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No se conformó un consorcio para la disposición final de lo residuos en el relleno sanitario de Santa Fe. Se continúan arrojándolos en basurales a cielo abierto, lo que está prohibido.
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San José del Rincón, Arroyo Leyes y Santa Rosa de Calchines, no lograron avanzar en el plan para la disposición final de residuos sólidos urbanos. El tratamiento de la basura sigue siendo un grave problema para las tres localidades que continúan arrojando el producto de la recolección diaria en basurales a cielo abierto, a pesar de estar prohibido.
Si bien dieron algunos pasos para concretar un proyecto conjunto a fines de 2015, cuando apuntalados por el gobierno provincial acordaron la conformación de un consorcio para trasladar los residuos al relleno sanitario de Santa Fe, no prosperó.
Es que según explicaron desde la Municipalidad de Rincón y la comuna de Arroyo Leyes, la emergencia hídrica de principio de 2016, puso en jaque el plan y truncó los modestos avances.
En el caso de Rincón, comenzó en febrero de 2016 con el acarreo de la basura de la ciudad hasta la planta de la capital, ubicada a la vera de la avenida Circunvalación: la provincia asumió el costo del servicio de transporte de la basura y el canon que cobra el complejo de tratamiento. Luego ese monto, se cobraría de la coparticipación.
Para eso habían determinado un centro de transferencia, en calle Inés Álvarez, entre Acería y Juan Viñas —sobre el kilómetro 5 de la ruta 1—. Ahí se producía el traspaso de la basura desde los camiones recolectores, a los que la trasladaban al relleno.
Al poco tiempo —en mayo aproximadamente—, el plan fue inviable a raíz de las dificultades que presentó la emergencia, por los costos del servicio y la falta de recursos de la Municipalidad, para continuarlo.
Algo similar ocurrió en la comuna de Arroyo Leyes. “Habíamos comenzado con el armado del estatuto del consorcio con Rincón y Santa Rosa, pero vino el temporal y la emergencia hídrica y no pudimos seguir”, comentó el presidente comunal de Arroyo Leyes, Eduardo Lorinz.
Si bien la comuna también había comenzado con el traslado de la basura al relleno de Santa Fe, no pudo afrontar sola el altísimo costo del servicio. “El traslado y la disposición en la planta costaba unos 40 mil pesos por semana, es decir 160 pesos por mes. Con esos valores fue imposible sostenerlo”, precisó Lorinz.
Para el presidente comunal, no va a pasar mucho tiempo para que retomen el trabajo de la conformación del consorcio para la disposición final conjunta de la basura. Mientras tanto, continúan arrojando el acumulado de la recolección diaria en el extremo oeste de la calle 8 de Arroyo Leyes.
Un proyecto
Para el secretario de Gobierno de Rincón, Matías Chuard, el hecho de que no se haya concretado el consorcio “no significa que no se esté trabajando”. En ese sentido adelantó que “próximamente”, el Concejo tratará la ordenanza que autoriza la conformación del grupo.
Desde que interrumpieron el traslado de los residuos al relleno sanitario de Santa Fe, la basura de la ciudad de Rincón termina en dos basurales a cielo abierto: uno está ubicado en el extremo de calle San Martín, sobre el terraplén y otro en el Callejón Pintos, a la altura del kilómetro 9 de la ruta 1.
Lo que sí lograron concretar en Rincón es el cobro de una “ecotasa” o “tasa sanitaria”, desde abril del año pasado. Es un 10% de la Tasa General de Inmueble que se destina a distintas finalidades vinculadas con el tratamiento de la basura.
En la liquidación figura como “programa de saneamiento”. De abril a diciembre del año pasado, la recaudación en concepto de “ecotasa” no llega a un millón de pesos, según indicaron desde la Municipalidad.
“El cobro del 10 % comenzó por la emergencia hídrica. Fue una sugerencia de los funcionarios de Medio Ambiente de la provincia, con el objetivo de ir diagramando un plan integral de residuos sólidos urbanos, había que incorporar esa tasa porque el sistema es muy caro”, explicó Chuard.
Actualmente destinan los fondos de la ‘ecotasa‘ a solventar el servicio de recolección diaria, “el más costoso que presta el municipio”, según Chuard.
“Se compraron herramientas, se hicieron campañas de concientización, se dictan cursos de compostaje. La semana que viene empezamos con la de reducción de bolsas de polietileno: vamos a distribuir bolsas reutilizables en los comercios y con los vecinos”, adelantó Chuard.
Finalmente, el funcionario insistió en que la Municipalidad está desarrollando el proyecto ejecutivo para comenzar con la separación de residuos en origen, la inclusión de recolectores informales y el armado del consorcio, para darle destino final a los residuos en la planta de tratamiento de la capital. Aunque no precisó fechas.
Un problema histórico
“Nos cobran ese 10% en la Tasa General de Inmuebles pero nunca se rindió cuentas de lo que se hace con esa plata. Porque al fin y al cabo, a la basura la siguen tirando en los mismos lugares de siempre”, se quejó el presidente de la vecinal de Villa California, Roberto Romero.
El crecimiento de los basurales a cielo abierto y posterior quema, constituye una preocupación histórica de los integrantes de la vecinal del barrio costero. Sobre todo porque es la misma Municipalidad la que asume y continúa con esa práctica, que está prohibida por ley N° 13.055 conocida como “Basura Cero”.
“Venimos reclamando hace años: la quema de los basurales que están muy cerca de las poblaciones, genera contaminación. Además, se perjudica el geotextil del terraplén, que es lo único que tenemos en contra del avance del agua. En la basura se debe invertir porque así lograríamos evitar la contaminación con la quema, sacar a la gente del cirujeo y otros problemas ambientales, como las ratas, las que tenemos ahora son impresionantes”, advirtió Julieta Di Filippo, vecinalista e integrante de la Fundación Hábitat y Desarrollo.
La especialista, que integró el gabinete de Carlos Sánchez, conoce en detalle la problemática y las posibilidades de “muy de a poco” y a largo plazo, ir trabajando en las soluciones.
“Debemos ir generando conductas y aprovechando lo que ya se sabe, lo que ya hay. En el barrio hay muchos vecinos que hacen compostaje, que juntan plásticos, que saben lo que es la separación en origen. Necesitamos unir esas pequeñas acciones aisladas y es responsabilidad de la Municipalidad lograrlo”, comentó.
Mientras tanto, el cobro de la “ecotasa” le genera dudas. “Los vecinos pagamos, pero que la Municipalidad explique el proyecto para la disposición final. Dijeron que con esa plata iban a pagar el envío de la basura a Santa Fe, pero eso no está ocurriendo. Nos preocupa que hoy los residuos de los basurales, van a la laguna por el efecto inodoro que provocan las crecidas”, fustigó Di Filippo.
“En Rincón proliferan los microbasurales. Ahí la responsabilidad es compartida: los vecinos que tiran en cualquier lado y la Municipalidad que no controla. Eso es lo que hay que empezar a cambiar”. Julieta di Filippo,Vecina.
“Se compraron herramientas, se hicieron campañas de concientización, se dictan cursos de compostaje. La semana que viene empezamos con la de reducción de bolsas de polietileno: vamos a distribuir bolsas reutilizables en los comercios y con los vecinos” Matías Chuard, secretario de Gobierno de Rincón.