Por: Remo Erdosain
Por: Remo Erdosain
—¡Qué tremendo lo de Manchester! -exclama Abel.
—¡Podés decirlo -confirma José- más de veinte muertos, pero lo más estremecedor es que se trata de adolescentes y en algunos casos de niños.
—Realmente, estos terroristas -sentencia Marcial- son unos grandes hijos de puta.
—Entre otras cosas -digo.
—Lo que se reitera -insiste Marcial- es el signo islámico de los asesinos.
—Hay que ser cuidadoso al respecto -advierte José- porque no se puede meter a todos los islámicos en la misma bolsa. Incluso no sé si es correcto calificar de islámicos a quienes asesinan en nombre del Corán.
—Ésa es una discusión abierta de difícil resolución -interviene Abel- porque en el Corán, como en todos los libros sagrados, hay letra para la paz y hay letra para la guerra, hay letra para el amor y hay letra para el odio.
—Yo no voy a cometer la burrada y la injusticia de igualar islamismo a terrorismo, pero tampoco voy a desconocer el hecho de que el terrorismo dominante en el mundo se realiza en nombre del Islam -dice Marcial.
—Lo que pasa -digo- es que al plantearlo en esos términos se corre el riesgo de no reconocer las profundas diferencias internas existentes en el Islam.
—Puedo admitir que por razones tácticas se hagan ciertas concesiones, pero conceptualmente es importante decir que hay en el Islam una veta que alienta el terrorismo.
—Yo no estoy de acuerdo -exclama José- lo que existe es un sentimiento extendido en las masas del Tercer Mundo contra los imperialismos del llamado Occidente cristiano.
—Eso y dejarle una puerta abierta a los terroristas es más o menos lo mismo.
—Yo estoy en contra del terrorismo -repite José- pero que los yanquis y los ingleses no se hagan los distraídos.
—O sea que al terrorista que se inmoló en Manchester hay que reconocerlo como un luchador antimperialista y ponerlo en un cuadro de honor al lado del Che Guevara.
—No ridiculicen lo que digo -se defiende José- pero como dice el Papa, pongamos las cosas en su lugar.
—Precisamente, de eso se trata -dice Marcial- de poner las cosas en su lugar. Y en nombre de esa recomendación del compañero Papa, es que digo que, sinceramente, yo no me siento autorizado a negarles autoridad islámica a los que viven, matan y mueren en nombre del Islam.
—El Isis...
—El Isis es una expresión más de esa barbarie terrorista ¿O nos vamos a olvidar que antes estuvieron los talibanes y después vino Al Qaeda?... y mañana puede venir cualquier otra cosa porque, nos guste o no, el huevo de la serpiente está instalado -digo.
—Además -agrega Marcial- yo le pediría a los musulmanes que viven en Europa y no son terroristas, que pongan un poco más de entusiasmo para combatirlos, porque sinceramente los veo bastante pasivos, porque al igual que José, no están con el terrorismo, pero en el fondo, y no tan en el fondo, creen que la responsabilidad de todo, desde las Cruzadas hasta la fecha, la tiene el Occidente cristiano y también el liberal y ateo.
—Vos despachate como más te guste -refuta José- pero mientras en el mundo haya hambre siempre habrá reacciones violentas.
—Pero lo que pasa -interviene Abel- es que los terroristas que hoy conocemos no tienen hambre o, mejor dicho, lo que tienen es hambre de terror, de fanatismo, de sentimientos de muerte.
—Además -agrego-, en nombre del hambre no se puede justificar que maten a adolescentes que asisten a un recital de música. Pero me parece que no tiene mucho sentido continuar con una discusión que ya hemos sostenido en otras ocasiones. Sí, creo que resulta interesante observar que en Inglaterra en menos de 24 horas los asesinos están identificados con nombre y apellido.
—Igualito que en la Argentina -exclama Marcial.
Corrupción
—¿Y qué me cuentan de Brasil? -pregunto.
—Que son una manga de corruptos -responde Abel.
—Igualito a la Argentina -repite Marcial.
—Yo no sé si es igualito o no a la Argentina -dice José- lo que sé es que los hechos hoy ponen en evidencia que en ese país en su momento se perpetró un golpe de Estado contra la compañera Dilma Roussef.
—Yo creo -digo- que el señor Temer es un corrupto, pero la remoción de Dilma se hizo respetando todos los pasos institucionales.
—Digámoslo de una buena vez -irrumpe Marcial- Temer será un corrupto, pero los compañeritos del Partido de los Trabajadores son tan corruptos como él.
—Y la prueba está... -agrega Abel- Temer fue el vicepresidente de Dilma. Se pelearon, sí, pero no es la primera vez en la historia que los corruptos se pelean entre ellos.
—A mí lo que me interesa destacar -digo- es que en Brasil a pesar de todo, a pesar de la crisis institucional y de los problemas económicos, la Justicia funciona y hay unos cuantos presos... presos poderosos...
—Igualito a la Argentina -ironiza Marcial.
—Ahora llega la hora de la verdad -dice Abel- porque parece que los señores de Odebrecht van a dar a conocer los nombres de los políticos y funcionarios argentinos que cobraron coimas.
—Un mérito que hay que reconocerle a Macri -dice Marcial.
—Vos estás hablando en joda -exclama José-; Macri está en apuros porque hay algunos parientes suyos metidos en estos chanchullos.
—La gran virtud de Macri -digo- es que habilita un paso institucional aunque perjudique a algunos de sus parientes... eso me parece muy digno.
—Además, no jodamos -dice Marcial-, los negocios y las coimas con Odebrecht se vienen haciendo por lo menos desde hace diez años... y que yo sepa durante ese tiempo los que gobernaron en la Argentina fueron los Kirchner, salvo que alguien crea que Odebrecht coimeaba no a los funcionarios estatales sino a políticos de la oposición.
—Odebrecht les puso plata a todos.
—Puede ser, pero convengamos que su negocio principal era la obra pública y a los que había que “engrasar” era a los funcionarios del oficialismo de turno.
—Es decir -agrega Marcial- al señor De Vido.
—O sea que el pacto de protección al señor De Vido está a punto de caerse.
—Es lo que todos esperamos.
—Y con De Vido cae “La que te dije”.
—Eso habrá que verlo -digo-, si “La que te dije” viviera en Brasil ella y sus cómplices hace rato que estarían en cana, pero en la Argentina esos milagros no ocurren.
—Es al revés de lo que dicen -refuta José-; en este país hay presos, pero en realidad son perseguidos políticos, como es el caso de la compañera Milagros Sala, tal como lo verificaron los compañeros de las Naciones Unidas.
—A esos compañeritos tuyos de la ONU -dice Marcial- yo les pediría que en vez de venir a visitar ladrones en estos pagos, se den una vueltita por Venezuela donde la dictadura chavista está matando a la gente todos los días y no en nombre del socialismo del siglo XXI sino del narcotráfico cívico y militar del siglo XXI.
—No comparto -concluye José.