años los usuarios del Dique II del Puerto se agravó en los últimos días desde que comenzó a funcionar allí el Liceo Municipal, en las remozadas instalaciones del Ex Molino Marconetti. Desde entonces el ir y venir de autos particulares es una constante. Y muchos padres que llevan a sus hijos estacionan donde pueden —por no decir en cualquier parte— durante el ascenso y descenso de los alumnos.
Otro inconveniente colateral que se pudo observar es que al no contar con una calle de retorno (hay una calle de dos manos) muchos automovilistas no circulan hasta la rotonda que está al final del dique y realizan maniobras imprudentes para retornar en cualquier parte de la calle.
Si bien hay carteles que indican “prohibido estacionar” y “máxima 20”, no ocurre una ni otra cosa. Hay autos estacionados sobre la vereda, en doble fila o sobre los lotes vacíos, y casi nadie circula despacio, entre quienes visitan el lugar a pie o en bicicletas.
Falta otra calle
A mediados de marzo, El Litoral publicó un informe bajo el título “Dique II: qué obras se realizan para resolver problemas urbanos”, en el que dio cuenta de las millonarias obras privadas y públicas de transformación de esa zona, en la que hoy confluyen dos salones de fiestas, tres torres de viviendas y dos en construcción —que totalizarán 296 departamentos— un hotel con 48 habitaciones y restaurante, una guardería y un club náutico, y canchas de tenis y de fútbol. Además del restaurado Molino Marconetti que recibe a más de 1.500 alumnos del Liceo Municipal.
Tal concentración de actividades, tan diversas unas de otras, intensificó el movimiento vehicular y peatonal en un espacio acotado, tanto para circular como para estacionar, y generó varios problemas de convivencia.
La empresa CAM, que construyó las tres torres residenciales y tiene en marcha otras dos, pavimentó la calle de acceso (1° de Enero), con desagües y veredas, además de renovar el sistema de iluminación con tecnología led.
En el Plan Integral de Urbanización del Dique II está contemplada la construcción de una nueva calle costanera —hoy es un paso de tierra— sobre la costa del Canal de Derivación Norte. Esa calle se denominará Rossaura Schweizer y mejorará el tránsito para ingresar y salir del dique girando por calle Sara Pinasco —al sur— o por otra calle que todavía no se ejecutó, denominada Carmen Rovitti, que unirá 1° de Mayo con Schweizer, al norte del edificio del Liceo Municipal.
Además, está prevista la delimitación de nuevas zonas de estacionamiento en terrenos ubicados en el acceso al dique, donde pese a que todavía no se ejecutó la obra ya se pueden ver vehículos estacionados.
Ordenamiento
Más allá de las obras pendientes, desde el Municipio se informó que en los próximos días van a ordenar el tránsito en esa zona. “Desde que se hizo el asfalto nuevo, con el cordón cuneta, estamos terminando un proyecto de ordenamiento del tránsito junto al área de Planeamiento”, anticipó el secretario de Control, Ramiro Dall’Aglio. “Vamos a delimitar los estacionamientos colocando un tope cordón o pretiles plásticos, para que quede claro dónde se puede estacionar y dónde está prohibido”, señaló.
Además, el funcionario dejó en claro que el control del tránsito en las calles del Puerto “es potestad del Municipio, al igual que en cualquier otra zona de la ciudad, sin diferenciación territorial de ámbitos nacionales, provinciales o locales”, dijo Dall’Aglio. “El tránsito es inherente al Municipio y es lo mismo el Puerto que María Selva o Los Troncos”, ejemplificó.
Esto último viene a cuenta de que hace un tiempo atrás circuló un video en las redes sociales en Internet en el que un conductor intentó persuadir a un inspector municipal para que no le labre un acta de infracción en una calle interna del Puerto. El polémico video dio a entender que los inspectores no pueden controlar adentro del Puerto. Pero esto es falaz y las normas de tránsito deben ser respetadas en cualquier zona de la ciudad.
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